El Grupo Dédalo también ha dirigido un ejercicio de asalto anfibio sobre Albania apoyado por buques, cazas, helicópteros y marines aliados mientras que los Harrier vigilaban el espacio aéreo. Fotos: Ministerio de Defensa español, Estado Mayor de la Defensa, Armada española y el Ministerio de Defensa griego
Seis aviones de combate Eurofighter del Ejército del Aire y del Espacio ya están en Emiratos Árabes Unidos (EAU) para participar en el ejercicio internacional Desert Flag.Los cazas han llegado a la base aérea de Al Dhafra junto con un centenar de militares que darán apoyo a las operaciones. Como publicó Infodefensa.com, este despliegue estaba planeándose desde finales de año pasado."La participación del Ejército del Aire y del Espacio se considera de un alto interés por la excepcional oportunidad de adiestramiento y por el reto logístico que supone desplegar exclusivamente con medios propios a miles de kilómetros una fuerza de seis Eurofighter y casi 100 personas con todo su equipo de apoyo y mantenimiento asociado a un país no OTAN y donde nunca antes se había desplegado", destaca el Ejército del Aire y del Espacio.Participan, además del Ala 14, medios del Segundo Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (Seada), Ala 31, Ala 35, Grupo 45, Mando Aéreo Logístico (Malog), Dirección de Asuntos Económicos (DAE), Centro Logístico de Armamento y Experimentación (Claex) e industria.El control nacional del ejercicio recae sobre el Mando Aéreo de Combate (Macom) a través del Centro de Operaciones Aéreas (AOC, por sus siglas en inglés) y de su Sección de Adiestramiento y Evaluación.La participación del Ala 14 responde a la invitación del Centro de Guerra Aérea de EAU para asistir a la 8ª edición de este ejercicio, al que está previsto que asistan también medios de Bahréin, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Arabia Saudí y, por supuesto, el país anfitrión.El Desert Flag 23 se presenta como una gran oportunidad para mejorar el adiestramiento avanzado en un contexto combinado y conjunto.
Sin ánimo de ser excluyente y en el ámbito de la especulación, este nuevo despliegue podría ser atribuido a varios factores: a) como en otros aspectos del enfrentamiento, se han desarrollado por la VKS nuevas técnicas y tácticas para reducir las pérdidas; b) se ha asumido la necesidad de las pérdidas para alcanzar el fin superior; y c) se piensa que el consumo elevado de sistemas SAM y AAA para neutralizar los ataques de misiles y drones, junto a los efectos de la fatiga de guerra en el apoyo de los socios occidentales proporcionan una ventana de oportunidad que permita de nuevo aspirar a la superioridad aérea.
Los ministros de Defensa de Reino Unido, Japón e Italia, pondrán el mes que viene en común sus planes para el programa GCAP, que contempla el desarrollo conjunto de un avión de combate de próxima generación.
Por su parte, la República Checa ya ha pedido presupuesto para adquirir 24 unidades y España ha incluido en sus últimos presupuestos una previsión de gasto de 6.250 millones de euros en la que se incluye la compra de un sustituto de los actuales aviones de despegue corto y aterrizaje vertical AV-8B de la Armada, lo que pone en la mira directamente en el avión norteamericano; principalmente porque la variante F-35B es la única capaz de operar en buques como el español Juan Carlos I. Se da la circunstancia para España de que en la misma partida de 6.250 millones figura la segunda fase de sustitución del F-18 (hay una primera fase de reemplazo de más F-18, conocida a la vez que la segunda y estimada en otros 4.500 millones de euros), lo que ha abierto la puerta a las sospechas de que el propósito de Madrid incluye también la compra de unidades de la variante convencional, F-35A. Expectación en España En este contexto, el acuerdo para la producción de una parte importante de los aviones en Alemania levanta una notable expectación en España.
Además, el Ejército del Aire también tiene en tierras rumanas el destacamento Tigru con un radar que ya ha superado las 2.000 horas de servicio en zona de operaciones. En las últimas imágenes del destacamento facilitadas por el Estado Mayor de la Defensa puede verse como el personal de mantenimiento retira la cubierta de nieve y hielo de los cazas para garantizar la operación segura. Esta misión de policía aérea es una de las medidas de la Alianza Atlántica introducidas en 2014, tras la anexión rusa de Crimea, con el objetivo de incrementar las capacidades de vigilancia aérea de los países aliados a lo largo del flanco oriental de la OTAN. Fotos: Emad
El Ejército del Aire y del Espacio español informa de que los vuelos se realizarán de lunes a viernes en periodo de tarde, y darán comienzo el lunes 20 de febrero, ya que la primera semana se dedica a la actividad académica y a vuelos en simulador (Synthetics).
El objetivo de cara a este año es avanzar en el lanzamiento de este proyecto, de acuerdo con la Revista de Aeronáutica y Astronáutica, la publicación oficial del Ejército del Aire y del Espacio.
