Tras muchas presiones, el presidente español ha aceptado firmar la declaración que cierra mañana la reunión y que abogará por el 5% del PIB como objetivo del gasto en defensa, pero solo tras conseguir que el texto sea lo suficientemente ambiguo como para que España encuentre “flexibilidad” para decidir cómo llegar a los compromisos militares de la Alianza.La propuesta de que los países aliados destinen hasta un 5% de su PIB a este ámbito en el horizonte de 2035 ha generado un intenso debate, reflejo de las notables diferencias internas en función de la proximidad geográfica y estratégica respecto a Rusia.Esta ambiciosa meta fue planteada inicialmente por Donald Trump, incluso antes de su regreso oficial a la presidencia estadounidense, y condiciona la continuidad del paraguas defensivo norteamericano sobre Europa al compromiso firme de sus socios con el gasto militar, especialmente en un momento marcado por la guerra en Ucrania y el temor a una escalada del conflicto.Aunque la tendencia al alza en el presupuesto de Defensa no es nueva y se remonta a hace una década, la presión estadounidense la ha intensificado notablemente. Según los últimos datos publicados por la Alianza, en 2024 los países europeos miembros y Canadá aumentaron su gasto militar en un 19%.
Y de todas formas, habrá una revisión en 2029”, indicó Rutte en la rueda de prensa que ha ofrecido hoy.Rutte ha querido dejar claro, corrigiendo en parte las palabras pronunciadas ayer por Sánchez, que todos los aliados se han mostrado de acuerdo con la declaración que será aprobada al término de la cumbre, así como con los objetivos de capacidades que precisará la OTAN en los próximos años y que ya fijaron los ministros aliados de Defensa hace dos semanas.Así, la nueva meta general de gasto ascenderá al 5 % del PIB, porcentaje del que un 3,5 % será para gasto militar puro y un 1,5 % para gasto relacionado, que puede ir a parar a infraestructuras u otras partidas relacionadas directamente o indirectamente con la defensa y la seguridad."La OTAN no tiene cláusula de exclusión voluntaria"En cuanto a nuestro país y su negativa a llegar a esa cifra y no ir más allá de un 2,1%, Rutte fue rotundo: “La OTAN ni tiene ninguna cláusula de exclusión voluntaria”, ni “conoce los acuerdos secundarios ni los acuerdos colaterales”.No obstante, aseguró que “todos los aliados, por supuesto, tienen el derecho soberano y también la flexibilidad de determinar sus vías para cumplir el compromiso de la OTAN”.La “gran diferencia” con el compromiso al que se llevó en la cumbre de Gales en 2014, que fijaba el 2% que sigue rigiendo a día de hoy, reside en que esta vez habrá “informes anuales”.“Habrá opiniones periódicas sobre lo que está pasando.
El esfuerzo que representaría "exigiría gastar unos 350.000 millones de euros adicionales que solo podrían conseguirse subiendo los impuestos 3.000 al mes a cada ciudadanos".Esta negativa a llegar al 5% no supone quedar fuera del paraguas de la OTAN y se "ha logrado mediante una iniciativa diplomática discreta y leal que salvaguarda la soberanía de España y que al tiempo permite una declaración final de consenso tras la cumbre".El pasado viernes, la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, ya adelantó en un acto organizado por Infodefensa que "el esfuerzo sostenido" ha permitido duplicar en los últimos años la inversión en Defensa pasando del 0,9% del PIB en 2018 al 1,4% y, de ahí, a la previsión de alcanzar el 2% este año con el nuevo Plan Tecnológico e Industrial para la Seguridad y la Defensa. La representante de Defensa también respaldó el mensaje de Sánchez a la OTAN, al tiempo que puso en valor el papel clave de España en las capacidades operativas; en las misiones de la Alianza Atlántica en el flanco este, frente a Rusia.
Vemos en Ucrania cómo Rusia siembra el terror desde el cielo, así que fortaleceremos el escudo que protege nuestros cielos", dijo Rutte durante una comparecencia en el centro de estudios Chatham House de la capital británica, después de reunirse con el primer ministro británico, Keir Starmer.Tras estas palabras, el el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, aseguró que la OTAN, "tras quitarse la máscara, está demostrando de todas las formas posibles su propia naturaleza como instrumento de agresión y confrontación".Rutte abordó el tema del aumento de defensa aérea antes de una cumbre de la OTAN, que tendrá lugar a finales de este mes en Países Bajos, para la que el presidente estadounidense, Donald Trump, está presionando a los países de la Alianza Atlántica a aumentar sus presupuestos militares.5% del PIB en defensaEl presidente de la OTAN ha propuesto una cifra global del 5% del PIB, pero presentada como la suma de dos tipos de gastos, con un 3,5% de aquí a 2032 para gastos militares en sentido estricto, y un 1,5 % para todo lo relacionado con la seguridad en un sentido amplio (protección fronteriza, ciberseguridad, etcétera)."El peligro no desaparecerá ni siquiera cuando termine la guerra en Ucrania", sostuvo Rutte, que declaró también que los ejércitos de la OTAN "necesitan miles de vehículos blindados y tanques adicionales, millones de proyectiles de artillería más", así como "duplicar" sus capacidades de despliegue en logística, suministro, transporte y apoyo médico."Necesitamos un salto cualitativo en nuestra defensa colectiva (...) Debemos tener más fuerzas y capacidades para adoptar plenamente nuestros planes de defensa".
No tenemos otra opción", afirmó.Washington insiste en que el tiempo para definir este compromiso no es ilimitado y que la reunión ministerial de este jueves debe dejar claro que todos los aliados están comprometidos con un crecimiento real y sostenido de sus presupuestos de defensa.
