Así, España dispondría de dos grandes buques de asalto anfibio, capaces de embarcar aviones de combate de despegue corto y aterrizaje vertical (STVOL), tipo F-35B, y un portaaviones desde el que operarán aviones de combate de manera convencional, lo que les permitirá un mayor alcance y capacidad de portar armamento.La opción única del F-35B para los dos futuros buques anfibios que contempla la Armada sigue siendo la preferida para continuar con la capacidad de aviones de ala fija embarcados en la Armada. El estudio de viabilidad en el que ya trabaja Navantia planteará la conveniencia de que el futuro buque disponga de sistemas de catapultas y de ayuda al aterrizaje con cables, por ejemplo, además de las necesarias dimensiones para poder acoger y operar con una flota que se estima en entre 25 y 30 aviones de combate tripulados.