Tal día como hoy, 30 de julio, pero de 1369, la tropas del rey Muhámmed V del Reino de Granada sitiaban la ciudad de Algeciras (conocida por aquel entonces como Al-Yazirat Al-Hadra), en poder del Reino de Castilla, con el objetivo de recuperarla. La campaña fue conocida como el Sitio de Algeciras. El Reino de Granada resultó victorioso y la ciudad permaneció en su poder durante diez años.
Cuando llegaron a Algeciras, las tropas de Muhámmed se instalaron alrededor de las murallas de la ciudad y colocaron sus bastidas en varios puntos estratégicos.
Algeciras ya había cambiado de manos varias veces en el pasado y esas anteriores contiendas habían dejado a parte de las murallas muy debilitadas. Mientras que algunas de las zonas habían sido reparadas, otras permanecían en muy mal estado. Los castellanos, en vista del asedio al que estaban sometidos, trataron de reforzar de forma improvisada estos puntos débiles en sus defensas.
Una victoria lograda en solo tres días
Mientras que los castellanos habían tomado Algeciras en 1344 tras un asedio que duró cuatro largos años, las tropas del Reino de Granada lo hicieron en solo tres días. Cuando los granadinos comenzaron a emplear sus máquinas de guerra, más como medida disuasoria que como un ataque real, los castellanos decidieron rendirse y entregar la ciudad tras calcular sus ínfimas posibilidades de victoria ante sus adversarios.
Como curiosidad, la ciudad fue destruida, diez años después, por los propios granadinos. Castilla se preparaba para un nuevo ataque y el Reino de Granada debía decidir si defender Gibraltar o Algeciras. Se tomó la decisión de fortalecer Gibraltar y de abandonar Algeciras ocasionando todo el daño posible tanto a las murallas como a las edificaciones para que quedase inservible a sus enemigos.