Trump ha asegurado que ahora “están considerando la oferta” en Canadá.Cúpula DoradaSin embargo, se da la circunstancia de que Estados Unidos necesita poder emplear radares en suelo canadiense para el éxito de su Golden Dome o no podrá conseguir la efectividad propuesta.Sobre el incremento en el gasto de defensa de los países de la OTAN hasta el 3,5% del PIB, más otro 1,5% adicional del PIB en elementos igualmente relacionados con defensa, Carney se ha mostrado crítico con el establecimiento de una cifra concreta.
Con el 2% del PIB dedicado a gasto militar que se marcó como objetivo en 2014 para 2024, y que en conjunto ya se ha alcanzado, no hay suficiente para los nuevos desafíos, ha indicado. “Con el 2% podemos mantenernos seguros hoy y mañana.
Este miércoles y jueves ha tenido lugar en la ciudad turca de Antalya una reunión informal de ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN para negociar un aumento del gasto militar, para tratar de contentar a Estados Unidos, que exige a los 32 países de la OTAN que dediquen al menos 5% de su Producto Interno Bruto (PIB) a los gastos de defensa, un aumento sustancial que muchos países consideran inalcanzable.Al término de la reunión, el secretario general de la Alianza Atlántica, el neerlandés Mark Rutte, ha escrito en sus redes sociales que la reunión informal ha sido muy productiva y ha asegurado que la OTAN necesita “un aumento del gasto en defensa; mayor capacidad industrial de defensa y apoyo continuo a Ucrania para que podamos salvaguardar la estabilidad en toda nuestra área euroatlántica”.Rutte, en la rueda de prensa posterior al encuentro, elogió a los miembros de la OTAN por demostrar su creciente compromiso con el reparto equitativo de la carga, afirmando que "vamos por buen camino".
En el cuarto lugar encontramos a Estados Unidos, con un 3,19% de inversión en defensa, siendo, curiosamente, el único miembro de la OTAN que reduce el porcentaje respecto del año anterior.Las cifras las difundió hoy la organización transatlántica en el informe anual del secretario general de la OTAN sobre el año pasado, por lo que no tienen en cuenta el anuncio que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, realizó el martes para llegar al 2% este mismo año, con un montante adicional de 10.471 millones de euros para seguridad y defensa, meta que el Ejecutivo había propuesto alcanzar en un primer momento en 2029. Si bien el informe muestra que las inversiones en defensa crecieron significativamente en toda la Alianza, también señala la necesidad de «acelerar nuestro trabajo para apoyar una base industrial de defensa transatlántica más sólida, resiliente e innovadora». El secretario general de la OTAN, el neerlandés Mark Rutte explica que su "prioridad es impulsar esta adaptación para que la OTAN pueda ser aún más fuerte, más ágil y esté preparada para disuadir y defenderse con credibilidad de todas las amenazas a nuestra seguridad".En su prólogo, Rutte asegura que el mundo vive el momento más peligroso en generaciones desde el punto de vista de la seguridad internacional y subraya que "en 2024, la OTAN continuó reforzando su postura colectiva de disuasión y defensa", que incrementó sus fuerzas de alta disponibilidad y que "los Aliados continuaron desplegando fuerzas robustas y con capacidad de combate en el flanco oriental de la OTAN".Destaca también el continuo apoyo de la OTAN a Ucrania, así como la labor de la Alianza para impulsar la resiliencia de las infraestructuras críticas y las cadenas de suministro esenciales para la defensa.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha manifestado su satisfacción por el hecho de que Pedro Sánchez se haya comprometido a llevar a cabo una inversión adicional en defensa y seguridad de 10.471 millones de euros para alcanzar este año el objetivo de destinar el 2% del PIB a esa partida."Celebro el anuncio de alcanzar el 2 % más rápidamente", escribió Rutte en un mensaje en redes sociales tras hablar con el presidente del Gobierno español, quien le puso "al día sobre los planes de España para acelerar la inversión en defensa".El neerlandés añadió que "para mantenernos seguros, todos necesitamos aumentar la inversión en defensa: construir una OTAN más fuerte, más justa y más letal".
Una vez estén claros los instrumentos del nuevo acuerdo, aseguró la semana pasada en el Congreso, concretará sus planes. La cumbre de la OTAN es a finales de junio, al inicio del verano, así que, si damos por bueno el calendario que plantea el presidente del Gobierno, España llegará a La Haya con un propuesta sobre la mesa como principal argumento para convencer a los socios, y en especial a Trump, de su compromiso con la Alianza.
Las palabras de Rutte llegan en vísperas de la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, el próximo lunes (20 de enero), quien ya ha preparado el terreno de su ofensiva prevista para que los socios de la OTAN eleven su gasto militar apuntando al 5% del PIB. Posible compromiso en La Haya Según distintas fuentes, recogidas por El País sin comprometer su identidad, la próxima cumbre de la Alianza Atlántica que tendrá lugar en La Haya (Países Bajos) el próximo junio lleva camino de convertirse en el escenario en el que se renovará el compromiso del 2%, acordado en Gales en 2014, para elevarlo al 3%.
La guerra en Ucrania, y la consiguiente respuesta de los aliados de la OTAN ante el ataque ruso, ha dado oxígeno a la organización, a la que se han sumado las hasta ahora reticentes Finlandia y Suecia, tras un periodo difícil en el que incluso se llegó a poner en duda la continuidad de su máximo contribuyente, Estados Unidos.