Así figura en el nuevo Memorando de Defensa que se acaba de presentar en el país, prevé un aumento de su presupuesto militar de 2.400 millones de euros en los próximos años para poder hacer frente a este tipo de decisiones.
Los bombarderos tripulados en el aire eran bastante vulnerables para sorprender con un ataque aéreo, lo que implicaría que el uso de los B-52 debería realizarse en una fase muy temprana del conflicto e incluso antes de que comiencen las primeras hostilidades, ya que tanto en tierra como sobre el campo enemigo, serían tremendamente vulnerables.
El paso inminente para continuar con la operación de compra rumana de estos aviones, recogida por el portal ucraniano Militarnyi, es que su gobierno apruebe la asignación del presupuesto prioritario para financiar el inicio de la construcción de los aviones por parte de Lockheed Martin.
De este modo el camino ya se habrá allanado para que en unos meses llegue el momento de la firma definitiva del contrato, según la información facilitada por el ministro de Defensa, Ángel Tîlvăr.
El comandante de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos en Europa y en África, el general James Hecker, explica que la presencia de las fuerzas armadas de su país en Farnborough “es otra oportunidad para que el ejército de los EEUU se reúna con nuestros aliados del Reino Unido y la OTAN y nuestros socios para mostrar las capacidades dinámicas de nuestros diversos aviones y resaltar nuestra preparación colectiva”.
España podría sumarse en el futuro a este grupo de países del viejo continente compradores del F-35, si las autoridades de adquisiciones acceden a las solicitudes de la Armada, que aspira a la versión F-35B, capaz de operar desde portaeronaves, para sustituir a los actuales AV-8B Harrier II Plus, y posiblemente también a las del Ejército del Aire y del Espacio, que ahora se muestra más abierto a la posibilidad de incorporar el modelo F-35A a su inventario.
En la oportunidad, la Marina de Guerra del Perú (MGP) y Fuerza Aérea del Perú (FAP) realizarán ejercicios militares con el buque capital estadounidense, su componente aeronaval y buques escolta.Acompañan al portaviones, el destructor misilero clase Arleigh Burke Flight II, DDG-78 USS Porter, y el buque de reaprovisionamiento en alta mar T-AOE-189 USNS John Lenthall.El grupo naval de la Armada de Estados Unidos recaló en la zona de acceso al puerto y Base Naval del Callao el 19 de junio.El George WashingtonEl USS George Washington desplaza 98.900 toneladas métricas, tiene 338 metros de eslora, 79 metros de manga, calado de 12 metros, integra dos lanzadores Mk-57 Mod 3 para misiles antiaéreos Sea Sparrow, dos módulos RAM (Rolling Airframe Missiles), tres montajes Phalanx 1B con cañón rotatorio de 20 mm, diez afustes con ametralladoras de 12.7 mm, cuatro afustes con ametralladoras M240B de 7,62 mm, radares de búsqueda aérea AN/SPS-48E y AN/SPS-49V5, radar AN/SPN-41/43/46, sistema AN/SLQ-49V4, entre otros.Para este despliegue, el ala aérea embarcada está conformada por diez cazas furtivos F-35C Joint Strike Fighter, ocho cazas FA-18 Super Hornet, tres helicópteros navales MH-60S Sea Hawk (armados con torpedos Mk-46, misiles aire-superficie AGM-14 Hellfire y una ametralladora M60) y otros tres MH-60R Sea Hawk (armamento similar al MH-60S), dos aviones de alerta temprana y exploración E-2C Hawkeye.El destructor USS Porter, de 9.200 toneladas métricas, 155 metros de eslora, 21 metros de manga y 11 metros de calado, lleva a bordo dos helicópteros MH-60 Sea Hawk.
En este contexto, ha señalado, “me gustaría expresar mi agradecimiento y gratitud a nuestros socios en el Departamento de Defensa de los Estados Unidos y al gobierno de los Estados Unidos en general por reforzar y asegurar la ventaja y las capacidades estratégicas de Israel”.
Alemania también estaría por encima de los 40 aparatos que quiere adquirir Grecia y los 24 en los que está interesado Rumanía.
