La Unión Europea ha dado un paso decisivo hacia una defensa común más eficaz con la aprobación del reglamento del instrumento SAFE (Support for Ammunition, Future Equipment), que permitirá movilizar hasta 150.000 millones de euros en préstamos reembolsables destinados a compras conjuntas de material de defensa. Este fondo, aprobado por los embajadores de los Veintisiete la pasada semana y que recibirá el visto bueno de los ministros de Asuntos Exteriores de la UE este martes, nace como uno de los pilares del nuevo marco de seguridad y defensa europea.
Las principales claves del programa SAFE
El documento, de carácter vinculante y publicado oficialmente en el marco del Consejo de la Unión Europea tal y como recogió la pasada semana Infodefensa.com, establece las bases legales para una financiación común de capacidades militares estratégicas mediante endeudamiento comunitario. SAFE se presenta como una herramienta de doble objetivo: "reforzar la base tecnológica e industrial de defensa europea" y "garantizar la disponibilidad de capacidades militares esenciales para responder a los desafíos actuales y futuros", según recoge su considerando inicial.
Dos bloques prioritarios de gasto militar
Uno de los elementos clave del reglamento SAFE es su Artículo 7, que detalla los dos grandes bloques de productos que serán elegibles para la financiación. En primer lugar, se prioriza la adquisición conjunta de "municiones y misiles". Bajo esta categoría se incluyen:
- Sistemas de artillería y sus plataformas de apoyo logístico.
- Capacidad de combate terrestre, incluidas municiones de pequeño calibre, armas ligeras y medios de apoyo.
- Sistemas no tripulados de pequeño tamaño (UAS), junto con capacidades antidrones.
- Infraestructuras críticas de defensa.
- Ciberdefensa.
- Movilidad militar.
En segundo lugar, el texto normativo recoge un segundo conjunto de sistemas centrados en capacidades más sofisticadas. En esta categoría se podrán financiar:
- Sistemas de defensa aérea y antimisiles.
- Capacidades marítimas, tanto en superficie como submarinas.
- Drones de mayor envergadura (MALE y HALE).
- Sistemas avanzados contra drones.
- Facilitadores estratégicos, como sensores, satélites, reabastecimiento en vuelo o redes de mando y control C4ISTR.
- Capacidades de guerra electrónica e inteligencia artificial.
"Los productos incluidos en el anexo I del reglamento podrán ser objeto de financiación prioritaria, siempre que cumplan las condiciones de producción y de origen exigidas por este instrumento", especifica el texto en su redacción oficial.
Reglas de participación y origen de los materiales
- Una de las claves del reglamento SAFE es la llamada "cláusula de preferencia europea", que exige que al menos el 65 % del valor añadido de los sistemas que se adquieran con estos fondos proceda de empresas establecidas en la UE, Ucrania o los Estados del Espacio Económico Europeo (EEE). De este modo, el reglamento busca reforzar la autonomía estratégica industrial del bloque comunitario.
- Quedan fuera de esta categoría las piezas fabricadas por empresas controladas desde fuera de la UE, salvo excepciones justificadas. “No se podrá financiar ningún producto cuyo componente principal sea de origen extranjero si ello compromete la seguridad del suministro o la interoperabilidad”, precisa el reglamento en su articulado.
- El 35% restante puede proceder de terceros países. No obstante, ciertos países con acuerdos de seguridad y defensa (SDP) con la UE —como Reino Unido, Noruega, Japón o Corea del Sur— podrán participar hasta el 65%.
- Además, se exigirá que empresas europeas tengan autoridad de diseño sobre componentes o software extranjeros para evitar bloqueos en su uso o exportación.
Objetivo estratégico
- La UE busca poder defenderse por sí sola en caso necesario, por lo que planea aumentar el gasto en defensa y potenciar su base industrial.
- La aprobación del SAFE permite a la Unión Europea convertirse en un actor con mayor capacidad de respuesta y disuasión en un contexto global marcado por la guerra en Ucrania, la tensión creciente en el flanco oriental de Europa y la necesidad de reducir la dependencia de suministros estadounidenses.
