De este modo, el líder de la compañía responsable de la parte industrial francesa en este programa compartido con Alemania y Francia, evidencia por enésima vez sus suspicacias sobre una iniciativa que tiene como estrella el desarrollo de un avión de combate de sexta generación.Las palabras de Trappier llegan en el momento en el FCAS atraviesa la denominada fase 1B, en la que se ponen las bases de un demostrador del avión.
Tras el contacto, en el que los australianos conocieron “cómo podríamos operar con esta aeronave”, en palabras del jefe de capacidad aérea de la Real Fuerza Aérea Australiana, el vicemariscal del Aire Nicholas Hogan, “hemos pedido más información”.De momento, el vicemariscal Hogan califica al GCAP de programa “excitante”, pero admite “Que hay un montón de incógnitas” que impiden a su país tomar una decisión sobre el programa actualmente.En paralelo, la ministra de Adquisiciones de Defensa de Reino Unido (cargo equivalente al de secretaria de Estado en España), Maria Eagle, ha explicado, en una respuesta parlamentaria, que Canadá tiene la puerta abierta para sumarse a la iniciativa GCAP, del que ha recordado que los tres socios (Reino Unido, Italia y Japón) están dispuestos a “una apertura para trabajar con otras naciones”.
Coincidencia o no, el elegido para producir el futuro caza del programa NGAD (siglas en ingles de Dominio del Aire de Próxima Generación) no es Lockheed Martin, con la que el magnate Elon Musk (mano derecha de Trump, al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental, DOGE) ha entablado una dura disputa en torno a las cualidades de sus cazas de quinta generación F-35, de los que incluso ha puesto en duda su futuro por tratarse de unos aviones tripulados (al igual que lo serán el F-47, por cierto).
En este marco es en el que Mariani ha planteado la propuesta de aprovechar las circunstancias para preparar la entrada al programa que tiene como núcleo un futuro avión de combate de sexta generación.Mariani ha advertido de que la incorporación de Arabia Saudí no es tanto una cuestión de dinero como de trabajo, aludiendo a la necesidad de que el país cuente con las suficientes habilidades en el sector para hacer su aportación, informa Defense News.La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, se mostró recientemente a favor de la entrada de los saudíes, aunque advirtiendo que el proceso llevará tiempo.Entrada de más países Hace un año Italia ya apuntó, a través de su ministro de Defensa, Guido Crosetto, a la posible entrada de más países en el proyecto, aunque sólo después de la conclusión de su fase inicial, y adelantó que ya existían numerosos interesados, aunque no citó ninguno.
De este modo ha podido someterlo a pruebas para demostrar la idoneidad y seguridad de la pieza para su uso futuro, con resultados positivos.Materiales estratégicosEl proyecto, financiado por la Organización de Apoyo a la Defensa del Mando Estratégico del Reino Unido, “demuestra que la transformación de piezas viejas en nuevas es viable y podría reportar enormes beneficios al Ministerio de Defensa y a la defensa en general, sobre todo al aumentar la accesibilidad de metales estratégicos para la industria y los proveedores de Defensa del Reino Unido”, explica la fuente.De acuerdo con Thomas Powell, director comercial del Equipo de Reciclaje y Eliminación de Material de Defensa (DRDT), dependiente del Ministerio de Defensa británico, “esta solución no sólo puede reducir los costes y la carga que supone abastecerse de metales críticos y de alto valor, sino que también puede producir componentes más ligeros, resistentes y duraderos que los fabricados mediante técnicas de forja tradicionales, con lo que se mejora aún más la sostenibilidad y eficacia generales del Ministerio de Defensa”.Cadenas de suministros competitivasPor su parte, el director de Requisitos de Sostenibilidad del programa de Futuro Sistema Aéreo de Combate, al que Rolls-Royce identifica como jefe de escuadrón Rob, detalla que “iniciativas tecnológicas innovadoras como el Tornado 2 Tempest podrían reducir la dependencia de la RAF de cadenas de suministro largas y costosas, permitiéndonos mantener las operaciones durante más tiempo, con el beneficio asociado de la reducción de emisiones y residuos”.
Por enésima vez ha apuntado la conveniencia de acabar combinando los actuales programas en torno a futuros cazas de combate FCAS y GCAP. Aunque en esa ocasión, como novedad, ha señalado un plazo conveniente para avanzaren el acuerdo: dos años.
Estas alianzas se han alcanzado en combinación con la aprobación esta semana por parte de los ministros de Defensa de la UE del informe de la Revisión Anual Coordinada de Defensa (CARD) de 2024 El dron TB3, más grande que un Harrier, logra operar desde el portaaeronaves turco basado en el LHD español La Armada turca ha conseguido probar con éxito el despegue y aterrizaje de un dron de combate (UCAV) Bayraktar TB3 desde su buque TCG Anadolu, basado en el diseño del LHD Juan Carlos I español desarrollado por Navantia.
