06/09/2010 (Infodefensa.com) Madrid - El anuncio de que el actual ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, abandone en octubre el Gobierno para reforzar al Partido Socialista en las próximas elecciones a la Generalitat de Cataluña, parece despejar dudas sobre si Carme Chacón permanecerá en el sillón del Ministerio de Defensa. Algunos columnistas habían insistido antes del verano con la posibilidad de que fuera la catalana Chacón -y no Corbacho- quien saliera del Ejecutivo para ayudar al presidente Montilla, lo que la hubiera alejado del despacho de Castellana y obligado a una renovación en el liderazgo del Ministerio de Defensa.
Esta semana hemos sabido que esta primera opción ha quedado descartada. Rodríguez Zapatero ha optado por Corbacho -muy quemado con el ascenso imparable del paro y la convocatoria de la huelga nacional- y no por Chacón, a pesar de que durante los últimos años ésta ha cuidado con esmero su base política y no ha perdido ocasión de aparecer en cualquier acto que se produjera en Barcelona.
Curiosamente, Chacón ha mantenido silencio sobre la elección de Corbacho, lo que parece que le cierra las puertas políticas de su tierra, al menos durante un largo tiempo, pues lo lógico es que Corbacho se convierta ahora en referente del socialismo catalán en el caso de que se produzca una retirada de Montilla provocada, o no, por una debacle en las próximas elecciones. También es cierto que Chacón es una política joven con largo recorrido por delante, que puede esperar su momento para regresar a la esfera política de su tierra natal.
Resuelta esta incógnita, el siguiente hito se coloca a finales de octubre cuando está previsto que Zapatero lleve a cabo algún tipo de remodelación del Gabinete (Moncloa insiste ahora en que no habrá un cambio profundo, algo que podría retrasarse hasta febrero de 2011). Las encuestas siguen concediendo a Chacón una de las mejores valoraciones de todos los ministros. La última oleada del CIS de agosto reflejaba una nota de 4,23, 2,3 décimas menos que en el estudio de abril (Afganistán tiene que pasar factura) pero todavía entre las mejores de los miembros del Consejo de Ministros -Pérez Rubalcaba obtuvo un 4,47 %-. Esto parece indicar que, por tanto, debería mantenerse en el Gabinete aunque ello no quiera decir que retenga el despacho de Defensa.
Honradamente, nadie pude saber a esas alturas si Chacón terminará la Legislatura, a excepción quizá del propio Zapatero porque ha dejado claro que cuando llama a un compañero de partido para cualquier cometido, no hay manera de decirle que no - como ejemplo, Alonso cuando dejó Defensa para ir al Congreso o Trinidad Jiménez y la Comunidad de Madrid-. Bien es cierto que, en la actualidad, no se entendería bien que Chacón saliera de Defensa para ir a un Ministerio "menor". Otra cosa sería Exteriores o Interior, aunque eso son palabras mayores.
En contra de este criterio está el pasado, siempre indicación del futuro. Ningún ministro de Defensa de la Democracia ha permanecido dos legislaturas completas. Sin embargo, en este caso, lo más lógico -que no siempre es lo que ocurre en política- parecería inclinar la balanza por la continuidad de todo el equipo. Las dificultades en Afganistán, las crecientes protestas por las reformas internas y el complejo panorama presupuestario, aconsejan no hacer muchos experimentos.
En cualquier caso, señalaron algunas fuentes de la industria, lo que parece evidente es que haya o no cambio en el máximo responsable del Ministerio, no lo habrá en la Secretaría de Estado de Defensa, ya que eso sería tanto como un suicidio, teniendo en cuenta la dificultad técnica de su trabajo y del momento. Hay que recordar que las elecciones generales no serán más tarde de 2012, escasamente año y medio.