Sapa apuesta por aplicar la tecnología desarrollada en vehículos militares de gran tamaño al sector civil, mientras que Urovesa ya ha dado sus primeros pasos en plataformas eléctricas tanto y piensa en vehículos militares híbridos tanto para el ámbito civil como el militar. Los impulsores del proyecto destacan que el histórico incremento que supone el despegue del comercio electrónico y el reto logístico que ello supone apuntan a un mayor impacto medioambiental del transporte, uno de los retos a los que se enfrenta la industria de la automoción.