En la práctica, estos lazos suponen un alineamiento del país magrebí con los intereses de Estados Unidos y la OTAN en el norte de África, reduciendo de este modo la dependencia de Washington respecto a las bases españolas en el Mediterráneo occidental.“No se trata de ser visto, se trata de estar preparado”, declaró el teniente coronel de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Vincent Noel, comandante del escuadrón expedicionario allí desplegado.
Sin embargo, una vez más, la presencia de los B-52 adquiere una mayor relevancia en un contexto internacional marcado por la guerra en Ucrania. En el caso de Morón, la base compartida con el Ejército del Aire y del Espacio español acoge de forma periódica a los citados B-52 de la Fuerza Aérea estadounidense y también es sede del Escuadrón 496 de la Usaf que da apoyo a las unidades que llegan o operan desde este base. Hasta 2021, estuvo la Fuerza de Respuesta de Crisis para África del Cuerpo de Marines (USMC).
Los dos primeros llegaron a estas instalaciones el pasado 24 de marzo y la segunda pareja aterrizó en la pista de la base el 27 de marzo.Los cuatro aviones forman la conocida como Bomber Task Force 24-2. Durante este despliegue, los bombarderos, las tripulaciones y el personal de apoyo efectuarán distintas misiones -con despegues desde Morón- y operarán junto con fuerzas aliadas y socios para, según ha informado la Usaf en dos comunicados, "aumentar la interoperabilidad y garantizar los compromisos de seguridad en toda el área de responsabilidad del Mando Europeo de los Estados Unidos".Los bombarderos pertenecen a la 7th Bomb Wing de la USAF, con base en Dyess (Texas). Entraron en el teatro de operaciones del Mando Europeo, atravesando el mar de Barents.
El desarrollo, del que se calcula que se entregará un centenar de unidades a partir de mediados de esta década, deberá cargar grandes cantidades de combustible para penetrar las defensas más sofisticadas y destruir decenas de objetivos en una sola misión para la que deberá cubrir largas distancias.
El desarrollo, del que se calcula que se entregará un centenar de unidades a partir de mediados de esta década, deberá cargar grandes cantidades de combustible para penetrar las defensas más sofisticadas y destruir decenas de objetivos en una sola misión para la que deberá cubrir largas distancias.
Este acuerdo regula los medios y los efectivos que pueden desplegarse tanto en Morón como en Rota, la otra base estadounidense en suelo español.
Además de sus avanzadas capacidades de ataque de precisión de largo alcance, que permitirán a los comandantes combatientes la capacidad de mantener cualquier objetivo en cualquier lugar en el mundo, el avión también ha sido diseñado como componente principal de una familia más grande de sistemas que brindará capacidades de inteligencia, vigilancia y reconocimiento, ataque electrónico y redes multidominio.Finalmente, Northrop Grumman ha querido recordar que el nombre de la aeronave, Raider, que significa asaltante en inglés, es un homenaje a la conocida como Incursión Doolittle, en la que participaron 80 aviadores en la segunda guerra mundial que bombardearon Tokio a bordo de aviones B-25 Mitchell como respuesta al ataque japonés a Pearl Harbor.
Se trata, así, del primer avión de este tipo que se desarrolla en el país en los últimos treinta años.
Foto: Infodefensa.com Toda la integración de la electrónica corre a cargo de Arteixo, mientras que el diseño del dron y el mecanismo de disparo basado en el tambor es de Aerocámaras.