Expal, FMG y Nammo Palencia, las bazas de España en el plan de compra de munición de la UE para Ucrania

“No nos suena en absoluto mal, todo lo contrario”. Con esta frase, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, respondía a las preguntas sobre la posible participación de España en el plan de compras conjuntas de munición de artillería propuesto por Estonia para incrementar el ritmo de entregas a Ucrania.  

Albares destacó en Bruselas que España “estudia y analiza” una iniciativa que pretende movilizar 4.000 millones de euros para la adquisición de un millón de proyectiles de 155 mm –aunque podría extenderse a otros calibres- y quiso hacer hincapié también en la capacidad de la industria de defensa española, una industria, subrayó, “potente y tecnológicamente elevada”.  

En España, tres empresas, Expal, la Fábrica de Municiones de Granada (FMG) y Nammo Palencia, concentran la producción de munición. Entre sus clientes se encuentran las Fuerzas Armadas españolas por supuesto, aunque lo cierto es que la mayor parte de sus ingresos proceden, como ocurre con muchas empresas del sector de la defensa, de la exportación a países de todo el mundo.  

Expal es el fabricante de la munición de 155 mm que utiliza el Ejército de Tierra. La compañía está inmersa en un proceso de venta a la alemana Rheinmetall, que debería resolverse a mediados de este año. La producción de este tipo de munición está repartida entre varias de sus plantas. La fábrica de Javalí Viejo en Murcia, por ejemplo, proporciona propulsantes, mientras que la de Trubia (Asturias) es responsable de componentes metálicos, como la vaina o el propio proyectil. 

En la actualidad, Expal tiene un contrato en vigor con el Ejército para el suministro de munición de 155 mm de alcance extendido (Extended Range) para los obuses de 155 mm SIAC y M109A5 de las unidades de artillería del Ejército de Tierra. Los proyectiles, dotados de unidad base bleed, propulsión por carga modular y espoleta electrónica EC-102, suponen un importante avance en prestaciones con respecto a los convencionales, al aumentar la seguridad y la eficacia de las operaciones, y ampliar los alcances hasta los 40 kilómetros. Esta munición es un desarrollo propio de Expal, en colaboración con el Ministerio de Defensa español. La compañía también produce otros tipos de munición desde granadas, hasta munición naval de calibre medio. 

Por su parte, Nammo Palencia está más centrada en munición de pequeño y medio calibre (hasta 30 mm). Esta compañía ha cerrado recientemente un contrato para dotar al Ministerio de Defensa de munición de fusil y ametralladora ligera (de 5,56 mm) para la recién creada reserva estratégica de este calibre. Además, ha suministrado munición para los cañones antiaéreos o los vehículos Pizarro del Ejército de Tierra. La empresa es la filial en España de la multinacional noruega Nammo, que desde 2013 gestiona las instalaciones de la antigua Fábrica de Armas de Palencia. 

Por último, la Fábrica de Municiones de Granada, empresa propiedad desde mayo de 2020 del grupo eslovaco MSM. En este caso, la compañía, ubicada en las instalaciones propiedad del Ministerio de Defensa en el barrio granadino de El Fargue, está especializada en la fabricación de munición de gran calibre de 105 y 120 mm para carros de combate, pólvoras para calibres medios, y misiles y componentes de misiles. 

La industria de defensa española, a la vista está, podría tener un papel destacado en los planes de compras conjuntas de la Unión Europea en proyectiles de 155 mm, con Expal, pero también en otras municiones muy demandas en la actualidad como la de carro de combate de 120 mm o incluso en las ligeras para fusiles y ametralladoras. Su papel, al final, dependerá como ocurre en estos casos de una decisión política.  

Respecto a la capacidad de producción, es decir, del número de proyectiles que podrían suministrar España en un determinado plazo, apenas hay información, puesto que ni el Ministerio de Defensa ni las propias empresas han facilitado datos sobre una cuestión muy sensible desde el punto de vista de la seguridad nacional. Una cuestión que todavía está por dirimir son los plazos de entrega. El sector afronta una avalancha de pedidos a medio y largo plazo y, de acuerdo con la propuesta de Estonia, habría que priorizar las entregas a Ucrania. 

Plan de compras conjunto de la UE 

El plan busca, por un lado, alcanzar un acuerdo entre los distintos países de la Unión Europea para acelerar la producción de munición y coordinar las capacidades de fabricación que tienen cada estado por separado, y, por otro, unir fuerzas creando lotes conjuntos para reducir los plazos de entrega de proyectiles a Ucrania. Las compras conjuntas serían gestionadas a través del Mecanismo Europeo para la Paz, el organismo de la Unión Europea que está canalizando el envío de armas a Ucrania. 

La entrega de munición es uno de los principales temas de debate en los últimos días. El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Seguridad y Política de Seguridad, Josep Borrell, exhortó a los socios de la Unión Europea a incrementar sus esfuerzos para suministrar munición a Ucrania.  

“La artillería rusa dispara alrededor de 50.000 proyectiles al día, los ucranianos tienen que estar al mismo nivel de capacidad”, afirmó esta semana antes de reunirse con los ministros de Exteriores de la UE. Para lograrlo, “haremos todo lo que podamos”, añadió antes de citar el uso del denominado “Fondo Europeo de Apoyo a la Paz para proporcionar financiación”, como posible fórmula 

Las advertencias de Estonia y Borrell están en sintonía con las realizadas la semana pasada por el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, alentando igualmente a incrementar notablemente la producción de munición, para poder atender la demanda ucraniana y reponer los almacenes occidentales.