España podría sumarse en el futuro a este grupo de países del viejo continente compradores del F-35, si las autoridades de adquisiciones acceden a las solicitudes de la Armada, que quieren la versión F-35B, capaz de operar desde portaeronaves, para sustituir a los actuales AV-8B Harrier II Plus, y posiblemente a las del Ejército del Aire también, que ahora se muestra más abierto a la posibilidad de incorporar el modelo F-35A a su inventario.
Italia y Japón son los únicos países a los que se dotó de la capacidad para construir estos aviones fuera de Estados Unidos.
El dominio espacial España podría sumarse en el futuro a este grupo de países del viejo continente compradores del F-35, si las autoridades de adquisiciones acceden a las solicitudes de la Armada, que quieren la versión F-35B, capaz de operar desde portaeronaves, para sustituir a los actuales AV-8B Harrier II Plus, y posiblemente a las del Ejército del Aire también, que ahora se muestra más abierto a la posibilidad de incorporar el modelo F-35A a su inventario.
La flota de 12 aviones de combate de quinta generación F-35B encargada por Singapur, prestará servicio acompañada de otros ocho aparatos más, en esta ocasión de la variante F-35A. Esta última configuración se caracteriza por ser la diseñada para el despegue y el aterrizaje en pistas convencionales, mientras que los F-35B están preparados para despegar en pistas cortas (e incluso verticalmente) y aterrizar de forma vertical (STVOL), por lo que se trata del modelo en el que está interesada la Armada española para equipar su buque insignia, el Juan Carlos I. El ministro de Defensa singapurense, Ng Eng Hen, ha confirmado la adquisición de los nuevos ocho F-35A durante el debate sobre los presupuestos en el parlamento del país.
Se trata de un gráfico con los Clientes y oportunidades del F-35 en Europa en el que se incluyen los números de aviones adquiridos por la decena de países europeos que ya lo han encargado (Reino Unido, Finlandia, Italia, Noruega, Países Bajos, Suecia, Alemania, Bélgica, Polonia y Dinamarca); los que están en proceso de hacerse con él (República Checa, Grecia y Rumanía), y otros dos que probablemente lo van a comprar: España y Portugal.
De ahí que para el caso de Alemania, por ejemplo, se previó un precio mucho más elevado, en concreto de unos 100 millones de euros más por avión, hasta sumar 290 millones por cada uno de los 35 que solicitó Berlín.
En el caso checo, la LOA suscrita con Estados Unidos supone un paso más avanzado que el dado para Grecia para hacerse con el F-35.
España en el radar España podría sumarse en el futuro a este grupo de países del viejo continente compradores del F-35, si las autoridades de adquisiciones acceden a las solicitudes de la Armada, que quieren la versión F-35B, capaz de operar desde portaeronaves, para sustituir a los actuales AV-8B Harrier II Plus, y posiblemente a las del Ejército del Aire también, que ahora se muestra más abierto a la posibilidad de incorporar el modelo F-35A a su inventario.
En palabras de Yves Giroux, adscrito al PBO, “el coste total estimado del desarrollo, adquisición, operaciones y mantenimiento, y eliminación de la nueva flota de cazas es de 73.900 millones de dólares en un periodo de 45 años”, lo que no excede demasiado a la estimación de “unos 70.000 millones de dólares” canadienses estimada previamente por el Gobierno del país. De oponerse a comprar 23 más La previsión es que las cuatro primeras aeronaves lleguen al servicio en 2026, y que a partir de 2029 se mantenga un ritmo de entregas de 18 aparatos al año, hasta 2032, cuando, si no hay contratiempos, llegarán los últimos. Se da la circunstancia de que el actual primer ministro del país, Justin Trudeau, accedió al poder en 2015 con una firme oposición a la compra de estos aviones, pese a que Canadá es uno de los nueve países socios del programa F-35 .
BAE Systems, socia del programa Eurofighter junto a Airbus y Leonardo, es la encargada de negociar la venta de más cazas de este modelo a Arabia Saudí, que en su momento ya adquirió 72 unidades.
El trabajo, que vio la luz con el expresivo título de F-35 Joint Strike Fighter: se necesitan más acciones para explicar el crecimiento de costos y respaldar la decisión de modernización del motor, estima en 1,7 billones de dólares el coste total del programa para Estados Unidos si se incluye el ciclo de vida previsto para los aviones.