Los bombarderos estratégicos atacados por Kiev, el puntal ofensivo de Rusia contra Ucrania

La aviación estratégica rusa representa una de las principales capacidades ofensivas de largo alcance del Estado Mayor ruso. Agrupada dentro de la Fuerza Aeroespacial, incluye bombarderos pesados diseñados para portar armamento nuclear o convencional a distancias intercontinentales. 

Esta fuerza está compuesta esencialmente por tres modelos principales de aviones: el Tupolev Tu-160, el Tu-95MS y el Tu-22M3. Cada uno de ellos cumple funciones distintas dentro del conjunto de capacidades de disuasor nuclear y ataque de largo alcance, y todos han sido empleados en el marco de la guerra contra Ucrania, desde el inicio de la invasión en febrero de 2022.

Tu-160 Blackjack

El más moderno de estos aparatos es el Tu-160 Blackjack, un bombardero supersónico de geometría variable, diseñado en la última etapa de la Unión Soviética. Con una velocidad máxima superior a Mach 2, una autonomía que supera los 12.000 kilómetros sin reabastecimiento y una carga de combate de hasta 45 toneladas, el Tu-160 es capaz de transportar en bodegas internas misiles de crucero Kh-55, Kh-101 o Kh-102, armados con cabezas convencionales o nucleares. En la actualidad, Rusia opera una flota de aproximadamente dos docenas de Tu-160, varios de los cuales han sido modernizados a la versión Tu-160M, con mejoras en aviónica de última generación y los nuevos motores NK-32-02, que exigen menos mantenimiento. Estos motores no sólo son muy fiables sino que también ofrecen un rendimiento de vuelo y una longevidad excepcionales. El Tu-160M ​​también está equipado con una serie de nuevas armas.

Los proyectiles Kh-101 y Kh-102 forman parte de una línea de misiles de crucero lanzados desde el aire (ALCM) convencionales y con capacidad nuclear desarrollados y desplegados por Rusia. Están diseñados para derrotar a los sistemas de defensa aérea volando a altitudes bajas que se adaptan al terreno para evitar los sistemas de radar. El Kh-101 lleva una ojiva convencional, mientras que se cree que el Kh-102 lleva una carga nuclear de 250 kt.

En sus inicios, el plan era tener alrededor de 100 Tu-160 para el final de producción proyectado en la década de 2000 por parte de la Fuerza Aérea Soviética. Sin embargo, el repentino colapso del Estado provocó un final abrupto del programa, dejando una parte importante de esta flota varada en Ucrania. Ante la creciente presión de Occidente, Ucrania se vio obligada a destruir prematuramente una parte sustancial de su flota. 

Tu-95

El Tu-95MS Bear-H se mantiene como el bombardero estratégico en activo con más horas de vuelo. Propulsado por cuatro motores turbopropulsores NK-12 con hélices contrarrotatorias, su velocidad es subsónica pero alcanza autonomías superiores a los 14.000 kilómetros, lo que lo convierte en ideal para misiones prolongadas. Su carga de combate ronda los 20.000 kilogramos, en su mayor parte compuesta por misiles de crucero como el Kh-55 o el Kh-101. En servicio desde los años cincuenta, la versión Tu-95MSM ha incorporado mejoras en radares, sistemas de navegación y capacidad de guerra electrónica. Se estima que Rusia dispone de unos 50 a 60 ejemplares en activo.

En cuanto a la velocidad, la variante Tu-95M, o Bear A, alcanza los 925 km/h, mientras que el Tu-95MS Bear H, armado con misiles de crucero, llega a 830 km/h. En cuanto a su tamaño, es colosal: pesa hasta 190 toneladas métricas al despegar, mide 49,1 metros de largo y tiene una envergadura de 50,1 metros. La altura de la cola alcanza los 13,4 metros. El Bear A puede llevar hasta 12.000 kilos de bombas. Su alcance es de 13.200 km y está propulsado por cuatro turbohélices.

Tu-22M3 Backfire

El tercer vector es el Tu-22M3 Backfire, un bombardero medio de geometría variable, también subsónico, que combina capacidades estratégicas y tácticas. Aunque su autonomía es inferior a los otros dos (alrededor de 6.800 km sin repostar), tiene una gran velocidad (Mach 1,9) y es capaz de portar misiles antibuque como el Kh-22 o el Kh-32, además de bombas convencionales y guiadas. La fuerza aérea rusa mantiene operativos entre 50 y 60 ejemplares, algunos modernizados a la versión Tu-22M3M.

