No sólo de Eurofighter y Rafale vive la industria de aviones de combate europea. El modelo Gripen de la compañía sueca Saab también busca su hueco. Hungría, que ya opera con 14 Gripen C/D, en régimen de alquiler, y adquirió el pasado febrero cuatro unidades más del Gripen C, se plantea la compra ahora de la versión superior, Gripen E. La vicepresidente y subdirectora de Saab Aeronautics, Åsa Thegström, ha revelado este movimiento, al admitir que están “manteniendo conversaciones interesantes con Hungría en relación con el Gripen E”.
El Gripen es un modelo inicialmente planteado para la hostil geografía del norte de Suecia, con inviernos largos y grandes zonas despobladas, algunas de las cuales están dentro del círculo polar ártico. La decisión de desarrollarlo fue tomada en 1982, y su primer vuelo se realizó en 1988.
Las ventas del avión se han resentido en los últimos años, en buena parte por la presencia de rivales como el F-35 estadounidense y el Rafale francés en el mercado internacional, apunta Jane´s. Su último triunfo, se produjo hace ya una década, al hacerse con el concurso brasileño de 36 nuevos aviones de combates, valorado en 5.400 millones de dólares.
Mejor y con menos peso
Hace unos meses, la entidad sueca de adquisiciones de material militar (FMV) encargó a Saab la incorporación de “nuevas funcionalidades” a los Gripen E y Gripen C/D, en un programa que se desarrollará hasta 2030 por un valor estimado en 5.800 millones de coronas (500 millones de euros al cambio actual).
Más recientemente, el pasado octubre, Saab anunció que había logrado bajar de peso al Gripen E adoptando baterías de iones de litio, diseñadas específicamente para esta aeronave por la firma estadounidense Eaglepicher.