La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha conocido sobre el terreno durante su viaje a Líbano la rutina de trabajo de los militares españoles que patrullan a diario la Blue Line en el marco de la misión de Naciones Unidas (Unifil). En la primera jornada, Robles, acompañada por el general de brigada Fernando Ruiz Gómez, al frente del contingente español, y por el Jemad, almirante general Teodoro López Calderón, mantuvo este lunes un encuentro en la base Miguel de Cervantes en Marjayoun con el contingente español de casi 700 militares destacado en la misión, que lidera el teniente general español Aroldo Lázaro.Durante la visita, la titular de Defensa se desplazó hasta los puestos de la Blue Line para recibir los detalles de cómo se desarrolla una patrulla diaria de la zona en la frontera, cómo se efectúan las guardias de vigilancia o cuál es el protocolo para entrar en los búnkeres.
Según el Ministerio de Defensa, el contingente español ha finalizado así “sin novedad” su operación enfocada en presencia y monitorización de seguridad.El contingente de la Brilig XLI ha estado integrado, principalmente, por: la Brigada Aragón I; personal del cuartel general del Regimiento Barcelona 63; el Regimiento Pavía 4; el Batallón de Cuartel General I; el Grupo Logístico I y el Batallón de Zapadores I. Ha colaborado también la Brigada Logística con personal procedente de la Agrupación de Apoyo Logístico 11, con sede en Colmenar Viejo (Madrid) y en el Regimiento de Caballería España 11 (Zaragoza), además de contar con el apoyo de una unidad de la Guardia Civil en diversas tareas, como la de policía militar.Situación en el LíbanoEl despliegue español está enfocado en misiones de patrulla y vigilancia de la línea de separación entre Israel y Líbano, la llamada Blue Line, en coordinación con las Fuerzas Armadas libanesas.
La Brigada Guzmán el Bueno, conformada por unos 250 militares, ha viajado al Líbano como parte del contingente español que integrará la misión de Naciones Unidas UNIFIL en una situación en la que las tensiones entre Israel y la milicia libanesa Hezbolá se encuentran en un punto de máxima tensión.
Es importante comprender esto, pues muchos critican la misión por no hacer más, requiriendo de ella acciones que exceden su mandato”, recordaba la semana pasada el jefe del Mando de Operaciones, teniente general Jose Antonio Agüero en una visita a las tropas españolas en Líbano. El principal problema es que ninguna de las dos partes respeta el alto el fuego. Y al final los militares españoles y los del resto de naciones que contribuyen a la misión se convierten al final en testigos directos de los lanzamientos de cohetes y misiles y de las explosiones, a veces más cerca, otras más lejanas. A pesar de las escaramuzas constantes, el trabajo continúa y las patrullas salen a diario a recorrer la Blue Line con una mayores medidas de seguridad, mientras se mantienen los contactos habituales con el Ejército libanés y las autoridades locales. La misión de Líbano ha sido durante muchos años el despliegue de las Fuerzas Armadas españolas en el exterior con más efectivos.