El Tu-22M3 tuvo su bautizo de guerra en Afganistán entre los años 1987 y 1989. Desde una base en Turkmenistán llevó a cabo una serie de misiones de bombardeo contra los muyahidines en Khost y Kandahar, así como misiones de apoyo a las tropas de tierra durante la retirada del Ejército Soviético en 1989. En 1995 participó, durante la guerra de Chechenia, en la batalla de Grozni.

En julio del 2015, el Ministerio de Defensa ruso anunció el despliegue de un escuadrón de bombarderos Tu-22M3 en Crimea, como “una de las medidas de respuesta al despliegue de la base antimisiles en Rumanía”. Con esta medida se reduce significativamente la capacidad del escudo antimisiles del sur de Europa. En su operación contra el Daesh en Siria, las fuerzas aéreas rusas han empleado este aparato en varias ocasiones desde 2015.

La razón del apodo de “asesino de portaaviones” del Tu-22 radica principalmente en algunas de las letales armas con las que está equipado. Una de ellas es el misil KH-15, capaz de alcanzar una gran altura para luego picar sobre el objetivo acelerando hasta una velocidad de Mach 5, lo que le convierte en uno de los misiles antibuque más rápidos del mundo.

Principales bases aéreas

Estos aparatos operan desde varias bases aéreas distribuidas por todo el territorio ruso. La más relevante es la base de Engels-2, situada en la región de Saratov, que alberga regimientos de Tu-95MS y Tu-160. Desde allí han partido muchas de las misiones de bombardeo sobre Ucrania, particularmente con misiles de crucero. La base de Shaykovka, en Kaluga, aloja unidades de Tu-22M3, como el Regimiento 52º de Bombardeo de la Guardia, implicado en diversos ataques a Ucrania. La base de Soltsy-2, en Novgorod, también ha sido usada por los Tu-22M3 y fue objeto de ataques ucranianos con drones en 2023. Más al norte, la base de Olenya (Murmansk) ha cobrado importancia como punto de dispersión de Tu-95MS y Tu-22M3, mientras que en Siberia oriental, la base de Belaya (Irkutsk) aloja regimientos de Tu-22M3 y también fue golpeada por drones ucranianos en 2025. Ukrainka, en la región de Amur, es otra base clave donde se concentran unidades de Tu-95MS del Distrito Militar del Este.

Ataques contra Ucrania

Desde el inicio de la guerra en Ucrania, los bombarderos estratégicos rusos han desempeñado un papel esencial en los ataques de largo alcance con misiles. Misiles como el Kh-101 y el Kh-555 han sido lanzados regularmente desde Tu-160 y Tu-95MS contra objetivos en el interior de Ucrania, a menudo sin abandonar el espacio aéreo ruso. Los Tu-22M3 han sido empleados en ataques con misiles Kh-22 y bombas convencionales, en ocasiones con consecuencias devastadoras para infraestructuras civiles, como el ataque al centro comercial de Kremenchuk en 2022. Esta actuación ha convertido a los bombarderos rusos en objetivos estratégicos para Ucrania, que ha desarrollado operaciones como la denominada Telaraña en 2025, mediante la cual ha logrado dañar o destruir hasta 41 aeronaves de este tipo, según fuentes de inteligencia ucranianas.

China y Estados Unidos

Comparativamente, Estados Unidos cuenta con una fuerza de aviación estratégica estructurada en tres modelos principales: el B-52H Stratofortress, el B-1B Lancer y el B-2A Spirit. El B-52H es un bombardero subsónico de ocho motores, en servicio desde 1955, con una autonomía de más de 14.000 km y una carga de combate de hasta 31.500 kg. Se estima que hay unos 58 en servicio activo. El B-1B Lancer es un bombardero supersónico con alas de geometría variable, capaz de portar armamento convencional, y con una carga de combate superior a 34 toneladas. En la actualidad, la Fuerza Aérea opera unos 62 ejemplares. El B-2A Spirit es el más avanzado tecnológicamente, diseñado para misiones furtivas. Tiene capacidad nuclear, puede cargar hasta 22 toneladas y hay unos 20 operativos. En conjunto, la flota estadounidense supera en tecnología y número a la rusa, especialmente con la incorporación prevista del nuevo B-21 Raider.

China, por su parte, basa su aviación estratégica en el Xian H-6, una versión modernizada del soviético Tu-16. Aunque subsónico y con capacidades más limitadas, el H-6 ha sido adaptado con misiles de crucero CJ-10 y variantes antibuque como el YJ-12. El modelo H-6K ha recibido mejoras en aviónica y armamento, y el H-6N incluye capacidad de reabastecimiento y de portar misiles balísticos lanzados desde el aire. Se estima que China opera unos 120 bombarderos de este tipo, centrados principalmente en funciones de disuasión regional y control del espacio Indo-Pacífico.