Una delegación del gobierno de Estados Unidos viajará a Uruguay, durante la presente semana, para avanzar en las negociaciones para la adquisición de una decena de BAE Hawk 200. La referida compra, que se haría a través del programa Foreign Military Sales (FMS) y con una flexible financiación ofrecida por Estados Unidos, ha estado navegando distintas dificultades, mayoritariamente por la negativa estadounidense a transferir aeronaves de ese origen o con tecnología de Estados Unidos, a países que posean leyes de derribo.Flexibilización Esta limitación, en los últimos meses, se ha venido flexibilizando con distintas alternativas propuestas desde Washington D.C., incluyendo la más reciente, que ha sido exitosa en Honduras y Perú, que contempla la participación de un oficial de enlace estadounidense en el proceso de identificación y eventualmente derribo, de aeronaves en infracción. Esta propuesta se ha elevado a los gobiernos de Argentina, para permitir la compra de aeronaves Lockheed Martin F-16 Fighting Falcon desde Dinamarca, y a Uruguay para los BAE Hawk 200.
Aunque el Gobierno uruguayo ha manifestado off the record su voluntad para realizar los referidos cambios, algo que sería relativamente sencillo considerando que la oposición política tampoco apoya el derribo como forma de disuadir a los posibles infractores, en realidad no se ha avanzado mucho en el proceso legislativo necesario para realizar la modificación. Sólo queda ahora esperar a ver los movimientos politicos del Gobierno uruguayo para levantar el veto norteamericano y así poder logar acceder a los tan necesitados medios aéreos para su Fuerza Aérea.