Tal día como hoy en 1893 los ARA Independencia y Espora vencen al Los Andes en Rosario

Tal día como hoy, 29 de septiembre, pero de 1893, se desarrolló la batalla naval de El Espinillo tras la sublevación de la Unión Cívica Radical contra el Gobierno argentino que se mantenía en el poder desde 1880.

El día 24 de septiembre, el buque acorazado ARA Los Andes, de tipo monitor (es decir, blindado y de pequeño tamaño), zarpó rumbo a la Providencia de Santa Fe con el propósito de entregar armas para las fuerzas leales al Gobierno de esa provincia. Dos días después, un motín exitoso logró cambiar el destino del buque con la adhesión del nuevo mando a la sublevación. El ARA Los Andes se dirigió hacia Rosario, donde entregaron las armas a los sublevados. En vista de estos acontecimientos, el Gobierno envió en su busca al acorazado de río ARA Independencia y la torpedera ARA Espora.

Un combate desigual

El barco en poder revolucionario se encontraba en la costa de Rosario cuando fue avistado por los gubernamentales. El ARA Los Andes fue el primero en abrir fuego con sus cañones de 200mm, aunque no logró acertar a sus enemigos. El Espora, bajo el mando del capitán de fragata Manuel José García Mansilla, respondió con sus cañones Nordenfeldt de 75mm. El combate podía haber finalizado rápidamente gracias a los torpedos del Espora, sin embargo, su objetivo era recuperar el barco renegado, no hundirlo, por lo que no los utilizaron. El ARA Independencia logró situarse a cuatro kilómetros del Los Andes y, durante casi una hora, ambos buques batallaron haciendo uso de su artillería pesada.

En el intercambio de disparos, el ARA Los Andes salió peor parado debido al menor poder de ataque con el que contaba. El navío consiguió situarse entre los buques comerciales extranjeros que se hallaban en el puerto de Rosario para protegerse. El Independencia y el Espora se vieron obligados detener el fuego.

Casi 13 horas después, en la madrugada del 30 de septiembre, los sublevados, sin escapatoria, decidieron abandonar el buque, que pasó de nuevo a manos del Gobierno. Tras su victoria en este combate naval, Mansilla y sus tropas desembarcaron en Rosario donde lograron la rendición de los sublevados de la ciudad, marcando así una importante derrota de los sublevados.