Lo anterior, posibilitó no solo el control de los territorios del país, sino además consolidar la presencia del Estado y el desarrollo de sus habitantes.Definió también como algo trascendente, la necesidad de masificar la educación dándole la posibilidad de acceso a ella, a todos aquellos que vivían en la más absoluta oscuridad, desde el punto de la cultura y de los conocimientos.Definió una clara visión constitucional, plasmada en dos cartas magnas, que dieron vida, estructura e independencia de los tres poderes del Estado, disponiendo nuestro país desde entonces y hasta nuestros días, de la separación de los mismos.Otros conceptos fueron también fruto de su visión, claramente adelantada a su época, como la delimitación del territorio nacional y la denominación de chilenos a todos los integrantes de esta tierra.De su voluntad política salió la decisión de eliminar los títulos nobiliarios y suprimir los escudos de armas, reemplazándolo por la Legión al Mérito, la que era otorgada a quienes se habían sacrificado por la Patria.Ello fue sin duda alguna el inicio del concepto que hoy llamamos meritocrácia, que sacó a la aristocracia del poder, aspecto que de hecho, nunca le fue perdonado al héroe de Rancagua.Nos entregó también como herencia su valentía, expresada en decenas de batallas y combates, en todos los cuales sintió que sus ideales estaban por sobre sus intereses personales.
Sin embargo, la guerra ruso ucraniana hace revivir el temor a la amenaza de la conquista territorial y el posible cuestionamiento a la integridad de las fronteras soberanas establecidas, tal como se dio en los peores momentos que dieron origen a la Segunda Guerra Mundial y que hoy resurge con la disputa rusa de los territorios de Crimea y la zona del Donbás en Ucrania.Así, acciones como las realizadas por Suecia, Finlandia y Alemania vislumbran una reconfiguración de las alianzas estratégicas en Europa tendientes a disminuir la incertidumbre y aumentar los niveles de seguridad y Defensa ante la amenaza a la integridad territorial.
El continente antártico es el territorio que, desde la segunda mitad del siglo XIX ha despertado mayor interés estratégico entre las naciones, no tan solo por su riqueza inconmensurable en recursos geoestratégicos (hidrocarburos, agua dulce, tierras raras, entre otros) sino que también por su innegable posición geoestratégica, que conecta a los océanos del mundo, siendo un punto a considerar en el desarrollo de nuevas rutas comerciales marítimas y aéreas. Posiblemente por su alto valor en el diseño y proyección de la estrategia de las potencias mundiales, es que en 1959 se consensuó la necesidad de proteger al continente blanco y, reconociendo las reclamaciones territoriales de aquella época (Chile, Argentina, Australia, Nueva Zelanda, Francia, Noruega y Reino Unido), declararlo un bien común de la humanidad, área de interés para el desarrollo de la ciencia en beneficio de la humanidad de uso exclusivamente pacífico, en donde está prohibido “toda medida de carácter militar, tal como el establecimiento de bases y fortificaciones militares, la realización de maniobras militares, así como los ensayos de toda clase de armas” (…)” sin embargo reconoce “el empleo de personal o equipo militares para investigación científica o para cualquier otro fin pacífico”¹. De esta forma, la presencia de los Estados en Antártica, ha centrado su quehacer en el desarrollo y sostenimiento de misiones científicas, en la búsqueda de producción de patentes tecnológicas² y a través de este en el fortalecimiento de la influencia y Poder Nacional. La irrupción de la Ciencia y Tecnología como factor de construcción del Poder Nacional, surge como la respuesta teórica al cómo proyectar el Estado en aquellas zonas territoriales que, consecuencia de su ambiente lejano, hostil o del régimen jurídico que les gobierna, son de condiciones particulares, es decir: no permiten emprender la demostración o uso del Poder Militar.
Dichas declaraciones, van en consonancia a lo mencionado por el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, quien señaló que la preparación nuclear era una prioridad para Moscú.No obstante, la amenaza del uso de armamento nuclear no debe ser vista solo como una problemática limitada al actual conflicto en Ucrania, ni exclusivo de Rusia -quien posee el mayor arsenal nuclear del mundo (estimado en 6.257 ojivas), sino como un problema transversal que concierne a toda la comunidad internacional, tanto por los alcances de la destrucción de las armas de este tipo, como también por el debilitamiento progresivo que ha tenido el régimen internacional normativo de control de armas nucleares y que plantea grandes desafíos a futuro.
Dicho modelo se sustenta en el “Corpus Iuiris Spatialis”, un sistema de tratados e instrumentos del ámbito de la Política Pública que durante 64 años ha preservado a los cuerpos celestes, recursos naturales y empleo de nuevas tecnologías bajo el uso pacífico y como “bien común de la humanidad”.Lo anterior, principalmente contenido en el Tratado “Sobre Los Principios que Gobiernan las actividades de los Estados en la Exploración y Uso del Espacio, incluyendo la Luna y Otros Cuerpos Celestes” de 1967, prohíbe la explotación del espacio para efectos ofensivos y particularmente en casos de amenaza de uso de la fuerza o medios espaciales en contra de la integridad territorial de un Estado y de su soberanía política, reconociéndole al afectado la capacidad de concurrir a la defensa sea individual o colectiva.Esta materia es relevante hoy, cuando en medio del desarrollo de hostilidades rusas sobre Ucrania, a propósito de su integridad territorial y soberanía política, se ha evidenciado el ejercicio del dominio espacial para afectar satélites de comunicaciones que prestan servicio en Ucrania, intento de degradar sus capacidades y oportunidades ante la maniobra adversaria, pero también afectando la capacidad de comunicación entre el Gobierno y su Nación.
