Mano de obra salvadoreña de Pulsar Group construye una flota de aviones para Fuerza Aérea Colombiana
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Mano de obra salvadoreña de Pulsar Group construye una flota de aviones para Fuerza Aérea Colombiana

CalimaT 90 PulsarGroup
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(Infodefensa.com) Por A. López, San Salvador - Un grupo de mecánicos salvadoreños, parte de la empresa constructora de aviones pequeños Pulsar Group, participa de la construcción de una flota para instrucción básica de pilotos de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC).

La inversión total de la flota de 25 aeronaves de entrenamiento militar primario, Calima T-90, asciende a US$ 10 millones. A finales del año pasado los técnicos de Pulsar, empresa basada en el Aeropuerto de Ilopango, al este de San Salvador, dejaron instalados los primeros dos equipos del total de 25 que continuarán construyendo a lo largo de este año, al mismo tiempo que instruyen al personal colombiano.

Colombia, como otros países latinoamericanos, ha incursionado en la fabricación de sus propios equipos militares, por lo que se pretende que la Corporación de la Industria Aeronáutica de Colombia (CIAC) siga armando este tipo de aviones y brindándoles mantenimiento. Pulsar Group participa del proyecto en Colombia, junto con su socia estadounidense Lancair.

Rolando Rendón, un mecánico de aviación de origen salvadoreño con cinco años en Pulsar, nunca imaginó que la mano de obra salvadoreña fuera a ser tan determinante y reconocida en una misión como colocar una flota de aviones en una de las mejores fuerzas aéreas del mundo, como se reconoce a la colombiana.

Rendón es especialista  en el manejo del material compuesto de carbono y todas sus técnicas, el compuesto especial forma el fuselaje del Pulsar y del T-90.

Los Pulsar y los T-90 están construidos completamente de compuesto de fibra de carbono, al igual que el moderno Boeing 787 Dreamlinner, lo que viene a ser otra de las ventajas de este tipo de avioneta de dos plazas, para instructor y estudiante, pues lo hace más liviano y mucho más fuerte que si fuera construido de aluminio, como las aeronaves tradicionales.

“La fibra de carbono es importada de Estados Unidos y Japón y ya comienza a tener un mercado competitivo a escala mundial, pues poco a poco la demanda crece con este tipo de aeronaves”, explicó el propietario de Pulsar Group, Yaron Degani, un israelí con dos décadas en El Salvador, donde trabajó como asesor de motores para TACA.

Degani explicó que su socio Lancair le encargó la puesta en plaza de los aviones en Colombia, así como la capacitación de la mano de obra colombiana, pues la estadounidense no contaba con la capacidad suficiente en estos momentos para mover a sus técnicos desde el norte. Lancair y Pulsar Gorup mantienen una sociedad comercial desde hace medio año.

El Salvador era una opción mucho más conveniente y tomando en cuenta que el Pulsar y el Calima T-90 poseen tecnologías muy similares, no había problema de que el personal salvadoreño apoyara en el proceso.

Pulsar existe desde 1985 cuando funcionaba en Estados Unidos, pero Degani la compró y la trasladó a El Salvador en 2005.

Mientras que Lancair opera desde 1984 y con 26 años de trayectoria ha entregado a la fecha cerca de 2.000 kit de aviones a sus clientes alrededor del mundo. Como certificación de su calidad, según su sitio Web, posee un número considerable de récords de velocidad con sus equipos en el segmento de aeronaves de deporte.

La industria aeronáutica mundial mueve millones en ingresos cada año y Degani aspira entrar a ese dinámica muy pronto.

Solo como ejemplo, según Europa Press, Brasil tiene un gran futuro aeronáutico. Este sector, que constituye un motor de la industria y de la economía brasileñas, proyectó una facturación en el 2010 de unos US$6.800 millones, lo que generaría alrededor de 25.000 empleos directos. Además, en el país suramericano se encuentra la empresa Embraer, una de las más importantes del sector en todo el mundo.

Nuevo acuerdo a la vista

El israelí adelantó que se encuentra en pláticas para poder cerrar un negocio más con otra Fuerza Aérea latinoamericana, de forma directa, como Pulsar.

El segmento de Pulsar se enfoca sobre todo en el kit de aeronave, es decir, que se vende el fuselaje (cuerpo del avión), pero sin aviónica (instrumentos necesarios para volar) ni motor, para ser armado por un mecánico con base en un instructivo técnico. De hecho, a mediados de enero el fabricante se econtraba por enviar un kit de aeronave a un comprador en Australia.

Pulsar invirtió en 2005 alrededor US$2 millones en instalar la fábrica en el Aeropuerto de Ilopango, capacitar a salvadoreños y construir el primer avión, un Pulsar Super Cruiser 300.

La empresa fabrica tres diferentes modelos de aviones: Pulsar SP100 (dos asientos), Pulsar Super Cruiser 300 (cuatro asientos) y Super Pulsar 600 (seis asientos). Estos dos últimos son propuestos también con un equipo especial de cámara externa que pueden ser utilizados en labores de combate al narcotráfico o vigilancia de territorios en usos multipropósito, tanto por las Fuerzas Armadas o por la Policía.



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