La creación de una macro base para acoger el grueso de los centros logísticos del Ejército de Tierra es un proyecto sin precedentes, y no solo en España. Cuando sus artífices apuntan en las siguientes páginas que este “puede ser un proyecto de referencia europea y mundial”, no solo se refieren a la magnitud de sus cifras, sino, en gran medida, a la nueva concepción sobre la que se va a construir una infraestructura eminentemente tecnológica, digital, de alta eficiencia y verde, que la convertirán en un modelo singular y de vanguardia.

Los números que se mueven alrededor de la iniciativa dicen mucho de su entidad: más de 350 millones de euros de inversión para levantar un complejo de unos 850.000 metros cuadrados, con 250.000 metros cuadrados repartidos en 26 edificios en los que se concentrarán los doce órganos logísticos centrales con los que cuenta el Ejército, repartidos en nueve acuartelamientos en distintos puntos del país, excepto el Parque y Centro de Mantenimiento de Helicópteros, que seguirá en sus propias instalaciones.

Lo que no reflejan estos datos es el enorme músculo tecnológico que sostendrá la nueva base, y que cambiará para siempre los engranajes que sostienen la actividad del Ejército a través de una apuesta por la modernización y el incremento de la eficacia de toda su cadena logística. Sus diseñadores lo conciben como una oportunidad para dotarse de un centro con los más altos estándares tecnológicos que, al agrupar en una instalación las actividades de mantenimiento del material, reducirá tiempos de servicio, movimientos e infraestructuras.

No se trata sólo de concentrar centros o corregir un sistema ineficiente, sino de aprovechar las nuevas tecnologías, contar con una base logística tecnológicamente avanzada y dar un salto de calidad que permita optimizar la gestión del apoyo logístico.

La presencia de nuevos elementos tecnológicos integrados en red e hiperconectados entre sí, como la sensorización, los robots y vehículos autónomos, el ‘big data’, la inteligencia artificial, la realidad virtual y aumentada, la fabricación 3D y el gemelo digital, entre otros, definirán una base que, en todo caso, se configurará en torno al elemento humano, gracias a un personal, tanto civil como militar, con unos niveles de formación muy superiores a los actuales.

Con este ambicioso programa, el Ejército contará con el esqueleto logístico que sostendrá las nuevas capacidades, altamente tecnológicas, de la Fuerza 2035, como se conoce el proceso de profunda transformación que han acometido nuestras fuerzas terrestres con ese año como horizonte.

Los protagonistas de este proyecto único, tanto del ámbito militar como del industrial y el político, detallan a lo largo de esta publicación todos estos conceptos, junto a una serie de reportajes en los que se abordan los distintos enfoques que rodean a la futura base logística. Todo ello ilustrado con un importante apoyo gráfico, entre otros recursos para conocer mejor la futura base logística del Ejército de Tierra.