El objeto del proyecto es el desarrollo y fabricación de un sistema de reconocimiento portable no tripulado, con capacidad de navegar tanto de forma tele operada como de forma autónoma, empleando tecnologías disruptivas como la fabricación aditiva. El fin último del vehículo UGV a desarrollar es ayudar y complementar al usuario en las tareas de reconocimiento, adelantándose a los posibles peligros mediante la incorporación de cámaras y sensores avanzados, explican desde la empresa a Infodefensa.com Este sistema será de tamaño pequeño, facilitando el transporte y el acceso a entornos complicados. El sistema podrá contar con la posibilidad de incorporar diferentes módulos intercambiables, adaptándose así a cada misión, realizando funciones complejas como navegación autónoma, mapeados 3D, detección y evitación de obstáculos o el modo “vuelta a casa”, en caso de pérdida de conexión, además de contar con una serie de operaciones predefinidas en los ficheros de misiones. Cohemo, cuenta con el apoyo del Laboratorio de Sistemas Inteligentes de la Universidad Carlos III de Madrid, con amplia experiencia en el desarrollo de software para vehículos inteligentes, destacando investigaciones relacionadas con el campo de las tecnologías de percepción, visión por ordenador, transporte inteligente, sistemas de autoconducción o fusión de datos, ente otros muchos. Programas de vehículos terrestres no tripulados Este no es el único UGV que financia en la actualidad el Ministerio de Defensa.
Una unión temporal de empresas compuesta por SDLE y Cohemo ha suscrito un contrato con el Ejército de Tierra con un presupuesto de un millón de euros para el apoyo al mantenimiento de su flota de vehículos de reconocimiento y combate Centauro, en servicio en las unidades de caballería de la Fuerza Terrestre.
Una delegación de las Fuerzas Armadas de Jordania ha visitado por segunda vez en poco más de un año las instalaciones del Regimiento Farnesio 12 en Valladolid para ampliar sus conocimientos acerca del empleo los Vehículos de Reconocimiento y Combate de Caballería (VRCC) Centauro de la unidad, una plataforma que también está operativa en el Ejército de Tierra del país de Oriente Próximo. La visita a la base El Empecinado en Santovenia de Pisuerga (Valladolid) se enmarca dentro de las actividades bilaterales del Ejército de Tierra español.
Una veintena de empresas españolas fueron adjudicatarias el año pasado de contratos por valor de más de 144 millones de euros a través de una agencia de la OTAN. La lista está liderada por GDELS-Santa Bárbara Sistemas -35,3 millones-; Star Defence Logistics & Engineering (SDLE) -19 millones-, Suyfa Defence -18 millones-; e I-4S (IFS) -14,3 millones-, según información oficial recopilada por Infodefensa.com. Las compañías se hicieron con los contratos por medio de la Agencia de Apoyo y Adquisiciones de la OTAN, más conocida por sus siglas en inglés, NSPA, y el licitador fue el Ministerio de Defensa español -la mayoría-, entidades de otros países o empresas de miembros de la Alianza Atlántica. El contrato más importante a una empresa española recayó en Santa Bárbara Sistemas que suministrará repuestos y servicios para el obús 155/52 SIAC del Ejército de Tierra por valor de 35,3 millones.
Los trabajos afectan fundamentalmente a la suspensión del vehículo y no incluyen mejoras en el grupo motopropulsor o en la capacidad de fuego de la flota. Nuevo Vehículo de Apoyo a Cadenas De forma paralela, ya han comenzado los estudios para el desarrollo de un nuevo Vehículo de Apoyo a Cadenas (VAC) que sustituirá a toda la familia TOA. De acuerdo con los planes actuales del Ejército, el reemplazo del M113 por el futuro VAC comenzará no antes de 2027 y está previsto que finalice en 2035.
Los BMR, hay que recordar, forman parte de los medios que utiliza el contingente español en la misión de Naciones Unidas en Líbano (Unifil, por sus siglas en inglés).
La empresa española Cohemo trabaja en el diseño y fabricación de un vehículo autónomo de exploración y reconocimiento.
Solo en el último año se ha hecho con tres contratos importantes del Mando de Apoyo Logístico del Ejército (MALE): mantenimiento de los cañones antiaéreos 35/90 por 1,4 millones; puesta a punto de cadenas por tres millones; y mantenimiento de la flota de Pizarro por nueve millones.
La CNMC detalla en un comunicado que el expediente se ha iniciado por “posibles prácticas restrictivas de la competencia, consistentes en acuerdos para la manipulación y reparto de licitaciones convocadas por España para el suministro, mantenimiento y la modernización del material militar”.
De acuerdo con el anuncio de adjudicación, está última presentó "la oferta más ventajosa".El importe del acuerdo es de 2,4 millones de euros -impuestos incluidos-, repartidos en dos anualidades de 1,2 millones cada una, no obstante, el valor estimado asciende hasta los cuatro millones, al sumar la prórroga dos años, hasta 2025. La empresa con sede en Móstoles (Madrid) tiene varios acuerdos marcos vigentes con el Ejército de Tierra, entre los que destacan el de mantenimiento de los carros de combate de la familia Leopardo o el de mantenimiento de los vehículos de reconocimiento y combate Centauro.