El director militar de la parte francesa del programa, el general de división Jean-Luc Moritz, ha asegurado que existe “un buen ambiente de trabajo y se están cumpliendo los plazos”, para aclarar a la prensa que no ve nada que le lleve a pensar que Berlín pudiera abandonar sus compromisos y pasar a formar parte del proyecto italo-británico-japonés GCAP, que compite con el FCAS, como se apuntó en el citado medio.
Bélgica, que en 2020 oficializó su entrada en el programa del caza F-35, del que prevé recibir 34 unidades por 5.100 millones de euros, ha estado evaluando la posibilidad de sumarse a algunos de los proyectos de sistemas aéreos de combate de próxima generación que están en desarrollo; básicamente el del FCAS y el GCAP que han emprendido Reino Unido, Italia y Japón, y que da continuidad al del futuro caza Tempest británico.