El nuevo avión presidencial, un Boeing 757 matrícula ARG-01, llegó a Buenos Aires la tarde del 25 de mayo, envuelto en la polémica no solo de su compra sino por la maniobra previa al aterrizaje. Al llegar al Aeroparque Jorge Newbery, el piloto Leonardo Barone y el copiloto Juan Pablo Pinto realizaron una pasada a muy baja altura sobre la pista, a pesar del mal tiempo que había en la ciudad, con un techo de nubes bajo, tormenta eléctrica y poca visibilidad.La aeronave se ha comprado a la empresa C&L Aviation Group por 22 millones de dólares, más la entrega del viejo Tango 01, valorado en casi tres millones de dólares. Tiene una capacidad para 39 pasajeros, tres dormitorios, dos de los cuales pueden ser adaptados como sala de reunión, conectividad, y la capacidad de volar sin escalas hasta Europa o Estados Unidos. La elección del modelo llamó la atención porque tiene muy pocos operadores, que se encuentran en procesos de ser remplazados, con lo que se va reduciendo el soporte logístico y operarlo se vuelve más caro.Arg-01 despegando de Miami Foto: Gianfranco Abrusci Reemplazo del Tango-01El actual avión presidencial, adquirido en 1992 por Carlos Menem, se encuentra parado desde 2016 pero le sigue costando al Estado su mantenimiento alrededor de 220.000 dólares al año. Al comienzo de la administración del actual presidente, los responsables de la flota presidencial recomendaron reparar el avión, con una inversión estimada entre 12 y 15 millones de dólares, pero la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) desaconsejó la reparación del Tango 01.
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