España contaba con 24 navíos de línea, 7 fragatas y un bergantín, sumando en total 2.638 cañones; por su parte, el británico John Jervis lideraba 15 navíos de línea, cuatro fragatas, dos balandros y un cúter, sumando 1.430 cañones. Entre los barcos españoles estaba el Santísima Trinidad, el mayor buque de guerra del mundo por aquél entonces, que contaba con 136 cañones. Dicha flota, liderada por el general José de Córdova, partió de Cartagena en febrero de dicho año. Antes de llegar a Cádiz, la flota fue sorprendida por un temporal al mismo tiempo que la flota británica interceptaba los barcos españoles.El día 14, ambas flotas se encontraban en situación de enfrentarse.