Menéndez repasa las últimas compras de la Armada de Uruguay

El ministro de Defensa Nacional de Uruguay, Jorge Menéndez, informó el 23 de julio de los distintos procesos que se adelantan para la adquisición y reparación de equipos de la Armada Nacional. Como es tradicional, el ministro informó únicamente de las transacciones que ya han sido cerradas, todas ellas publicadas en su momento por infodefensa.com, y no adelantó nada sobre posibles compras a futuro.

En ese sentido, afirmó que se han otorgado 12,8 millones de pesos uruguayos (412.000 dólares) para realizar reparaciones y mantenimiento al buque de rescate y antártico clase Piast, ROU 26 Vanguardia. Asimismo, se ha aprobado el recambio de motores para el buque de comando/control y transporte clase Lüneburg, ROU 4 General Artigas por un total de 5,6 millones de dólares; la finalización de los trabajos de reconstrucción del velero escuela Capitán Miranda, los que insumieron varios años y un desembolso total del orden de los seis millones de dólares; la adquisición de dos embarcaciones de búsqueda y rescate, de origen alemán y 27 metros de eslora, por 640.000 euros (748.000 dólares).

Igualmente, confirmó la transferencia, por parte de Chile de tres aviones Cessna O-2 Skymaster; la compra a Italia de dos helicópteros Agusta Bell 412 de segunda mano, por 6,6 millones de dólares, los cuales se recibirían durante 2019, y, finalmente, el traspaso de cuatro aeronaves Beechcraft T34C-1 Turbo Mentor desde los inventarios de la Fuerza Aérea Ecuatoriana para la Aviación Naval uruguaya.

Cabe señalar, que ninguna de estas adquisiciones fue realizada con fondos presupuestados sino que son partidas especiales como en el caso de los Bell 412 y la reparación del ROU 4 o fondos propios de la Armada obtenidos como reembolso de Misiones Operativas de Paz bajo bandera de las Naciones Unidas, en el caso de las lanchas alemanas.

Mejora de algunas capacidades y pérdida de otras

Estas compras, sin duda, revitalizan sensiblemente las capacidades de la Armada, sobre todo en lo que es la parte de la Aviación Naval, pero apenas logra mantener una cobertura básica en lo referente a la fuerza de mar.

En ese orden, los buques de búsqueda y rescate alemanes, de origen civil, reemplazarán seguramente a los barreminas clase Kondor II que han llegado al fin de su vida útil. Estas naves, además de cumplir su rol secundario de patrulla y rescate, poseen la capacidad estratégica de desminado que es vital para un país oceánico pequeño y con fuerzas armadas humildes. Tener la capacidad de “limpiar” un área minada, ya sea a nivel defensivo u ofensivo, es clave cuando se plantean escenarios de combate asimétrico.

Sin embargo, los escasos fondos disponibles y años de diferentes gobiernos dándole la espalda al mar y a la Armada uruguaya, han llevado a que básicamente toda la capacidad bélica se haya perdido. En la cuarta semana de julio se desactivó efectivamente una de las dos fragatas de origen portugués clase Joao Belo y no hay en el horizonte ningún remplazo para ellas. Tímidamente se ha estado negociando la posibilidad de recibir dos corbetas clase Minerva italianas, pero básicamente reducidas a navíos de patrulla, sin la mayoría de sus sensores y capacidades de armas. Ante esta situación, la Armada lenta pero indefectiblemente se va convirtiendo en una fuerza de patrulla y rescate, con nula capacidad bélica. Estas negociaciones, al no estar concluidas, no son comentadas por fuentes oficiales.

La Fuerza Aérea mantendrá en vuelo algunos A-37B

En cuanto a la Fuerza Aérea Uruguaya, el ministro declaró que se otorgaron fondos para la compra de 12 nuevos asientos eyectables para mantener operativos seis Cessna A-37B Dragonfly, aviones cuyos asientos eyectores originales pronto dejarán de tener repuestos.

La compra, por un total de 4,8 millones de dólares, fue realizada a la firma Martin Baker y asegurarán la operatividad de estas venerables aeronaves por algunos años más o hasta que existan los recursos para obtener una aeronave más moderna y acorde a los tiempos actuales.