La Guardia Civil invertirá 35 millones en su nuevo buque oceánico
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La Guardia Civil invertirá 35 millones en su nuevo buque oceánico

La embarcación sustituirá al buque Rio Miño del Servicio Marítimo
Patrullera oceánica de la guardia civil
Diseño de la nueva patrullera oceánica de la Guardia Civil. Foto: Ghenova
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El Gobierno ha autorizado a la Dirección General de la Guardia Civil a destinar una partida de 35.000.000 de euros para la construcción de un nuevo buque oceánico para el Servicio Marítimo (Semar) de este cuerpo. 

Esta embarcación sustituirá al buque Río Miño, que presta servicio desde septiembre de 2007. “Este barco ha superado su ciclo de vida útil, por lo que era necesario sustituirlo mediante la contratación de la fabricación de un nuevo buque oceánico que aumente y renueve las capacidades logísticas y operativas del Servicio Marítimo de la Guardia Civil”, destaca el Ejecutivo. 

Tras autorizar el presupuesto, el contrato de construcción, señala el Gobierno, será adjudicado a un astillero que cuente con una experiencia constatable en labores de construcción naval y diseño de buques similares. Entre los posibles candidatos a participar en el concurso se encuentran Gondán, Armón o Freire, astilleros que cuenta con una amplia experiencia en el suministro de patrulleras para el Instituto Armado durante los últimos años.   

El diseño del nuevo buque oceánico de Semar ha corrido a cargo de la empresa de ingeniería Ghenova. La compañía sevillana ha trabajado desde 2020 en el desarrollo del proyecto (cálculo de arquitectura naval, definición de sistemas principales y balances eléctrico), ensayos de canal y estimación de velocidad/tiro/autonomía, especificación de construcción del buque y definición de los protocolos de pruebas.   

Características del nuevo buque 

Según los requisitos fijados por la Guardia Civil, el buque estará construido en acero de calidad naval, de formas adecuadas para la navegación en mares y condiciones meteorológicas adversas y deberá ser capaz de permanecer entre 20 y 30 días sin tocar puerto. Estará diseñado para llevar a cabo misiones de patrulla en el mar territorial, zona contigua y aguas internacionales, represión del contrabando, control de la inmigración ilegal y vigilancia del cumplimiento de las leyes nacionales e internacionales en la mar. Asimismo, podrá ser utilizado para funciones de salvamento, lucha contra la contaminación y ayuda humanitaria, por lo que dispondrá de espacios adecuados para realizar estas labores.  

Entre las principales características del buque destacan una eslora de entre 75 y 85 metros, una manga de hasta 14 metros y un calado de entre 3 y 4,5 metros. Su diseño será de tipo monocasco, con proa lanzada con o sin bulbo -se definirá durante la fase de elaboración del proyecto- y popa de estampa de desplazamiento.  

Además, estará equipado con una plataforma de aterrizaje para helicópteros de 12x12 metros, que permitirá las operaciones de reabastecimiento del tipo Vertrep con seguridad para un helicóptero de tamaño medio, y otra plataforma polivalente de 20 metros de eslora por 12 de manga, para ubicar de forma provisional a náufragos. Esta última podría ubicarse a proa o popa, coincidiendo con la zona para contenedores o la cubierta de vuelo.   

Tres patrulleros oceánicos  

El Servicio Marítimo opera tres patrulleros oceánicos: Río Miño, Río Tajo y Río Segura. Los dos primeros son embarcaciones readaptadas para las tareas de vigilancia marítima que acumulan décadas de servicio. El Río Miño es un antiguo pesquero japonés construido en 1984 y transformado por el astillero Armón en Burela (Lugo), mientras que el Río Tajo es un buque de salvamento alemán de 1973 reconvertido por la firma Repnaval en Las Palmas.  

El único buque oceánico de nueva construcción adquirido hasta la fecha por la Guardia Civil es el Río Segura que entró en servicio en 2010 y está construido por Astilleros Gondán, en Figueras (Asturias). 

Buque oceánico Río Segura. Foto: Guardia CivilBuque oceánico Río Segura. Foto: Guardia Civil




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