El director del Centro de Estudios e Investigaciones Militares (Cesim), general de brigada Edward Slater, manifestó que el organismo tendrá como patte de sus lineamientos para el 2022 la promoción de la gestión del conocimiento, el análisis y el pensamiento estratégico del Ejército de Chile.El general Slater, quien asumió el Cesim el 28 de febrero, indicó al personal del centro de pensamiento en la primera actividad del año militar 2022 que en este período se continuará monitoreando el Plan de Desarrollo Estratégico al 2040 (PDE 2040) y el desarrollo de la tercera fase del Sistema de Planificación y Desarrollo Estratégico (Siplade).El Cesim potenciará también la elaboración de estudios estratégicos y de otros productos académicos, como las publicaciones Memorial del Ejército y la revista Escenarios Actuales, entre otros documentos.El director del Cesim destacó la gestión de intercambios académicos con otros centros de estudio o universidades chilenas y del extranjero, instando a que este tipo de vínculos se incrementen.Posicionamiento del CesimEl general Slater resaltó el rol que tiene el Cesim en liderar el desarrollo del Plan de Implementación de Inteligencia Artificial en el Ejército, a través de la creación y funcionamiento del Centro de Investigación e Innovación Tecnológico del Ejército (Ciitec).La autoridad indicó la necesidad de fortalecer el accionar del Cesim como el organismo directivo del Sistema de Investigación y Desarrollo del Ejército, entregando las directrices que aseguren el correcto funcionamiento de los ámbitos de Seguridad y Defensa, Recursos Humanos y Estudios Sociales, Ciencia y Tecnología y Ciencias Militares, Combate, Generación de Doctrina y Docencia.El director manifestó que "estos y otros objetivos más los podremos realizar en el marco de un clima de respeto, confianza profesional y camaradería como es la característica de este centro”, y de esta forma continuar desarrollando un trabajo colaborativo, que potencie las capacidades de cada uno de los integrantes del Cesim.El general Slater se refirió al posicionamiento social del Cesim en cuanto a su rol como el centro de pensamiento del Ejército, señalando la importancia de visibilizar la gestión que se realiza, en el marco del cumplimiento de las tareas asignadas por el mando institucional, con el esfuerzo intelectual apuntado al apoyo en la toma de decisiones del más alto nivel del Ejército de Chile.Un tanque de ideasEl Cesim fue creado el 12 de diciembre de 1994, como un organismo dependiente de la Comandancia en Jefe, con el objeto de asesorar al Alto Mando institucional, en la dirección y gestión de la investigación de las ciencias militares.La labor del Cesim se centra en aportar con soluciones e ideas innovadoras a problemas estratégicos complejos en el campo de la Seguridad y Defensa.
Naturalmente estos procesos de planificación son colaborativos y, en todo momento, existen instancias de consulta y asesoría que aseguran que lo dispuesto sea posible de cumplir.Desde la perspectiva conceptual, la definición de Planificación Secundaria se establece en el Decreto Supremo N°386 publicado a fines de 2019, en los siguientes términos: “Segmento de la Planificación de la Defensa Nacional, aprobada por el Ministro de Defensa Nacional, que materializa lo dispuesto por el Presidente de la República o, por el Ministro de Defensa Nacional, por instrucciones del Presidente, respecto del empleo de la fuerza en los casos de crisis o conflicto internacional y de las tareas a cumplir por las Fuerzas Armadas en las diferentes Áreas de Misión”.Del análisis de esta definición, es posible colegir primeramente que es un ámbito de planificación propio de la estrategia militar, cuyo rasgo característico es lo “Conjunto”, es decir, integra y sincroniza el empleo de los medios que, cada institución de la Defensa Nacional pone a disposición del Conductor Estratégico que, en el caso chileno, corresponde a la figura del jefe del Estado Mayor Conjunto (JEMCO).
El Centro de Estudios e Investigaciones Militares (Cesim) del Ejército de Chile realizará el martes 27 de octubre una nueva versión del seminario institucional, el cual abordará distintas temáticas que reflejan el permanente aporte del Ejército al servicio del país a lo largo de su historia.El seminario institucional se realiza con el fin de contribuir a generar pensamiento crítico respecto a temáticas de importancia actual, que colaboren a la elaboración y optimización de políticas públicas, de manera que sean de utilidad para los distintos actores del contexto nacional, y en particular al ámbito de la Defensa Nacional.La jornada reunirá a representantes del nivel político, académico y líderes de opinión, tiene como propósito visibilizar el aporte de una de las instituciones más antiguas y permanentes del Estado, que ha estado, por más de doscientos años de su vida republicana, presente para apoyar y contribuir con Chile y su gente, en los principales hitos de su trayectoria política, económica y social.