El surcoreano Chunmoo, el brasileño Astros o el estadounidense Himars, principales opciones al lanzacohetes PULS

Si finalmente el Gobierno de España revoca la licencia del sistema PULS, diseñado por la israelí Elbit Systems, para poner en marcha el Sistema Lanzacohetes de Alta Movilidad (Silam) del Ejército de Tierra, habrá que buscar en el mercado otras alternativas, habida cuenta que, en principio, el Ministerio de Defensa ha asegurado que en ningún caso se cancela el programa. 

En este caso, el contrato valorado en 700 millones de euros implicaba la transferencia de tecnología para la producción en España por las empresas EM&E y Rheinmetall Expal Munitions de los lanzadores y las distintas municiones. 

Previamente a la adjudicación del contrato, la Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa tenía sobre la mesa varias opciones para el diseño y desarrollo de este sistema, y todas contemplaban la compra a un contratista nacional apoyado por un socio tecnológico extranjero. 

Esta es la opción preferida por la Secretaría de Estado de Defensa para fortalecer la base industrial y tecnológica de la defensa, por delante de otras como la adquisición directa en el mercado internacional, la compra a Estados Unidos vía FMS del muy exportado sistema Himars.

Aparte del sistema PULS israelí, en principio descartado, aunque su revocación final iría acompañada de un largo proceso administrativo y judicial, las otras dos opciones que se barajaban eran un sistema basado en el lanzacohetes surcoreano Chunmoo y el de la brasileña Avibras para producir un sistema a partir del Astros.

El exitoso Chumnoo surcoreano

El K239 Chunmoo surcoreano, desarrollado por Hanwha Defence para las fuerzas armadas surcoreanas con el fin de sustituir al anticuado K136 MLRS, va montado sobre un vehículo 8×8 con cabina blindada, al cual se le montó un lanzador capaz de alojar 12 cohetes de 227mm, en una configuración que imita al MLRS 270 norteamericano. Pese a ser más pesado y menos ágil que el Himars, el K239 permite duplicar la carga de munición respecto al estadounidense, por lo que ambos sistemas se pueden complementar. También puede disparar misiles de 239 mm, capaces de alcanzar objetivos a una distancia de hasta 85 kilómetros con guiado GPS o inercial; o misiles tácticos Ure-2 de 600 mm, análogo al estadounidense ATACMS, con hasta 290 kilómetros de alcance.

El Chunmoo, que se ha vendido también a Polonia, está equipado con un sistema de carga por lotes y es capaz de transportar dos paquetes a la vez, cada uno de los cuales, dependiendo del calibre, puede contener de 20 a 6 misiles o un misil balístico táctico.

Una batería completa consta de cuatro a seis lanzadores de montaje de transportadores de ocho celdas, un radar 3D de matriz en fase multifunción y un vehículo de comando de incendios. Empleando la llamada tecnología hit-to-kill, el misil puede interceptar hasta seis misiles hostiles que lleguen a altitudes inferiores a 40 kilómetros, con un alcance de detección de 100 kilómetros. 

El sistema brasileño Astros incluía dos fábricas en España

En cuanto al sistema Astros, la española NTGS y Avibras crearon el consorcio Ibermisil, que representaba un importante compromiso con España y con el desarrollo de tecnologías avanzadas en el ámbito de la defensa.

Este acuerdo contemplaba que Ibermisil, de resultar adjudicatario del concurso, abriría dos centros de producción, uno situado en la provincia de Jaén (en permanente colaboración con el nuevo centro de Defensa Cetedex) y otro en la de Badajoz. Según las propias empresas, cada uno de estos centros proporcionaría empleo de calidad a 1.200 personas.

Sin embargo, este acuerdo iba más allá y el objetivo era que esas plantas de producción fabricasen sistemas de lanzamiento y misiles, no solo para España, sino para otros países.

Uno de los pilares fundamentales era la Transferencia de Tecnología y Producción (TTP) del 100% del sistema. Además, en caso de necesidades urgentes del Ejército que no admitiesen demora, se podría facilitar un suministro inicial desde la fábrica de Avibras en Brasil mientras se construyesen las plantas en Jaén y Badajoz. Era factible que, en un plazo de cuatro meses desde que el Ejército suministrase las plataformas Iveco a Ibermisil, el Ejército pudiese contar con 12 sistemas totalmente operativos.

Con un diseño modular, este sistema utiliza cohetes de calibres que varían entre 127 y 450 mm. Fue diseñado basándose en el vehículo todoterreno Tectran VBT-2028 6×6, con el propósito de optimizar su movilidad. Un sistema completo está compuesto por un Vehículo de Mando a nivel de Batallón (AV-VCC) 4×4, que dirige tres baterías y un conjunto de vehículos 4×4 y 6×6. 

