La empresa es la filial en España de la multinacional noruega Nammo, que desde 2013 gestiona las instalaciones de la antigua Fábrica de Armas de Palencia. Por último, la Fábrica de Municiones de Granada, empresa propiedad desde mayo de 2020 del grupo eslovaco MSM. En este caso, la compañía, ubicada en las instalaciones propiedad del Ministerio de Defensa en el barrio granadino de El Fargue, está especializada en la fabricación de munición de gran calibre de 105 y 120 mm para carros de combate, pólvoras para calibres medios, y misiles y componentes de misiles. La industria de defensa española, a la vista está, podría tener un papel destacado en los planes de compras conjuntas de la Unión Europea en proyectiles de 155 mm, con Expal, pero también en otras municiones muy demandas en la actualidad como la de carro de combate de 120 mm o incluso en las ligeras para fusiles y ametralladoras.
Reserva estratégica Este es el segundo contrato de munición de fusil y ametralladora ligera adjudicado a Nammo Palencia en los últimos meses.
El Jemad apuntó en octubre en su comparecencia en el Congreso que “una de las lecciones aprendidas de Ucrania es que creíamos que ya no existían guerras de larga duración… Los stocks de la OTAN y los nuestros no son suficientes, y lo que es más grave, tampoco podemos conseguirla (la munición) porque las empresas son incapaces de producir al ritmo que se consume en un conflicto”.
La compañía Nammo Palencia suministrará a la Armada munición de calibre medio (20 mm y 30 mm) utilizada por los cañones Oerlikon, instalados en diversos patrulleros, cazaminas, buques de asalto anfibio, buques de aprovisionamiento en combate y fragatas F-100, y por las nuevas estaciones de armas remotas Sentinel de Escribano, con las que han sido dotados los patrulleros de la clase Serviola.