La información facilitada por Navantia incide en que el compromiso de la industria se intensifica en la Convocatoria 2 de MMPC y está respaldado por la selección de la propuesta por parte de la Comisión Europea para el presupuesto máximo contemplado como aportación del FED de 154,5 millones de euros.
El jefe de la División de Planes de la Armada, vicealmirante Enrique Núñez de Prado, aborda en la segunda parte de la entrevista a Infodefensa.com los programas de modernización de las F-100 y de la corbeta europea. También deja claro que la Armada prefiere un avión tripulado de ala fija para reemplazar a los veteranos Harrier -el único modelo que existe en el mercado es el F-35B- y fija como prioridad la capacidad de operar UAV de Clase III a bordo de los buques. ¿Cómo será la modernización de las F100?
Navantia lidera dos de estos proyectos: Optimas, enfocado al desarrollo de enlaces de comunicaciones ópticos seguros de alta velocidad, claves para aplicaciones como son las operaciones con vehículos no tripulados; y Admirable, centrado en la innovación en materiales para mejorar la supervivencia y optimizar la construcción de plataformas navales. Los proyectos E=MCM, Seacure y E-CUAS se enfocan a capacidades de alta importancia para la UE y su seguridad, como son, respectivamente, Guerra de Minas, Guerra Antisubmarina y de Fondo Marino y Guerra contra drones aéreos (UAS); escenarios que han cobrado una gran relevancia por la proliferación de nuevas armas y amenazas que hacen necesario el desarrollo de nuevas tecnologías y sistemas. El proyecto EPC2 abordará la segunda fase de la Corbeta de Patrulla Europea (European Patrol Corvette), en el contexto del proyecto Pesco y con el consorcio formado por Naviris, Fincantieri, Naval Group, Navantia e Hydrus.
La previsión es que estos buques multipropósito de largo alcance, que es la misma versión en la que también está interesada Francia (Italia se decanta por la variante de combate completa), se caractericen por una gran autonomía (hasta 45 días y unas 8.000 millas náuticas) para misiones de larga duración a baja velocidad en zonas muy alejadas del territorio nacional, como las operaciones de seguridad marítima que realiza la Armada en el Golfo de Guinea o de lucha contra la piratería en el Índico.
Las cuatro firmas explican en su nota conjunta que el objetivo principal de este paso “es maximizar las sinergias y la colaboración entre empresas industriales europeas de construcción naval”, y detallan que, al desarrollar juntos el futuro EPC, “contribuirán a asegurar la soberanía europea en el buque de guerra de segundo rango”.Sus artífices definen la futura nave como “un buque inteligente, innovador, sostenible, interoperable y flexible, diseñado para cumplir una amplia gama de misiones futuras en un contexto global en continua evolución”.
Navantia estará al frente de un consorcio europeo encargado del diseño de la arquitectura de referencia digital de los futuros buques europeos, lo que favorecerá la estandarización de las interfaces sin perder de vista la flexibilidad, escalabilidad y universalidad de la solución. El proyecto, conocido como Edinaf (European Digital Naval Foundation), está valorado en 29 millones de euros, que serán aportados por la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Defensa (EDF).Este programa, señala la Comisión, trabajará en una infraestructura de TI y estándares de interfaz de datos asociados (edge y cloud computing) y apoyará el diseño y la creación de embarcaciones inteligentes de próxima generación, reuniendo a la cadena de suministro europea en torno a un estándar común aplicable a la fabricación de equipos y a las futuras operaciones navales. Proyectos valorados en 265 millones Este es uno de los seis proyectos, con un valor conjunto de 265 millones, en los que participa Navantia en la primera convocatoria del Fondo Europeo de Defensa.