Su sede se situará en Reino Unido, “para garantizar la máxima alineación y colaboración con la Organización Gubernamental Internacional (GIGO) del GCAP, que también tendrá su sede en el Reino Unido”.
En todo caso, en el mismo análisis de Global Data en el que se compara la atención de las autoridades británicas sobre ambos proyectos (el de los ya existentes portaaviones y los futuros cazas), el especialista de defensa Tristan Sauer pone en duda la idoneidad de poner en el cesto del GCAP todos los huevos.
El GCAP es fruto en gran medida del proyecto inicial de Reino Unido de desarrollo de un futuro sistema aéreo de combate, incluido un caza de sexta generación, denominado Tempest, al que posteriormente se sumaron Italia y Suecia (no incluido en el actual proyecto).
En esta labor, añade BAE Systems en un comunicado, se están “utilizando una gama de herramientas y técnicas digitales innovadoras, incluido el modelado basado en computadora y la realidad virtual para evolucionar el diseño del avión durante su fase de concepción.” “Ventaja para ganar batallas” La fuente oficial apunta a que el modelo que están desarrollando, “que entrará en servicio en 2035, será uno de los aviones de combate más avanzados, interoperables, adaptables y conectados del mundo”.
Además del diseño de un avión de combate propio y la adhesión a uno de estos dos grandes programas de cazas de sexta generación europeos, existe una tercera opción para Suecia: la adquisición de tecnología ya existente en el momento en que dé el paso.
La fusión de los dos programas de aviones de combate de sexta generación en los que trabaja Europa, y por la que el consejero delegado de Airbus, Guillaume Faury, ha vuelto a apelar este mes, no solo no está clara, pese a las voces que advierten de que será la única forma de que el viejo continente pueda competir en el mercado, sino que en vez uno los proyectos podrían acabar siendo tres.
Las palabras de Faury defendiendo esa unión del FCAS y el GCAP, recogidas ahora por el diario británico The Guardian, renuevan la vieja aspiración, sobre la que en su momento también se pronunciaron, y apoyaron el jefe de la Fuerza Aérea de Italia y el de la alemana (Luftwaffe), y, entre otros, los responsables de la firma italiana Leonardo, ahora socia del GCAP y que en su momento reveló que su propósito de unirse a la iniciativa británica incluía una fusión de ambos programas en el futuro.
Se trata del mismo modelo que Alemania y España buscan reemplazar en el futuro con el programa FCAS que comparten con Francia (sustituirá con él a sus Rafale), y al que recientemente ha decidido incorporarse Bélgica.
Entre ellos se encuentra la adjudicación por parte de la República Checa del suministro de 246 vehículos de combate de infantería CV90 MkIV; el inicio de la producción del vehículo de combate AMPV; la obtención de un contrato de diez años para continuar operando la Planta de Municiones del Ejército de EE UU en Tennessee; la fabricación de 162 fuselajes de popa del avión de combate F-35; la entrega de diez Eurofighter a la Fuerza Aérea de Qatar; el acuerdo con Arabia Saudí para el apoyo de este mismo modelo de caza durante cinco años; los importantes pedidos alcanzados por la empresa de la que es copropietaria MBDA, que incluyen la mejora de defensa aérea polaca del programa Pilica+; los trabajos de desarrollo de un futuro demostrador de combate aéreo, que volará previsiblemente en cuatro años; la obtención de 2.400 millones de libras en pedidos recibidos para el submarino Dreadnought, de los que ahora hay tres unidades en construcción; la construcción de una nueva sala de montaje de barcos y de la Academia de Construcción Naval Aplicada en Glasgow; la obtención depedidos adicionales de municiones para Reino Unido, por valor de más de 400 millones de libras, para aumentar la producción de existencias de defensa vitales, y la continuación de las inversiones en nuevos productos relacionados con ciberdefensa e inteligencia.
El GCAP es fruto en gran medida del proyecto inicial de Reino Unido de desarrollo de un futuro sistema aéreo de combate, incluido un caza de sexta generación, denominado Tempest, al que posteriormente se sumaron Italia y Suecia (no incluido en el actual proyecto).
Se trata de un proceso que el experto de Global Data califica de “particularmente esencial para el país”, del que recuerda “que está intentando modernizar el equipamiento de las Fuerzas de Autodefensa de Japón en los últimos años, en medio del creciente dominio de China en la región del Indo-Pacífico”.
El director militar de la parte francesa del programa, el general de división Jean-Luc Moritz, ha asegurado que existe “un buen ambiente de trabajo y se están cumpliendo los plazos”, para aclarar a la prensa que no ve nada que le lleve a pensar que Berlín pudiera abandonar sus compromisos y pasar a formar parte del proyecto italo-británico-japonés GCAP, que compite con el FCAS, como se apuntó en el citado medio.
tMás recientemente, el pasado septiembre, volvieron las dudas sobre la continuidad del FCAS a cuenta de los planes franceses de modernización de su avión de combate Rafale, que podría llevarle a obtener unas capacidades similares a las previstas en el FCAS una década antes y por menos coste.