Aunque hay que ser cuidadosos antes de introducir cambios radicales en las estructuras de fuerzas militares, la realidad es que se está produciendo una rápida expansión de los drones y que es preciso contar con ellos para mantener la superioridad operativa.
Irán y Rusia negaron inicialmente el uso de drones iraníes en Ucrania, contradiciendo a múltiples funcionarios occidentales y a las pruebas en Ucrania que mostraban restos de explosivos que parecían coincidir con los sistemas Shahed de Irán.
En su solicitud, el Gobierno ucraniano afirma que “está muy interesado en obtener de Israel (en los términos más breves posibles) sistemas de defensa, en particular: Iron Beam, Barak-8, Patriot, Iron Dome, David's Sling, Arrow Interceptor y el apoyo israelí en la formación de operadores ucranianos”.
Una situación militar impredecible, un contexto geopolítico incierto y unas condiciones económicas muy complejas han llevado a que el presidente Macron hable de que estamos en una situación de “economía de guerra”, lo que se ha traducido en el ámbito específico de los programas de adquisiciones de defensa a plantear una revisión de las políticas y procesos que se han aplicado hasta este momento, y cuyas líneas generales se han discutido en una reunión celebrada en septiembre entre el ministro de las Fuerzas Armadas, el director general de Armamento y los CEO de las principales compañías de defensa galas.
El portavoz del Pentágono, el general de brigada Pat Ryder, dijo que “los aviones de transporte rusos cargaron los equipos de los UAV en un aeródromo de Irán y posteriormente volaron de Irán a Rusia durante varios días en agosto”, y añadió que su “información indica que los UAV asociados a esta transferencia ya han experimentado numerosos fallos”.
Sullivan dijo que Irán también se está preparando para adiestrar a los rusos en el uso de estas armas, con sesiones iniciales de entrenamiento que comenzarán este mismo mes.