El Ministerio de Defensa ha iniciado los trámites para revocar las licencias del misil contracarro Spike LR2, un contrato adjudicado a finales de 2023 a la empresa Pap Tecnos, filial en España de la israelí Rafael, fabricante del sistema, por 287,5 millones de euros.
En la misma situación está el programa del Sistema Lanzacohetes de Alta Movilidad (Silam) del Ejército de Tierra, según adelanta la Cadena Ser y confirman a Infodefensa.com fuentes oficiales. El departamento que dirige Margarita Robles también revocará las licencias del sistema PULS, diseñado por la israelí Elbit Systems. En este caso, el contrato valorado en 700 millones de euros implicaba la transferencia de tecnología para la producción en España por las empresas EM&E y Rheinmetall Expal Munitions de los lanzadores y las distintas municiones.
Fuentes oficiales dejan claro que en ningún caso la revocación de las licencias implica la cancelación de los programas. El Ministerio de Defensa ya trabaja para buscar una alternativa tecnológica en el mercado, en el marco del plan de desconexión de Israel anunciado la semana pasada por la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce.
En el contrato del Spike LR2, la licencia de importación de componentes del misil procedentes de Israel acaba de expirar, según ha podido confirmar Infodefensa.com. Este tipo de licencias tiene normalmente una duración de un año, y suelen prorrogarse de forma casi automática en los contratos en curso. En este caso, no ha sido renovada. La revocación o suspensión de la licencia no implicaría necesariamente la cancelación del contrato. Una opción podría ser recurrir a EuroSpike, empresa conjunta de Rheinmetall, Diehl y Rafael con sede en Alemania.
El plan de desconexión, explicó Valcarce, tiene por delante un "desarrollo", del que el Ministerio de Defensa ha informado ya a la industria española. La intención es reducir la dependencia de forma progresiva hasta alcanzar "el objetivo O". Este objetivo solo es posible, remarcó, con el plan de desconexión. "La apuesta es que la desconexión permitirá un desarrollo tecnológico propio en España y en Europa".
Los programas no se cancelan
Tanto el misil contracarro como el lanzacohetes, matizan las fuentes consultadas, son programas fundamentales para mantener y potenciar las capacidades de las Fuerzas Armadas, especialmente del Ejército de Tierra, en un escenario geopolítico complejo. Defensa trabaja para "reorientar y articular" los programas con el objetivo de garantizar la viabilidad, sin la dependencia tecnológica de la industria israelí.
Ambos contratos quedaron en un primer momento al margen del veto al material de defensa israelí, impuesto por el Gobierno español al inicio de la ofensiva en Gaza, tras el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023. El Ministerio de Defensa había defendido hasta ahora que estos proyectos no eran contratos de compra de armamento como tal, sino de transferencia de tecnología para la fabricación en España por empresas españolas. Sin embargo, la posición ha cambiado.
Spike LR2 y Silam
El contrato de Spike LR2 contemplaba la compra de 1.680 misiles de la versión LR2, la más avanzada, 168 puestos de tiro y el apoyo logístico por un importe de 287,5 millones de euros. Con esta compra, el Ministerio de Defensa buscaba sustituir al veterano misil TOW y modernizar la defensa contracarro del Ejército de Tierra y la Infantería de Marina. Ambos ya conocen este misil puesto que operan desde 2009 la versión anterior, el Spike LR.
El contrato incluía un plan industrial para la fabricación en España del misil a través de un consorcio de empresas integrado por Escribano, Tecnobit y FMG con Pap Tecnos, como contratista principal y coordinador desde sus instalaciones en Madrid. Según los cálculos iniciales, el plan industrial del Spike crearía un total de 1.100 empleos.
El programa Silam, liderado por una unión temporal de empresas formada Escribano y Rheinmetall Expal, buscaba dotar al Ejército de Tierra de lanzacohetes por un importe próximo a los 700 millones de euros. El sistema elegido fue el PULS, un lanzacohetes diseñado por la israelí Elbit Systems. El programa contemplaba la transferencia de tecnología para la fabricación tanto de lanzacohetes como de munición en España e incluía el suministro inicial de doce lanzadores y un lote de más de 600 cohetes en tres versiones, con un alcance de hasta 300 kilómetros, junto con otros equipos asociados para la localización e identificación de objetivos entre los que se encuentran radares multifunción y drones tácticos de altas prestaciones.