Las pólizas no fueron activadas (por el coronel Luis Serna, director del Servicio Aéreo) cuando el helicóptero salió de mantenimiento, y se desconoce con qué dinero se podrá reponer esa unidad.30 millones de dólares El objetivo de la evaluación es contar con datos exactos para el proceso de mantenimiento y/o repración que se le hará a la totalidad de ambas flotas, por valores aproximados a los 30.000.000 de dólares, enteramente financiado por el Gobierno de los Estados Unidos y como muestra de la cooperación que en materia de seguridad sostienen ambas naciones, aún y a pesar de las declaraciones del presidente colombiano.
Esta misma compañía ya ganó en 2020 un contrato para el sostenimiento integral de las baterías de torpedos de combate y torpedos de ejercicio de los submarinos S-70 en servicio.
La Armada decidió entonces mantener dos S-70 hasta la llegada del primer submarino S-80, el S-81 Isaac Peral, en el segundo trimestre de 2023, según el calendario previsto.
Según Víctor Azcárate, jefe de la línea Soporte Posventa en SAES y responsable del mantenimiento del SATS, “las últimas pruebas de aceptación correspondientes a los trabajos de modernización del puesto de instructor, puesto de gobierno, DLT y del DSUV-22 del SATS, se llevaron a cabo a final de año de manera satisfactoria en el edificio de simuladores de la base de Submarinos y en presencia del RAC (el Representante de Aseguramiento de la Calidad de la Armada).” La importancia de este trabajo de modernización del sistema, añade Azcárate, radica en que “posibilita a la Armada seguir efectuando adiestramiento de dotaciones con el SATS, mientras tenga en servicio algún submarino de la serie S70, que deberán ser reemplazados por los S-80.” Esta modernización era necesaria tras la decisión de la Armada de prolongar la vida del Galerna, que estará en servicio hasta 2027-2028, un submarino que afronta la recta final de una compleja quinta gran carena.
Después, se pasará a una última fase de pruebas de mar que contemplan, detalla la Armada, una primera salida en superficie, seguida de una inmersión estática en la que se comprobará el equilibrio del submarino para, posteriormente, realizar diversas salidas hasta llegar a probar todos los equipos del submarino hasta la cota máxima operativa.