Esta conquista fue la culminación de la batalla de San Quintín y del posterior sitio al que los españoles sometieron a la ciudad.
Este parlamento no llegó a buen puerto y se recomendó a los defensores la rendición inmediata o, con la llegada inminente del conde de Arcos, momento en el que atacarían la ciudad, todos serían esclavizados o asesinados.A esto le sucedió un rápido ataque de las tropas de Ponce de León, que obligó al contingente de Gibraltar a encerrarse en el castillo.
Un cambio en la estrategiaTras el fracaso de su primer ataque, los franceses cambiaron de estrategia y sitiaron la ciudad.
Sin embargo, el hundimiento del Maine lo cambió todo. Al mes siguiente el destacamento de Baler, desconocedor del estallido de la guerra con Estados Unidos y de la recién proclamada independencia de Filipinas, fue atacado por los combatientes filipinos y se refugió en la iglesia, comenzando así el sitio.Tras varios intentos por parte de emisarios españoles para que depusieran las armas, finalmente los sitiados, tras ojear unos periódicos dejados en la iglesia por uno de los enviados, el teniente coronel Aguilar, descubrieron una noticia que no podía haber sido inventada por los filipinos, lo que les convenció de que España ya no ostentaba la soberanía de Filipinas y de que no tenía sentido seguir resistiendo en la iglesia. El 2 de junio deponían las armas y las autoridades filipinas aceptaron unas condiciones honrosas de capitulación.