El fenómeno es similar a lo que ocurre también con la órbita terrestre baja (entre 160 y 2.000 kilómetros de atura) y a lo que pasa igualmente en el lecho marino, que están erigiéndose en nuevos entornos de defensa.Globos chinosComo ejemplo del creciente interés hacia esta franja de la atmósfera a la que también se conoce como de “muy alta altitud”, de acuerdo con la jerga empleada por las fuerzas francesas, destaca al derribo en 2023 de unos globos chinos sobre los cielos de Estados Unidos.La previsión de Francia, citada por el general al cargo del espacio cercano de su Fuerza Aérea y Espacial, Aleix Rougier, es que la tecnología irá permitiendo un mayor uso de ese rango de altitud, de entre 20 y 100 kilómetros, tanto para usos civiles como militares, lo que impulsa un mayor interés sobre su necesidad de defensa.La cuestión es que la Convención de Chicago que rige estos asuntos determina que el espacio aéreo de un país es soberano de ese país, mientras que el Tratado de Espacio Exterior establece que éste es un ámbito libre para que todos lo usen.