Unión con el FCAS El ministro Crosetto apuntó el mes pasado que no debería haber impedimentos para que el programa acabe uniéndose con el programa FCAS, lo que recuerda a los motivos que en su momento esgrimió la compañía italiana líder del programa, Leonardo, para formar parte de la iniciativa británica Tempest, ahora fundida con el programa japonés F-X. En 2019, el entonces consejero delegado de la empresa italiana, Alessandro Profumo, anunció que ya estaban trabajando con Reino Unido en el programa de un sistema aéreo encabezado por un avión de combate de sexta generación, con la aspiración de que más adelante llegue a converger con el FCAS. Sobre la nueva fase del programa GCAP con la que Italia se ha comprometido ahora, Profumo ha explicado que se trata de “un paso crucial en el proceso de identificación y puesta a disposición de las tecnologías innovadoras que garantizarán que nuestras capacidades de defensa den el salto generacional, tecnológico y operativo necesario”.
Impulso inicial de Borrell En las primeras semanas de la guerra, que comenzó el 24 de febrero, se insistió en la posibilidad de enviar a Ucrania aviones de combate de origen soviético, particularmente MiG-29, (con los que los pilotos del país están más familiarizados) del inventario de distintos países.
El Ministerio de Defensa ya cerró a mediados del año pasado con la empresa un contrato para la compra de 20 nuevos Eurofighter para sustituir los F-18 del Ejército del Aire y del Espacio en Canarias y este mismo año tiene la intención de abrir otros dos programas para buscar un relevo tanto a los F-18 de las bases de la península como a los veteranos Harrier de la Armada.
En aquel momento se oponía firmemente a la compra de estos aviones, pese a que Canadá es uno de los nueve países socios del programa F-35 (los otros ocho son Estados Unidos, líder de la iniciativa; Reino Unido; Italia; Países Bajos; Australia; Noruega; Dinamarca y Turquía, que finalmente quedó fuera por desavenencias por la compra que realizó de sistemas de defensa rusos S-400).
Crosetto ha ido más allá en su planteamiento de repartición de los socios al afirmar además que no debería haber impedimentos para unirse con el programa FCAS, lo que curiosamente recuerda a los motivos que en su momento esgrimió la compañía italiana líder del programa, Leonardo, para formar parte de la iniciativa británica Tempest, ahora fundida con el programa japonés F-X. En 2019, el entonces consejero delegado de la empresa italiana, Alessandro Profumo, anunció que ya estaban trabajando con Reino Unido en el programa de un sistema aéreo encabezado por un avión de combate de sexta generación, con la aspiración de que más adelante llegue a converger con el FCAS. Nuevos socios El ministro Crosetto también considera ahora que el GCAP debería sumar más socios, especialmente dentro de Europa.
A este armamento se sumará pronto el misil aire-superficie Brimstone. A continuación, les dejamos una galería de fotos de uno de los aviones Eurofighter, en servicio en el Ala 14 de Albacete, y una representación de todo el armamento que puede portar para misiones contra objetivos terrestres y aéreos. Fotos: Benjamín Carrasco
El programa franco-germano-español de caza de nueva generación/futuro sistema de combate aéreo (NGWS/FCAS) ha suscrito al fin el acuerdo industrial que permitirá el desarrollo del primer demostrador de la aeronave, en la llamada Fase 1B. La firma este jueves, con las compañías Dassault Aviation, Airbus Defense and Space GmbH, Airbus Defense and Space SAU, Indra y Eumet (empresa conjunta creada por Safran Aircraft Engines y MTU Aero Engines) del contrato que pone en marcha esta nueva fase llega apenas unos días después de que el otro proyecto europeo, el del Tempest, liderado por Reino Unido y con Italia y Suecia como socios, haya sumado fuerzas con Japón para continuar su desarrollo fusionado con el programa F-X que a su vez ya había iniciado Tokio.
En concreto, el ministerio teme que la operación suponga “retrasos y costes adicionales” por esta compra que una carta clasificada recibida por la Comisión de Presupuesto del Parlamento alemán cifra ahora en los apuntados 10.000 millones de euros.
El año pasado también está prevista la participación en el ejercicio y al final a última hora se canceló. Todavía están por definir el número de cazas que formarían parten del destacamento y la duración de la misión.
Además, la empresa implantará todo el proceso de fabricación de piezas de aeronave para el F-18 con impresoras 3D y empleará tecnologías de fabricación aditiva para el desarrollo de recubrimientos antifricción de aplicación a la reparación de componentes de gran demanda como los amortiguadores del tren principal de este caza.También utilizará, por otro lado, tecnologías de grafeno para el desarrollo de recubrimientos que midan, por ejemplo, la aparición de defectos o grietas en elementos estructurales de otras aeronaves como los apagafuegos del Ejército del Aire o que permiten el calentamiento de zonas antihielo de difícil acceso en estas mismas aeronaves.
Y precisa que sus empresas “trabajan en estrecha colaboración con la Fuerza Aérea, tanto en el mantenimiento y reparación de sistemas de armas complejos como en el apoyo a nivel de componentes, en algunos casos incluso codo con codo en equipos totalmente integrados”.
El proyecto, ha añadido, proporcionará “empleos altamente calificados en todo el sector y seguridad a largo plazo para Gran Bretaña y nuestros aliados”.Está por ver cómo va a afectar la creación del GCAP al proyecto de futuro sistema de combate aéreo (NGWS/FCAS) que por su parte han emprendido Alemania, Francia y España, y que en las últimas semanas está tomando impulso tras 18 meses de un cierto parón por desavenencias entre las empresas implicadas.