En palabras de Eagle, “este soporte de fabricación y equipo incluye más de cien proveedores con sede en el Reino Unido y ha creado más de 20.000 empleos en el Reino Unido".Eagle afirmó que el apoyo británico al programa F-35 continuará, “probablemente”, más allá del momento en el que la aeronave será retirada por las fuerzas armadas del país, y potencialmente más tiempo que la duración de la implicación de otras naciones que también operan el avión.En la actualidad, en torno a 1.800 empleados de la planta que la compañía británica BAE Systems tiene en Samlesbury, al noroeste del país, están dedicados a la producción de subsistemas del F-35.
Las autoridades de adquisiciones militares del país se están planteando adquirir también cazas F-35A, la versión de despegue y aterrizaje del modelo, del que hasta ahora Londres únicamente ha encargado F-35B, la variante preparada para despegues cortos y aterrizajes en vertical.La idea incluye la posibilidad de realizar incluso un pedido de cien aeronaves, con los que se sustituirían además las decenas de Eurofighter Typhoon de la versión más antigua (tramo 1), que van a ser retirados, según recoge el periódico local The Times.
Menor disponibilidad de la esperada La oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO) concluyó tras una revisión en 2023, en la que reconoció ser incapaz de justificar el incremento de costes del aparato, que la tasa de disponibilidad del caza para las tres variantes oscilaba entre el 50% y el 57%, lo que supone una cifra muy alejada para el objetivo del programa del 90% para el F-35A y el 85% para los F-35B y F-35A. Se calcula que el coste del programa supone 400.000 millones de dólares para el suministro de 2.470 aviones para Estados Unidos, sin contar los cientos de aparatos exportados.
Un nuevo concurso para la adquisición de aviones de combate ya se vislumbra en el horizonte de gasto militar del país, que ya emplea el 4,2% del PIB en esta partida y el año que viene pretende legar al 4,7%.
La flota de 12 aviones de combate de quinta generación F-35B encargada por Singapur, prestará servicio acompañada de otros ocho aparatos más, en esta ocasión de la variante F-35A. Esta última configuración se caracteriza por ser la diseñada para el despegue y el aterrizaje en pistas convencionales, mientras que los F-35B están preparados para despegar en pistas cortas (e incluso verticalmente) y aterrizar de forma vertical (STVOL), por lo que se trata del modelo en el que está interesada la Armada española para equipar su buque insignia, el Juan Carlos I. El ministro de Defensa singapurense, Ng Eng Hen, ha confirmado la adquisición de los nuevos ocho F-35A durante el debate sobre los presupuestos en el parlamento del país.
Tras la aprobación del Ministro de Defensa israelí, la delegación de adquisiciones del Ministerio de Defensa de Estados Unidos emitirá una solicitud de adquisición oficial a la Oficina del Programa Conjunto Estadounidense, “con el fin de completar la aprobación y firma de la transacción en los próximos meses”, según la información facilitada por las autoridades israelíes.De acuerdo con la información recogida por la agencia Associated Press, el valor de esta nueva compra es de 3.000 millones de dólares, y se financiará a través de la ayuda militar que Estados Unidos brinda al país de Oriente Próximo. Lockheed Martin, fabricante del avión, y Pratt & Whitney, responsable de los motores, se han comprometido a implicar a la industria israelí en la producción de los aparatos, añade la fuente.
Solo queda España España podría sumarse en el futuro a este grupo de países del viejo continente compradores del F-35, si las autoridades de adquisiciones acceden a las solicitudes de la Armada, que quieren la versión F-35B, capaz de operar desde portaeronaves, para sustituir a los actuales AV-8B Harrier II Plus, y posiblemente a las del Ejército del Aire también, que ahora se muestra más abierto a la posibilidad de incorporar el modelo F-35A a su inventario.
España en el punto de mira España podría sumarse en el futuro a este grupo de países europeos compradores del F-35, si las autoridades de adquisiciones acceden a las solicitudes de la Armada, que quieren la versión F-35B, capaz de operar desde portaeronaves, para sustituir a los actuales AV-8B Harrier II Plus.Un informe del Pentágono de 2019 incluye a España entre los cinco países como potenciales clientes de este caza en aquel momento, junto a Singapur, Grecia, Rumanía y Polonia.