Desafios da Defesa do Brasil 2022

Para la defensa brasileña, 2022 fue un año en que el presupuesto no fue fuertemente presionado por cuestiones relacionadas a la pandemia del Covid-19, lo que no eximió a las Fuerzas Armadas y a las instituciones representativas de la base industrial de apoyar vigorosamente un mejor diálogo entre el Ministerio de Defensa y el Congreso Nacional, especialmente en lo que se refiere a recortes de fondos y cuestiones tributarias que disminuyen la competitividad de las empresas de defensa brasileñas frente a sus congéneres internacionales.La expresión que mejor define los 12 meses de 2022 es "continuidad de los programas estratégicos". El Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea han realizado importantes avances en sus principales programas, además de lograr adquisiciones específicas.En enero, la Fuerza Aérea Brasileña anunció la compra de dos SARP Hermes RQ-900 de Elbit Systems, reforzando su capacidad operativa estratégica, que incluye la conectividad por satélite.

En un año de elecciones presidenciales y más restricciones presupuestarias, superar estos retos será aún más difícil, pero no imposible.Marina brasileñaLa entrada en servicio del submarino Riachuelo sólo se dará a conocer después de la campaña de tiro real con torpedos F21 y misiles Exocet, acciones previstas para el tercer trimestre de 2021 y que no han concluido en este plazo.En 2022, la Marina brasileña también tendrá que decidir si invierte en nuevos vectores para la guerra contra las minas y las contramedidas contra las minas, o si sigue empleando antiguos buques alemanes fabricados a principios de los años 70.Las fragatas de la clase Tamandaré finalmente tendrán su construcción iniciada en Itajaí, en el sur del país, lo que es urgente porque la flota de fragatas es muy pequeña. Imágenes: Marinha do BrasilPara intentar mitigarlo, el Arsenal de la Armada trabajó intensamente durante 2021 para poner en condiciones operativas la fragata Defensora (F-41), un buque de escolta de la clase Niterói, tras 10 años de inactividad.