En ella da cuenta textualmente de la frase del documento en la que se explica que la fuerza naval germana “necesita la expansión a corto plazo de la capacidad de ataque de todas las unidades adecuadas, especialmente submarinos, para poder desplegar esta capacidad de forma encubierta desde lugares donde el enemigo no la esperaría”.
En cualquier caso, no estaba aún asegurado que la Casa Blanca fuese a autorizar la integración de los Tomahawk en los futuros submarinos de Países Bajos, desarrollados por Francia (Naval Group ganó el concurso para dotar a Ámsterdam de cuatro unidades por casi 5.700 millones de euros).Otra alternativa posible a la adquisición malograda del Tomahawk para los submarinos neerlandeses era la ofrecida por la compañía europea MBDA, con su misil de crucero MDCN, del programa francés de buques Barracuda, y que en 2020 realizó su primer disparo de prueba.
Su misión principal será acoger seis proyectos de investigación científica a bordo que se desarrollarán en los mares adyacentes a la península Antártica.El programa del Ministerio de Defensa español para dotar a las fragatas F-110 y también a las F-100 modernizadas del misil antibuque NSM contempla la compra de 120 misiles del modelo versión Block 1A. Dos minutos de testimonios de mujeres en primera línea de las Fuerzas Armadas y las profesiones STEM (siglas en inglés ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) que impulsan el sector de la defensa en España protagonizan el primer avance de la serie Defensa, industria y sociedad, palabras en femenino.
Esta licitación forma parte de los planes del Ministerio de Defensa para involucrar a la industria española (SMS, Navantia...) en el proyecto.El mantenimiento de estos misiles contempla hasta cinco niveles agrupados en tres bloques: nivel O, mantenimiento de sistemas embarcados; nivel I, comprobación anual de misiles almacenados en tierra; y nivel Depot, subdividido a su vez en D1, desmontaje parcial del misil para su reparación en caso de fallo entre periodos de overhaul; D2, desmontaje completo para overhaul cada diez años; y D3, mantenimientos específicos realizados por el fabricante de equipos originales en sus instalaciones. Los dos primeros niveles se realizan sin necesidad de equipamientos o instalaciones específicas, mientras que los tipo D requieren de medios concretos. El contrato, que tiene asignada una partida de casi medio millón de euros, busca analizar en el plazo de seis meses las capacidades necesarias para que la Armada y la industria nacional puede adquirir los medios necesarios para llevar a cabo el mantenimiento D1 y D2 "con la máxima autonomía y disponibilidad de misiles con las garantías de seguridad necesarias".El foco está puesto, detalla la Armada en la documentación del contrato, en capacidad D1 "más inmediata".
"Entre los misiles que más se ajustan a las necesidades de la Armada se encuentra la futura versión del misil NSM lanzable desde submarinos". Planes de la ArmadaLa Armada ha elegido el NSM para sustituir a los misiles antibuque sub-Harpoon en servicio, que serán retirados en torno a 2030. En principio, el arma será integrada en las nuevas fragatas F-110 y también en las F-100 durante su actualización de media vida, pero la idea de la Armada dar un paso más y utilizar este misil desde otras plataformas como el citado S-80 hasta futuros helicópteros antisubmarinos.El contrato, firmado ya con un presupuesto de 305 millones de euros, contempla un plan industrial para el mantenimiento de los misiles en la base de Rota y la participación de empresas españolas como SMS, Sener o Navantia.
Sobre esta circunstancia, el máximo responsable del área de Defensa de Kongsberg Australia, John Fry, ha mostrado el orgullo de la empresa por “haber sido seleccionados como socio estratégico en GWEO Enterprise”, y ha mostrado su confianza en “continuar invirtiendo en Australia para apoyar a las fuerzas armadas”.
El NSM reemplazará al misil Harpoon en los tres destructores de misiles guiados DDG de la clase Hobart en servicio en la Marina Real Australiana. Los trabajos de ingeniería para la integración del misil han estado liderados por la división de Australia de Navantia, en concreto, por su Centro de Diseño e Ingeniería Naval (DEC) en Melbourne. Navantia Australia ha trabajado en este proyecto estrechamente con Raytheon Australia, Konsberg Defence and Aerospace, la oficina de programa y el contratista gerente de DDG y la oficina del proyecto SEA 1300. "El esfuerzo de ingeniería realizado por nuestros equipos en el DEC solo y en colaboración con organizaciones en Australia y el extranjero se completó notablemente en menos de 18 meses", destacó el director de Operaciones de Navantia Australia, Jamie Gibbs.España también ha optado por el misil NSM para sus fragatas F-110 que construye Navantia en el astillero de FerroL. Además, tiene previsto integrar este misil en sus F-100 en servicio durante la modernización, pendiente todavía de financiación, y estudia su empleo desde otras plataformas como los submarinos S-80 o los nuevos helicópteros antisubmarinos MH-60R.Navantia Australia es la autoridad de diseño de los destructores DDG Hobart y responsable de mantener la integridad del diseño de la configuración base del buque.
