Esta semana en el podcast Hablemos de Defensa y Seguridad de Infodefensa, Mariella Graziano y Pablo Colmenarejo de GMV explican los detalles de la misión europea Hera y sus implicaciones científicas y tecnológicas. Escuchar aquí.
Liderada por Europa con participación crucial de la multinacional española GMV, la misión forma parte de un ambicioso programa para proteger a la Tierra de posibles impactos de asteroides.
"Hera es la primera misión de defensa planetaria europea. La llamamos la misión Primera vez porque ha sido primera vez de muchas cosas", explica Graziano, directora de Estrategia y Desarrollo de Negocio de Ciencia, Exploración y Transporte de GMV. Por su parte, Colmenarejo, responsable del sistema de control de vuelo del satélite Hera, detalla la complejidad de la misión: "Vamos a un asteroide binario. No es un asteroide normal. Son dos grandes cuerpos que están rotando uno alrededor del otro. Entonces eso hace mucho más complicada la misión".
La importancia científica de la misión Hera radica en su capacidad para verificar el impacto real de una colisión contra un asteroide. "Esto va a ayudar a que los modelos dentro de las defensas planetarias sean mucho más precisos. Es necesario tener un modelo para poder predecir el efecto de un eventual golpe a un asteroide. DART ha golpeado el asteroide, Hera medirá este efecto. Los datos que recogeremos con Hera ayudarán a hacer que estos modelos de predicción sean mucho más precisos", señala Graziano.
El papel de GMV en este proyecto internacional ha sido fundamental, como explica Graziano: "En GMV hemos desarrollado el sistema de guiado, navegación y control, que es como el piloto. Todas las naves espaciales se mueven en el espacio con un piloto, lo que toma decisiones y que sigue una cierta trayectoria y que te lleva donde quieres ir".
El mayor reto: la autonomía en el espacio profundo
Según Colmenarejo, "el tema más complicado ha sido que estamos muy lejos de la Tierra. Las comunicaciones tardan mucho tiempo, enviar un mensaje a la sonda y esperar de vuelta la respuesta es como mínimo media hora y pueden pasar varias horas". Añade que "el propio sistema, el software que lleva a bordo y todos los sensores y propulsores tienen que ser capaces de reaccionar en tiempo real", lo que añade complejidad a la operación.
La misión Hera representa un hito en la colaboración espacial internacional y la primera línea de defensa europea contra los asteroides. Tras sus primeras pruebas exitosas, que incluyeron una maniobra de sobrevuelo de Marte, la nave permanecerá "dormida" aproximadamente un año hasta alcanzar su destino final: ser nuestros ojos en el espacio profundo para comprender mejor cómo defendernos de posibles amenazas cósmicas.