Este sistema posee una capacidad de disparo con un alcance que va desde 9 hasta 300 kilómetros, pudiéndosele emplazar diferentes tipos de calibres de cohetes bastando con cambiar las cápsulas en donde son disparados.

El misil era de crucero, diferenciándose de las propuestas balísticas de otros consorcios. Este tipo de misil ofrece ventajas tácticas y estratégicas significativas, pudiendo alcanzar distancias superiores a los 500 Km.

El Himars, un valor seguro

Evidentemente, sobre la mesa está también el sistema Himars estadounidense, aunque en este caso no se había ahondado en la posibilidad de que el proyecto saliese adelante incluyendo una transferencia de tecnología a España.

El denominado M142 Himars (High Mobility Artillery Rocket System) es un sistema de lanzacohetes múltiple de alta movilidad desarrollado por Lockheed Martin para el Ejército de Estados Unidos. Montado sobre un camión FMTV 6x6, ofrece una combinación de movilidad táctica, precisión y potencia de fuego, permitiendo a las fuerzas terrestres atacar objetivos a larga distancia con rapidez y eficacia.

Este sistema puede lanzar seis cohetes guiados GMLRS (Guided Multiple Launch Rocket System) con un alcance de hasta 70 km, o un misil táctico ATACMS (Army Tactical Missile System) capaz de alcanzar objetivos a 300 km. Además, se encuentra en desarrollo el misil PrSM (Precision Strike Missile), que ampliará su alcance hasta aproximadamente 500 km. El Himars ha demostrado su eficacia en diversos conflictos, destacando su papel en la guerra en Ucrania, donde ha sido utilizado para atacar posiciones estratégicas con alta precisión.

Polonia, Rumanía, Estonia, Letonia, Lituania, Eslovaquia, Ucrania y Taiwán, entre otros países cuentan con este sistema. También Marruecos anunció la compra de 16 lanzaderas. 

En resumen, el Himars se ha consolidado como una herramienta clave en la artillería moderna, ofreciendo una combinación de movilidad, precisión y potencia de fuego que lo hace altamente valorado por diversas fuerzas armadas en todo el mundo.

El FLP-T, un proyecto francés a medio plazo

Otra opción nueva a tener en cuenta es el proyecto francés Frappe Longue Portée Terrestre (FLP-T) sobre el que trabaja el Gobierno galo. El Directorio General de Armamento de este país está trabajando con dos consorcios, conformados, respectivamente, por las empresas Safran y MBDA y Thales y ArianeGroup para poder desarrollar un sistema lanzamisiles de largo alcance que contaría con un rango de 150 kilómetros. 

Este programa busca reemplazar al actual LRU (Lance-Roquettes Unitaire), la versión francesa del M270 MLRS, y posicionarse como una alternativa soberana frente a sistemas extranjeros.

El proyecto FLP-T se enmarca dentro de la Ley de Programación Militar 2024-2030, que asigna 600 millones de euros para adquirir 13 sistemas antes de 2030 y alcanzar un total de 26 unidades en 2035. En 2024, se destinaron 124 millones de euros al programa, con la intención de iniciar la fase de implementación en 2025. Sin embargo, el jefe del Estado Mayor del Ejército francés, general Pierre Schill, ha reconocido que el objetivo inicial de desplegar el sistema para 2027 no es realista. 

En la feria Eurosatory 2024, MBDA y Safran presentaron su modelo Thundart, un cohete guiado de 227 mm desarrollado para el programa FLP-T. Este sistema está diseñado para alcanzar objetivos fijos o de oportunidad a distancias de hasta 150 km, utilizando un sistema de navegación INS/GNSS.

Además de MBDA y Safran, el consorcio Thales-ArianeGroup también ha propuesto una solución para el programa FLP-T, con capacidades similares y un alcance potencial de hasta 500 km. Esta competencia busca seleccionar la opción más eficaz y adecuada para las necesidades del Ejército francés.

El FLP-T se diferencia notablemente del sistema de artillería autopropulsada Caear, también de origen francés. Mientras que el Caesar, con su cañón de 155 mm, ofrece una movilidad y rapidez destacadas, su alcance máximo es de aproximadamente 40 km. En contraste, el FLP-T está concebido para proporcionar una capacidad de ataque en profundidad, alcanzando objetivos a distancias mucho mayores y complementando así las capacidades del Caesar en el campo de batalla.

La principal desventaja de esta opción es, precisamente, que es un proyecto y que tardará un tiempo aún en hacerse realidad, mientras que España necesita su sistema lanzacohetes de forma inminente, aunque es cierto que con la revocación del contrato actual los plazos se dilatarán en el tiempo.