En principio, el arma será integrada en las nuevas fragatas F-110 y en las actuales fragatas F-100 durante su actualización de media vida, pero la idea de la Armada dar un paso más y utilizar este misil desde otras plataformas. De momento, ya está en marcha un estudio para analizar la viabilidad de integrar el NSM en los nuevos submarinos S-80. A medio plazo, el plan es lanzar este misil también desde plataformas aéreas, en concreto, los helicópteros de la Flotilla de Aeronaves, según confirmó la propia Armada en un reciente foro sobre misiles en Madrid, organizado por la Fundación Círculo. En el primer caso, todavía no existe una versión operativa para submarinos de este misil.
Durante los últimos años, Kongsberg ha implementado varias medidas para aumentar su capacidad de producción, como la inversión de una nueva fábrica de misiles en la ciudad de Kongsberg (sureste de noruega), que se inaugurará este verano.
Entre las empresas españolas que podrían participar están Sener, el consorcio misilístico SMS y Navantia. "Esto incluye la posibilidad de formar parte de la cadena de suministro global de misiles y una propuesta para el establecimiento de una capacidad de mantenimiento del ciclo de vida completo para NSM en la base naval de Rota, en coordinación con la industria local", explica la empresa. Capacidad de ataque a tierraCon este misil, las fragatas de la Armada obtendrán además la capacidad de realizar ataques selectivos a objetivos en tierra.
A finales de 2022, el Ministerio de Defensa recibió el visto bueno del Gobierno a un pedido valorado en 125 millones, del que no ha trascendido el número de unidades. La previsión es que los primeros misiles lleguen a España en cuatro años, en 2027.El contrato de integración ha visto la luz este jueves apenas tres días después de que Navantia y Kongsberg ampliaran su colaboración para integrar el NSM en los buques construidos por el astillero español. Como publicó Infodefensa.com, la Armada y Navantia, junto con otras empresas como SMS y el fabricante del misil, ya han mantenido conversaciones en torno al empleo del NSM en el submarino S-80, un misil antibuque pero también con la capacidad para atacar objetivos terrestres.Si la integración finalmente sigue su curso, el submarino S-80 podría lanzar dos misiles antibuque: el NSM y el sub Harpoon.
Kongsberg Defence and Aerospace (KDA) y Navantia han acordado una extensión de su memorando de entendimiento, firmado por ambas compañías en 2022, para integrar el misil NSM (Naval Strike Missile) en los buques diseñados y construidos por el constructor naval español. "KDA, diseñador y fabricante del misil NSM colaborará con Navantia desde un punto de visita técnico e industrial, y con el fin de satisfacer los requerimientos de las Armadas noruega y española, así como en beneficio de clientes internacionales", informa Navantia en un comunicado. El primer MOU entre KDA y Navantia fue suscrito en marzo de 2022 para explorar la colaboración conjunta en el apoyo de la modernización de las fragatas F-310 clase Nansen de la Marina Real noruega y construidas por Navantia. Desde dicha firma, Navantia ha sido adjudicataria de diferentes contratos por parte del Ministerio de Defensa noruego, como la Auditoría de Configuración, la Fase de Viabilidad e importantes modificaciones que se están implementando en las fragatas noruegas.
La nueva adjudicación, por tanto, “se basa en más de una década de cooperación exitosa entre Kongsberg, el gobierno polaco y la industria polaca”, explica la compañía sueca en un comunicado en el que también revela que las entregas se alargarán hasta la década de 2030.
Recientemente también ha trascendido que la Armada y la industria estudian las opciones de integrar este misil en los submarinos S-80 además de en las fragatas, como publicó Infodefensa.com.
La Armada española y la industria mantienen conversaciones en torno a la posible integración del misil antibuque NSM (Naval Strike Missile) de la empresa noruega Kongsberg Aerospace & Defense (KDA) en los submarinos S-80 que el astillero público Navantia construye en sus instalaciones de Cartagena. El contrato para la compra de este misil abre la puerta al empleo del NSM desde distintas platafomas, subrayan fuentes industriales a Infodefensa.com.
La compra de NSM está contemplada en el proyecto SEA1300 australiano, con el que se dotará a las fragatas de la clase Anzac y los destructores de la clase Hobart.
El arma también se encuentra en el inventario de, entre otros, Estados Unidos, Alemania, Noruega y Polonia.
Con la elección del arma del fabricante noruego Kongsberg Defense & Aerospace (KDA) Reino Unido sigue los pasos de España, que recientemente también ha optado por estos proyectiles para dotar sus futuras fragatas F-110 y las actuales F-100.
El Ministerio de Defensa acaba de recibir el visto bueno del Gobierno para la adquisición del misil antibuque Naval Strike Missile (NSM) de la firma noruega Kongsberg Aerospace & Defense (KDA).
Su versión aire-superficie, denominada Joint Strike Missile, será el arma principal antibuque del Joint Strike Fighter F-35, un avión de combate por el que tanto la Armada como el Ejército del Aire y del Espacio ya han mostrado interés.