Sin embargo, por tratarse de un avión de los conocidos como ejecutivos, con un mercado mucho más amplio, podría ser más fácil su venta que el Boeing 787-8 Dreamliner de México y el Boeing 737-500 de Perú, que por su tamaño y lujo, para el caso mexicano, y antigüedad, del peruano, serán mucho más difíciles de vender como ya se ha apreciado en el caso del avión azteca.