Tal día como hoy en 1932 el ejercito paraguayo marcha a enfrentarse a tropas bolivianas
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Tal día como hoy en 1932 el ejercito paraguayo marcha a enfrentarse a tropas bolivianas

El enfrentamiento dio comienzo a la Guerra del Chaco, un conflicto bélico entre ambos países que se libró entre 1932 y 1935
Jose Estigarribia
Fotografía de José Félix Estigarribia
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Tal día como hoy, 7 de septiembre, pero de 1932, las fuerzas de la República de Paraguay marchan para librar la primera batalla contra Bolivia del enfrentamiento conocido como la Guerra del Chaco, un conflicto bélico entre ambos países que se libró entre el 9 de septiembre de 1932 y el 12 de junio de 1935. La batalla se saldó con victoria para Paraguay, un triunfo que anticipó el resultado de la guerra.

La contienda se libró en torno al fortín Boquerón, fundado en 1928 por expedicionarios paraguayos para proteger la laguna Pitiantuta, un lugar estratégico debido a la enorme zona yerma que la rodea. Los bolivianos habían tomado el fortín unos meses antes de la batalla, en julio, y la República de Paraguay se propuso recuperarlo. Desde la isla de Poí, el comandante de las fuerzas paraguayas, teniente coronel José Félix Estigarribia (que después ocuparía el cargo de presidente constitucional de Paraguay) inició la marcha con un ejército de 5.000 hombres. Durante su avance, el ejército boliviano atacó al contingente por aire. El teniente coronel Manuel Marzana Oroza, al mando de las fuerzas bolivianas en el fortín, compuestas por entre 600 y 1.200 efectivos, recibió la orden de no abandonar la posición bajo ningún concepto.

La batalla duró 20 días que agotaron las fuerzas de ambos bandos. A lo largo de estas jornadas, los paraguayos lograron hacerse con el control del exterior del fortín desde posiciones ventajosas. Tanto fue así que los bolivianos quedaron encerrados en el fuerte, sitiados por unos enemigos que no hacían más que aumentar su número de efectivos de su ejército gracias a la llegada continua de refuerzos. Los de Bolivia también contaron con refuerzos en momentos puntuales, pero estos fueron más escasos y débiles. Los hombres de Marzana, finalmente, se vieron obligados a rendirse, portando la bandera blanca frente a unos contrincantes que tardaron en creer en su rendición.

La contienda, a pesar de la victoria paraguaya, finalizó con un número de bajas muy superior en sus filas que las de los bolivianos. Se calculan entre 3.000 y 5.000 muertes en el ejército de Paraguay frente a las 600 de las tropas de Marzana.



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