Tal día como hoy, 27 de enero, pero de 1794, el español Gabriel de Aristizábal se produjo la captura de Fort-Liberté, entonces llamado Fort-Dauphin, en Santo Domingo, y que pertenecía a Francia.El episodio se enmarca en las Guerras Revolucionarias Francesas (1792 - 1802). En él, una expedición española liderada por el marino militar español Gabriel de Aristizábal se apoderó de Fort-Liberté.
En este contexto, España estuvo implicada en la guerra contra el Reino Unido entre los años 1625 y 1630, la guerra franco-española (aunque esta contienda no finalizó con la firma del tratado), y el conflicto español contra los países bajos, que también se enmarca dentro de la guerra de los Ochenta Años, la cual terminó solo unos meses antes, el 30 de enero de ese mismo año, con la firma del tratado de Münster.En la firma de los tratados participaron el Sacro Imperio Romano Germánico con sus príncipes aliados, la monarquía hispánica, los reinos de Francia y Suecia y las Provincias Unidas de los Países Bajos.El rey de España, Felipe IV, dio instrucciones al secretario Francisco de Galarreta en el año 1843 para iniciar las conversaciones de paz con los neerlandeses.
Fuego sobre el mar Cerca de las cuatro de la tarde, el buque insignia de Oquendo incendió el navío Prins Willem, en el que se encontraba Pater.
Tal día como hoy, 28 de agosto pero de 1816, en el actual Uruguay comienza la invasión lusobrasileña a la Banda Oriental, cuando el ejército de Carlos Federico Lecor toma la Fortaleza de Santa Teresa.La invasión lusobrasileña, también conocida como invasión portuguesa de 1816, guerra contra Artigas (en Brasil) o Segunda Invasión portuguesa de 1816, es el nombre que los contemporáneos de los hechos e historiadores han dado al conflicto armado que se produjo entre 1816 y 1820 en la totalidad del territorio actual de la República Oriental del Uruguay, en la Mesopotamia argentina y el sur del Brasil, y que tuvo como resultado la anexión de la Banda Oriental al Reino del Brasil, con el nombre de provincia Cisplatina. Los beligerantes fueron, de un lado, los orientales artiguistas, liderados entonces por el caudillo José Gervasio Artigas y algunos caudillos de otras provincias que componían la Liga Federal y que optaron por seguirlo, como el comandante guaraní Andresito Guazurarí.
Como centro exportador, la ciudad tenía mucha relación con el centro manufacturero de Amberes. El 21 de agosto de 1520, en el contexto de la Guerra de las Comunidades, la ciudad se negó a entregar la artillería presente en la ciudad a las tropas imperiales de Carlos I a sabiendas de que, si se las entregaban, estas serían utilizadas contra Segovia. La respuesta realista consistió en provocar el incendio de varias partes de la localidad, hecho conocido como la quema de Medina, lo que produjo la destrucción de buena parte de la villa y el estallido definitivo del hasta entonces incipiente movimiento comunero en toda la Corona de Castilla.
A pesar de que los realistas se harían fuertes en otras provincias del virreinato como Santa Marta y Pasto, en donde resistirían varios años; la capital del virreinato cayó en manos de los patriotas neogranadinos y con ello se abrió el camino para la unión de la Nueva Granada con Venezuela en la República de Colombia.
La batalla se saldó con la derrota de las tropas cristianas, lo cual desestabilizó al Reino de Castilla y frenó el avance de la reconquista unos años, hasta que tuvo lugar la batalla de Las Navas de Tolosa en 1212. La batallaLos cristianos disponían de dos regimientos de caballería: en primera línea o haz estaba la caballería pesada (de unos 10 000 hombres) al mando de don Diego López de Haro y sus tropas, seguida después de la segunda línea o haz, donde se encontraba el propio Alfonso VIII con su caballería e infantería.Por parte de las tropas almohades, en vanguardia se hallaba la milicia de voluntarios benimerines, alárabes, algazaces y ballesteros, que eran unidades básicas y muy maniobrables.
Cuando Fernando el Católico, actuando como regente del reino de Castilla, se decidió a invadir y tomar el reino de Navarra, amparado en una bula del papa Julio II, puso al mando de sus ejércitos a Fadrique, II duque de Alba y que estuvo al frente de las tropas que lucharon contra los franceses en el Rosellón en 1503. El militar cumplió en solo dos semanas la misión militar encomendada, debido en gran parte a que Pamplona era beamontesa, si por ella se entiende que el objetivo era la conquista de la parte del Reino que actualmente forma parte de España y no de su totalidad. Se nombró capitán general de Andalucía y señor de Huéscar en 1513 en recompensa, título y posesiones que incorporó a los de la Casa de Alba.
Y añadió: "Aun así me hubiese gustado que esta actividad fuese abierta al público y que todos pudiesen ser testigos de este gran trabajo de restauración que se realizó".Por el momento, las esculturas no podrán ser visitadas por el público, sin embargo, el secretario técnico del CMN, Erwin Brevis, aseguró que "el Ejército trabajará en el desarrollo de una exposición abierta al público que visibilice las distintas dimensiones de la obra".Manuel Jesús Baquedano González vivió entre los años 1823 y 1897 entre los que cultivó una fructifica carrera militar y política.