El Ejército del Aire diseña la base aérea desplegable del futuro

El Ejército del Aire está trabajando en el diseño de una Base Aérea Conectada Desplegable (BAC-D) para las unidades de la Fuerza Aérea que participarán en los futuros escenarios de conflicto. Estas instalaciones contarán con las últimas tecnologías asociadas a la transformación digital, según explicó el jefe de la División de Planes del Estado Mayor del Aire (EMA), general de brigada Juan Pablo Sánchez de Lara, en la tercera jornada del ciclo de conferencias Symdex.

El proyecto prácticamente acaba de echar a andar con la elaboración del conocido como Documento de Necesidad Funcional (DNF), por parte de un equipo de expertos del Ejército del Aire, que describe las necesidades y los medios de los que dispondrá la base. Después de esta primera etapa de definición, la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) estudiará la iniciativa y, si al final resulta viable, iniciará el proceso para la búsqueda de soluciones entre la industria y de la financiación necesaria.

Esta base, explicó el general, incorporará tecnologías 4.0 como la robótica, la inteligencia artificial, el big data o la computación en la nube para mejorar tanto la eficiencia como la eficacia del Ejército del Aire en el cumplimiento de su misión. Los avances tecnológicos se implantarán en el mando y control, el sistema de seguridad o en las tareas logísticas.

El núcleo del despliegue será el Sistema de Armas de Nueva Generación (NGWS, por sus siglas en inglés), formado por diferentes plataformas aéreas tripuladas y no tripuladas, que deberán garantizar la superioridad aérea y proteger a la vez a la base de un posible ataque.

Ciberespacio, personas y financiación

En la apertura de la jornada, el segundo jefe del Estado Mayor del Aire (Sejema), teniente general Francisco Javier Fernández Sánchez, destacó que las nuevas tecnologías constituyen la palanca de una transformación digital que traerá la automatización en los procesos, el análisis masivo de datos o el mantenimiento predictivo en los sistemas de armas, creando una organización más inteligente, conectada y digital.

En este nuevo escenario, subrayó, las personas continuarán al frente de la toma de decisiones, por lo que será necesario adaptar la formación de los nuevos aviadores a los cambios tecnológicos. En el apartado de desafíos, el general recordó que todo este proceso de transformación conlleva importantes inversiones no solo en los sistemas sino también la infraestructura. “Obviar la necesaria modernización implicaría quedarnos descolgados y ceder la seguridad a nuestros aliados”, advirtió.

La ciberseguridad, añadió, es uno de los principales retos de la transformación digital en la Fuerza Aérea, puesto que las misiones en el dominio aéreo implican de una conexión permanente que deberá ser protegida para asegurar el éxito de la operación.

Esta cuestión de la seguridad fue tratada durante toda la jornada, incidiendo los diferentes ponentes en que las medidas de protección deben comenzar en la fase de diseño de los equipos y complementarse con acciones de ciberinteligencia que permitan conocer, en la media de lo posible, las amenazas a las que hay que hacer frente.