Sus misiones primarias incluyen la disuasión estratégica y operaciones de paz, la ayuda humanitaria y asistencia en desastres naturales, el reconocimiento y vigilancia del mar territorial, el apoyo en inteligencia y protección ambiental, el transporte de tropas y equipos y el control de fronteras y protección marítima.Las misiones secundarias abarcan tareas de seguridad más especializadas, tales como la interdicción marítima y control del contrabando, la lucha contra el narcotráfico, la trata de personas y especies, la prevención de la piratería y combate antiterrorista y la búsqueda y rescate en el mar.El perfil operativo del nuevo POC (PZE-40) es en un 45 % en patrullaje a 12 kilómetros por hora (km/h), en un 30 % en patrullaje a baja velocidad a 10 km/h, en un 15 % en maniobra a 5 km/h, en 6 % en patrulla a alta velocidad (18 km/h) y en un 2 % en patrulla máxima velocidad (20 km/h).El POC integrará —como sistemas de armas— una pieza principal del tipo Leonardo 76/62 Compact Naval Gun Moumt con casamata Stealth, además de tres estaciones de armas remota ligera (RWS Light) diseñadas por la Armada e Indumil (una detrás del puente y otras dos a estribor y a babor), operadas por el sistema naval de control de tiro DARET-ARC Barracuda 2.0 actualizado en 2024 y que ya es operado por la ARC en sus OPV-80 y CPV-46; además cuenta con la nueva generación del sistema electroóptico giro estabilizado (infrarrojo) Escribano Apolo.Estas RWS de 250 kilogramos de peso, con sistema eléctrico de 220 voltios trifásicos a 24 VDC y con un software nacional, emplazarán ametralladoras del tipo Browning M2A2 QCB COAX de 12.7x99 milímetros (si es necesario pueden operar también un lanzagranadas General Dynamics —Ordnance and Tactical Systems— MK-19 de 40x53 milímetros), y su diseño escalado permite el acople de cañones de 20/L99 milímetros.La incorporación de esta embarcación marca un paso significativo en la modernización de la flota de la Armada, aumentando su capacidad para cumplir misiones de seguridad nacional y reforzando también la estrategia marítima del país, proporcionando un recurso esencial para patrullar las aguas del Océano Pacífico y el Mar Caribe, dos zonas de alta relevancia para la seguridad y el comercio internacional de Colombia.