La guerra ha llevado a Rusia a elevar su gasto militar en 2024 hasta los 149.000 millones de dólares (casi 131.000 millones de euros), un 38% más que un año antes y el doble que hace diez años, en 2015. En respuesta a la agresión rusa, Ucrania ha incrementado igualmente sus partidas destinadas a defensa, aunque en el último año se ha quedado lejos del aumento de Moscú. En concreto, en 2024 Kiev aumentó el gasto militar un 2,9%, hasta llegar a los 64.700 millones de dólares (cerca de 56.800 millones de euros). El dato representa el 45% del gasto ruso, y equivale al 34% del PIB ucraniano. Ningún otro país del mundo alcanza una carga militar tan elevada, de acuerdo con el balance del gasto militar mundial que el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri) acaba de actualizar.
El ataque masivo a Ucrania que Rusia inició el 24 de febrero de 2022 supuso un punto de inflexión en la preocupación de Europa en general sobre su defensa. Al mismo tiempo, levantó una ola de apoyo a Kiev por parte de occidente que ahora entra en dificultades. La llegada de la nueva administración estadounidense, presidida por Donald Trump, ha supuesto el fin a la esencial ayuda militar norteamericana a Ucrania. Ahora Europa encabeza esa asistencia, complicada por la necesidad de los países del viejo continente por atender su propia seguridad. En este marco, y tras tres años de conflicto, a Kiev le resulta cada vez más difícil seguir el ritmo que le impone Moscú.
En el actual marco, en el que en 2024 “Rusia volvió a aumentar significativamente su gasto militar, ampliando la brecha con Ucrania”, como resume Diego Lopes da Silva, investigador principal del Programa de Gasto Militar y Producción de Armamento del Sipri, “Ucrania destina actualmente todos sus ingresos fiscales al ámbito militar”, revela.
Lopes da Silva augura que en este “contexto presupuestario tan limitado, será difícil para Ucrania seguir incrementando su gasto militar”.