Tal día como hoy, 10 de octubre, pero de 1868, se produce el llamado Grito de Yara, inicio del proceso independentista de Cuba de España que dio origen la guerra de los Diez Años. Carlos Manuel de Céspedes dio a conocer esa noche ante 600 cubanos el contenido del Manifiesto de la Junta Revolucionaria de la Isla de Cuba. Los revolucionarios marcharon hacia Sierra de Naguas con el objeto de aumentar las fuerzas insurgentes; sin embargo, fueron interceptados por una columna española proveniente de Bayamo.
Los revolucionarios lograron rearmarse y presentar batalla alcanzando uno de los hitos militares más importantes de la guerra con la toma de Bayamo. El combate fue rápido y contó con un reducido número de tropas por parte de ambos bandos. Los españoles solían utilizar la estrategia de la tierra quemada (planteamiento militar que consiste en destruir y quemar terrenos conquistados para después abandonarlos), por lo que Céspedes decidió utilizar ese mismo sistema en la ciudad de Bayamo para no dejar apoyos ni recursos a sus enemigos. Esta determinación fue consecuencia también de la falta de apoyos de los propietarios azucareros del occidente de la isla.
La guerra de los diez años finalizó el 10 de febrero de 1878 con victoria española tras numerosas batallas que congregaron a más de 300.000 soldados fieles a España y a cientos de miles de revolucionarios civiles que batallaron a pesar de la falta de instrucción militar. Fue la primera de las tres guerras de independencia contra las fuerzas coloniales.
Como curiosidad, durante el Grito de Yara se enarboló una bandera confeccionada por la joven independentista Candelaria Acosta, aunque la estrella de esta fue dibujada por Emilio Tamayo. La bandera fue utilizada en la provincia de Oriente como el emblema de la nueva república hasta que, en la Asamblea de Guáimaro, fue adoptada la de Narciso López.