A. Fonfría (Foro Infodefensa): "Tengo el temor de que los actuales aumentos sean flor de un día"

“Si la industria (de defensa) no se entiende como un activo estratégico, lo demás da igual”. Con esta frase, el profesor de Economía Aplicada de la UCM Antonio Fonfría resume hasta qué punto es importante, a su juicio, la industria de defensa en el esquema de la seguridad nacional. Fonfría, recientemente nombrado profesor honorífico del Ceseden, es el coordinador del Foro Infodefensa 2023, que se celebrará el próximo 26 de enero en el Congreso de los Diputados. Uno de los temas que abordará el encuentro será precisamente el papel de la industria y también de las universidades en la defensa nacional.

En una entrevista a Infodefensa con motivo del foro, Fonfría profundiza en otros temas que serán tratados en el encuentro como los retos que tiene por delante la Unión Europea en el ámbito de la Defensa. El profesor también pone deberes a los políticos. La defensa, destaca, es una cuestión de Estado y, por tanto, “sería necesario arbitrar algún mecanismo que fuese suficientemente flexible y a la vez garantizase la estabilidad y previsibilidad financiera en defensa”.

¿Cuáles son los retos más significativos que la situación actual tanto a nivel nacional como europeo plantean a los presupuestos nacionales y a los fondos europeos?

En términos europeos, los fondos tienen por objeto impulsar la cooperación para mejorar las tecnologías y capacidades del conjunto de los países de la UE. Uno de los retos más importantes desde la UE es qué se va a primar, sí una amplia cooperación en la que intervenga un elevado número de países o la excelencia de los consorcios. Es decir, amplia participación o calidad por encima de todo. En segundo lugar, la UE se enfrenta al reto de evitar la fragmentación de tecnologías y capacidades a través de los muy diversos proyectos que está lanzando, lo cual puede hacer que entren en vía muerta muchos de ellos. Aquí se hace necesaria una estrategia europea de largo plazo, coherente con los escenarios y riesgos de futuro. En tercer lugar, la gran pregunta: una vez que se hayan asentado las tecnologías y capacidades financiadas por la UE ¿habrá algo parecido al pooling & sharing que implique compras elevadas por parte de un amplio conjunto de países? Si fuese así, implicaría un importante paso adelante en la consolidación de la industria europea de defensa y de sus capacidades. Si esto no se consigue, la eficacia de los euros aportados se verá drásticamente reducida.

Con relación a los presupuestos nacionales, creo que hay dos retos a nivel europeo: elevarlos y posteriormente mantener un nivel adecuado a las circunstancias estratégicas. En alguna ocasión he planteado el temor de que los actuales aumentos sean flor de un día, pero creo que se está viendo claramente la necesidad de que haya continuidad, racionalidad y un uso eficiente de los recursos. En el caso español, la historia se muestra más compleja dado el bajo nivel de partida y nuestra posición en el contexto de los países OTAN, a lo cual se une la complejidad en la composición del Parlamento, que hace más complejo la toma de algunas decisiones.

¿Qué papel cree que deben representar, además de las Fuerzas Armadas y la Política, la industria y la universidad en la defensa nacional?

El papel de la industria es central. Si no se entiende como un activo estratégico lo demás da igual. Como en cualquier mercado hay oferta y demanda, si la oferta no existiera o no fuese la adecuada, la demanda no estaría satisfecha y cuando el demandante es el Ministerio de Defensa y el bien a proveer es la seguridad nacional, es prioritario tener una industria robusta, inteligente, que arriesgue en la generación de tecnologías y que aporte valor añadido. No se puede depender de las importaciones en el núcleo duro de los sistemas que garantizan la seguridad del país. También es cierto que la industria de defensa tiene un reto importante por delante, en términos de modernización, reducción de tiempos de entrega de sistemas y posiblemente asunción de algunos riesgos que hasta ahora no eran demasiado elevados.

Con relación a las universidades, bueno, soy profesor universitario y obviamente tengo un cierto sesgo. Pero intentando ser ecuánime, creo que pueden aportar mucho tanto desde el lado de las tecnologías disruptivas, como de la gestión o el análisis de mercados, sistemas, etc. Quizá una mayor cooperación universidad-empresa-FAS sería deseable y, por supuesto, posible. Habría que plantear un esquema de desarrollo a largo plazo para afianzar esa relación.

Teniendo en cuenta la situación actual tanto a nivel nacional como internacional, ¿qué pactos de Estado serían esenciales para fortalecer la defensa nacional y la posición de España en los foros internacionales?

En este tema hay mucho que hacer todavía. Para empezar, creo que habría que tener claro hacia dónde queremos ir como país en términos de seguridad y defensa, es decir, dónde queremos estar en el futuro, qué posición ocupar en el contexto internacional. Creo que, a día de hoy, eso no está en absoluto claro. En segundo lugar, sería necesario arbitrar algún mecanismo que fuese suficientemente flexible y a la vez garantizase la estabilidad y previsibilidad financiera en defensa. Algo así como “desterrar los ciclos de inversión en defensa”. Mantener un nivel adecuado con sus impulsos y caídas razonables, pero que no sean tan profundamente cíclicos y dependientes de los gobiernos. Es una cuestión de Estado.

Por último, tenemos un capital humano poco aprovechado y que puede ser extremadamente útil para los intereses españoles en el contexto internacional. El problema, de nuevo, estriba en que no sabemos hacia dónde queremos ir y ese capital humano tiende a sufrir las consecuencias.

En su opinión, ¿qué aportan este tipo de encuentros entre el legislativo y la empresa?

Creo que es una forma de poner sobre la mesa problemas, inquietudes y posibles líneas de actuación en el entorno de los ejes vertebradores de la defensa: las FAS, la industria, los políticos y los centros de investigación y universidades. Aún así, me surge la inquietud de si al final se tomarán decisiones que, más allá de cuestiones relativas a colectivos concretos sean las adecuadas para el país. Esto supone un importante esfuerzo por parte de todos los actores. Espero que estemos dispuestos a realizarlo. La realización de estos foros supone un paso fundamental en esa línea. Hagamos que además sea útil en la trayectoria de mejora que necesitamos.