- El reglamento establece que los préstamos deberán destinarse "preferentemente a adquisiciones conjuntas entre varios Estados miembros" y, en particular, para reforzar las existencias militares que han quedado mermadas por la ayuda suministrada a Kiev.
- Se alienta la participación de Ucrania en estas compras conjuntas, lo que podría facilitar su integración en los estándares logísticos y de interoperabilidad europeos: el reglamento reconoce expresamente la situación de Ucrania y contempla su inclusión como beneficiario indirecto. Aunque Kiev no será beneficiario directo de los préstamos, sí podrá recibir el material adquirido mediante fórmulas de cesión o cooperación intergubernamental.
- El reglamento menciona la urgencia de "reponer las existencias estratégicas agotadas por el envío de equipos a Ucrania" y subraya la necesidad de acelerar los procesos de adquisición de munición y sistemas críticos. En este sentido, se prioriza la adquisición de proyectiles de artillería de 155 mm y de misiles tierra-aire de medio alcance.
Funcionamiento del SAFE
- Los préstamos serán reembolsables a medio y largo plazo, con un tipo de interés subvencionado y una duración que podrá extenderse hasta 30 años. Cada Estado miembro deberá presentar una solicitud justificada ante la Comisión Europea, que evaluará el proyecto según su viabilidad, su impacto en la industria de defensa europea y su contribución al refuerzo de capacidades.
- El desembolso de los fondos se hará en tramos, conforme se vayan cumpliendo hitos contractuales. Además, se establece un sistema de control para verificar que al menos el 65 % del valor añadido del material adquirido se ha generado en territorio europeo, tal como exige el reglamento.
- Los países tendrán dos meses para presentar proyectos conjuntos (mínimo dos países por proyecto).
- La Comisión evaluará las propuestas en un plazo de cuatro meses y podrá autorizar un primer desembolso de hasta el 15% del coste total.
- Los países deberán informar cada seis meses sobre el progreso para posibles nuevos pagos. El programa estará activo hasta finales de 2030.
Financiación
- Los préstamos SAFE, sin IVA y con plazos de hasta 45 años (10 de carencia), se financian en los mercados gracias a la alta calificación crediticia de la UE (AAA). Esto resulta más barato para muchos Estados miembros que emitir deuda por su cuenta.
- Aunque países no pertenecientes a la UE pueden participar en proyectos, no podrán recibir préstamos.
Participación prevista
Según publicaba la pasada semana el canal Euronews, la calificación crediticia de los países (actualmente solo Dinamarca, Alemania, Luxemburgo, Países Bajos y Suecia tiene AAA) será un factor determinante a la hora de acudir a los préstamos:
- Países con calificación baja, como Bulgaria, Grecia, Hungría o Italia, podrían beneficiarse especialmente.
- Letonia, por ejemplo, ya ha anunciado que usará SAFE para aumentar su presupuesto de defensa hasta el 4% del PIB.
- Estados con mejor calificación, como Irlanda, podrían interesarse solo por los beneficios fiscales (como la exención de IVA).
- Paralelamente, 14 países han solicitado flexibilizar las reglas fiscales para aumentar su gasto militar, lo que indica un amplio interés en el programa, entre ellos Bélgica, Bulgaria, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Alemania, Grecia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Portugal, Eslovaquia y Eslovenia.
- Algunos países podrían usar los fondos SAFE para apoyar militarmente a Ucrania, en lugar de reforzar sus propios arsenales, lo que podría facilitar la aceptación política interna de estos fondos.
Participación de terceros países
- El reglamento permite la participación en las compras conjuntas de países candidatos a la adhesión a la UE, como Macedonia del Norte o Albania, así como de terceros con acuerdos de defensa con el bloque, como Noruega, Japón o Corea del Sur. Eso sí, estas participaciones deberán respetar las reglas de origen establecidas.
La Unión Europea está avanzando en un plan denominado Readiness 2030, cuyo pilar central es el programa SAFE, destinado a reforzar la industria de defensa europea y reducir su dependencia de terceros países, especialmente tras la invasión rusa de Ucrania y la incertidumbre sobre el compromiso futuro de EE.UU. con la OTAN.