Y ha mostrado sus recelos ante la compra ya prevista por parte de Alemania de aviones de combate de quinta generación F-35 estadounidenses capaces de portar armas nucleares, como parte del acuerdo que mantiene con la OTAN para mantener esta capacidad, lo que se percibe como una nueva dificultad para la buena marcha del FCAS.Más allá del pilar tecnológico centrado en el NGF, que es el más destacado, tanto los representantes de Airbus como el de Dassault coinciden en la sintonía con la que se están desarrollando los otros seis pilares del FCAS. Sobre este punto, Noticias de Israel recoge la posición de Airbus, sobre la que afirman: “Confiamos en que se pueda alcanzar una resolución si se respetan las normas de cooperación acordadas por las naciones en la NGF, como ocurre en otros pilares”.
A finales de noviembre se conoció la compra de 12 unidades por parte de Croacia y apenas dos semanas después se acordó la venta de otros 80 a Emiratos Árabes Unidos.Estos pedidos, junto al adicional de 30 aviones más que el pasado mayo hizo Egipto, que ya adquirió el Rafale, puede llevar a Dassault a triplicar su cadencia anual de aparatos fabricados, que ahora es de 11.
Tanto Dassault como Airbus han reconocido durante los últimos meses en varias ocasiones que existen diferencias en las negociaciones para el reparto de la carga de trabajo, sobre todo, en lo que se refiere al pilar del avión de combate de próxima generación, que deberá sustituir en el futuro las actuales flotas de cazas Eurofigther y Rafale de los tres países. A principios de este mes de marzo, el consejero delegado del fabricante aeronáutico francés, Eric Trappier, evidencío su frustración por el escaso avance del proyecto, que no logra desatascar el camino para acordar la siguiente fase.
El Ministerio de Defensa español ya tiene presupuesto para el Euromale, el sistema remotamente tripulado (RPAS) europeo diseñado por Airbus Defense and Space, junto con Dassault y Leonardo, para Alemania, Francia, Italia y la propia España. El Gobierno dio luz verde este martes en el Consejo de Ministros a una inversión de casi 1.900 millones de euros para este programa. Este importe, autorizado por el Ministerio de Hacienda, incluye el desarrollo, producción y apoyo a la entrada en servicio, así como el apoyo logístico del programa Euromale.En concreto, España invertirá 1.739,3 millones de euros en las fases de desarrollo y producción de los cuatro sistemas adquiridos -cada uno consta de tres aeronaves y dos estaciones de control terrestres (GCS)-, según los términos del acuerdo entre los ministerios de Defensa de Alemania, Francia e Italia. Dicho acuerdo establece los principios y disposiciones generales para la gestión del programa a través de la Organización Conjunta de Cooperación en material de Defensa (Occar). El Ministerio de Defensa contempla además una opción a dos sistemas adicionales.Las anualidades que aporta el Ministerio de Defensa suman 1.739.336.725 euros, repartidas así: 125.651.208 euros, en 2029; 92.355.883 euros, en 2030; 157.795.312 euros, en 2031; 212.334.104 euros, en 2032; 392.415.057 euros, en 2033; 419.307.877 euros, en 2034; y 339.477.284 euros, en 2035.150 millones para apoyo logísticoAdemás, hay que sumar otros 150,5 millones para apoyo a la entrada en servicio inicial durante cinco años desde la recepción del primer sistema por parte de España.
El ministerio ha concretado que los Rafale encargados por este último país, que se convertirá de este modo en el mayor usuario de exportación del modelo, se corresponderán con la versión más moderna y sofisticada, conocida como F4