La permanente presión de la nueva administración estadounidense sobre Canadá está acercando a Ottawa militarmente a Europa a pasos agigantados. Las constantes declaraciones del presidente Donald Trump sobre la idea de convertir a su vecino del norte en el 51º Estado de su país, y los persistentes anuncios de incrementos de aranceles, han impulsado al nuevo primer ministro canadiense, Mark Carney, a anunciar su intención de sumarse al ambicioso plan de rearme europeo, que pretende un gasto extra de 800.000 millones de euros en los cinco próximos años. Su objetivo es concretar este acercamiento antes del próximo 1 de julio, de modo que arranque cuanto antes el proceso de alejar la defensa canadiense todo lo posible de su actual dependencia de Estados Unidos.
El 1 de julio es el Día de Canadá, en el que se celebra la autonomía del país de Reino Unido, que tuvo lugar en 1867. “Estamos haciendo un gran progreso en esto [en referencia a los trabajos para unirse al programa de defensa europeo], y para el Día de Canadá nos gustaría ver algo concreto”, ha apuntado textualmente el primer ministro canadiense.
Al revelar la intención de unir esfuerzos con la defensa europea, recogida la semana pasada por la radiotelevisión pública canadiense CBC, Carney explicó que casi dos tercios del gasto en militar en su país se emplea para adquirir material de Washington. “65 centavos de cada dólar de gasto de capital para defensa van a los Estados Unidos”, apuntó textualmente.
Más allá de esa fecha del 1 de julio como momento tope para sumarse a los esfuerzos europeos todavía no se conocen detalle sobre cómo se prevé que ese acuerdo tome forma. De este modo, aún no hay establecido un calendario de hitos, aunque el nuevo primer ministro ha señalado que quiere moverse de forma agresiva para consolidar la operación.
Política agresiva de Trump
La posible unión de Canadá a la iniciativa europea de rearme es un asunto que se viene tratando desde antes de las elecciones federales de esta primavera en la que ganó el político del centroizquierdista Partido Liberal Mark Caney, impulsado en gran medida precisamente por la agresiva política de Trump frente a su país.
Al tiempo que Ottawa evidencia su intención de aproximarse militarmente a Europa, Donald Trump ha presentado su ambicioso proyecto de escudo antimisiles Golden Dome (Cúpula Dorada), con el que también se protegerá a Canadá, a la que “costará 61.000 millones de dólares si siguen siendo una nación separada, pero desigual, pero le costará cero dólares si se convierten en nuestro preciado estado 51º”. Trump ha asegurado que ahora “están considerando la oferta” en Canadá.
Cúpula Dorada
Sin embargo, se da la circunstancia de que Estados Unidos necesita poder emplear radares en suelo canadiense para el éxito de su Golden Dome o no podrá conseguir la efectividad propuesta.
Sobre el incremento en el gasto de defensa de los países de la OTAN hasta el 3,5% del PIB, más otro 1,5% adicional del PIB en elementos igualmente relacionados con defensa, Carney se ha mostrado crítico con el establecimiento de una cifra concreta. Este 5% que se espera proponer en la próxima cumbre de La Haya, a finales de este mes, es una cifra muy repetida desde hace meses por Trump y que el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ya ha hecho también suya. Carney no es partidario “de elegir un número arbitrario y luego tratar de descubrir cómo gastarlo”, ha señalado, antes de aclarar que Canadá sí va a participar en el planteamiento previsto para el encuentro de La Haya sobre el incremento del gasto en defensa para procurar la protección mutua.
Actualmente, Canadá dedica en torno a un 1,37% de su PIB en defensa, lo que aún le deja lejos del objetivo inicial del 2% comprometido por los miembros de la OTAN en la cumbre de Gales de 2014, y con fecha tope prevista para 2024.