Este viernes concluye la última edición de este año del Programa de Liderazgo Táctico (TLP, por sus siglas en inglés), que comenzó el pasado 13 de noviembre en Albacete, donde tiene su sede este curso también conocido como Escuela de Pilotos de la OTAN. En esta ocasión, por primera vez desde que arrancó el TLP en 1978 (entonces con sede en Alemania), ha participado, junto a 38 aviones de combate de siete países, un dron español que finalmente va a ser destinado para el combate, el MQ-9 Reaper. Se trata de un aparato del que el Ejército del Aire y del Espacio ha adquirido cuatro unidades que finalmente ha decidido armar con misiles y bombas.
Los otros seis pilares del FCAS comprenden el desarrollo del motor que impulsará el futuro avión de combate; drones (conocidos en el programa como como portadores remotos, o remote carriers), que actuarán coordinados con el elemento principal; una nube de combate, que conectará todas estas aeronaves digitalmente; un sistema de simulación; los sensores que equiparán las nuevas plataformas y la tecnología de sigilo con la que se les dotará para que resulten lo menos detectables posible.
En palabras de Yves Giroux, adscrito al PBO, “el coste total estimado del desarrollo, adquisición, operaciones y mantenimiento, y eliminación de la nueva flota de cazas es de 73.900 millones de dólares en un periodo de 45 años”, lo que no excede demasiado a la estimación de “unos 70.000 millones de dólares” canadienses estimada previamente por el Gobierno del país. De oponerse a comprar 23 más La previsión es que las cuatro primeras aeronaves lleguen al servicio en 2026, y que a partir de 2029 se mantenga un ritmo de entregas de 18 aparatos al año, hasta 2032, cuando, si no hay contratiempos, llegarán los últimos. Se da la circunstancia de que el actual primer ministro del país, Justin Trudeau, accedió al poder en 2015 con una firme oposición a la compra de estos aviones, pese a que Canadá es uno de los nueve países socios del programa F-35 .
Posible fabricación en el país Si cuaja la operación, los Eurofigther podrán cubrir el hueco en capacidades que el país tendrá desde que a principios de la próxima década comience a retirar su actual flota de F-16, y mientras avanza el proyecto de caza indígena de próxima generación TF-X. Una compra de cazas Eurofighter también conllevará la adquisición de conocimientos tecnológicos para el futuro avión de combate turco.
El desarrollo, del que se calcula que se entregará un centenar de unidades a partir de mediados de esta década, deberá cargar grandes cantidades de combustible para penetrar las defensas más sofisticadas y destruir decenas de objetivos en una sola misión para la que deberá cubrir largas distancias.
El director militar de la parte francesa del programa, el general de división Jean-Luc Moritz, ha asegurado que existe “un buen ambiente de trabajo y se están cumpliendo los plazos”, para aclarar a la prensa que no ve nada que le lleve a pensar que Berlín pudiera abandonar sus compromisos y pasar a formar parte del proyecto italo-británico-japonés GCAP, que compite con el FCAS, como se apuntó en el citado medio.
tMás recientemente, el pasado septiembre, volvieron las dudas sobre la continuidad del FCAS a cuenta de los planes franceses de modernización de su avión de combate Rafale, que podría llevarle a obtener unas capacidades similares a las previstas en el FCAS una década antes y por menos coste.
En concreto, la firma local ha recibido una orden adicional de la Administración Sueca de Material de Defensa (FMV) “para garantizar el funcionamiento continuo y la mejora de la capacidad del Gripen C/D. El encargo está valorado en 579 millones de coronas suecas, que al cambio actual supone algo más de 49 millones de euros.
BAE Systems, socia del programa Eurofighter junto a Airbus y Leonardo, es la encargada de negociar la venta de más cazas de este modelo a Arabia Saudí, que en su momento ya adquirió 72 unidades.
Las nuevas baterías de 24 voltios y 36 amperios-hora del Gripen E, que están diseñadas específicamente para esta aeronave por la firma estadounidense Eaglepicher, “cuentan con una capacidad de temperatura extremadamente baja y un ciclo de vida operativo extendido para un mayor tiempo en el ala y un mantenimiento reducido”, explica la compañía en un comunicado.
8.000 millones entre los tres socios hasta 2029 Sobre el FCAS, que es un programa a más largo plazo en el que se contempla el desarrollo del caza de 6ª generación que sustituya a los Eurofighter de las flotas de Alemania y España y los Rafale franceses, además de los 1.300 millones previstos de aquí a 2026 por parte de Francia, el país tiene presupuestados en torno a otros 300 millones de euros más para emplearlos después de 2026 en distintas actividades del programa.
De momento ya se llevan vendidos 310 Rafale en el mercado de exportación, más del doble que su competidor más directo, el Eurofighter desarrollado por Reino Unido, Alemania, Italia y España, del que se han comercializado fuera 151 unidades, aunque con cuatro socios cuenta con más ventas (681 Eurofighter frente a 596 Rafale).
El portal Italy 24 Press recoge estas declaraciones que contextualiza en torno a los rumores que se han producido previamente acerca de que la sede del programa se situará en Londres y de que Reino Unido y Japón dominarán el diseño y la producción del proyecto.
El trabajo, que vio la luz con el expresivo título de F-35 Joint Strike Fighter: se necesitan más acciones para explicar el crecimiento de costos y respaldar la decisión de modernización del motor, estima en 1,7 billones de dólares el coste total del programa para Estados Unidos si se incluye el ciclo de vida previsto para los aviones.
De todos ellos (Singapur, Grecia, Polonia y España son los otros cuatro), únicamente España aún no ha anunciado planes para adquirir estos aviones, si bien se espera que lo acabe haciendo, principalmente para contar con unidades de la versión F-35B, únicos actuales capaces de operar en el buque español Juan Carlos I. La flota de aviones de combate rumana incluye en la actualidad 17 aviones F-16 adquiridos de segunda mano a Portugal, y más adelante contará con otros 32 F-16 provenientes del antiguo arsenal noruego.
De las características principales del F-35 ha apuntado “la combinación de una visibilidad mínima para los radares y la capacidad de recopilar y procesar datos en tiempo real que se pueden distribuir a quienes los necesitan”, y ha destacado el alto número de países europeos (una docena) que dispondrán de estas aeronaves.
El avión de combate que se desarrolle dentro del programa GCAP sustituirá en la próxima década las actuales flotas de Eurofighter Typhoon que prestan servicio en Reino Unido e Italia.
El jefe del proyecto Medulla de BAE Systems, Ian Clark, está convencido de que la selección del equipo de Collins Aerospace “permitirá a los pilotos aprovechar todo el potencial del radar avanzado de Typhoon y la tecnología armamentística que garantice que el avión siga siendo la columna vertebral del poder aéreo de combate en las próximas décadas”.