Acuerdo también sobre los motores A partir de ahora, ha afirmado Shoemaker, "esperamos continuar haciendo crecer nuestra asociación con Patria y la innovadora base industrial finlandesa para ofrecer valor económico en Finlandia e impulsar la asequibilidad para el programa F-35".
Solución descartada durante la construcción La incorporación de catapultas y cables de frenado para el aterrizaje, como los que montan los portaaviones estadounidenses y el francés, ya se contempló durante la construcción de estos buques británicos de 280 metros de eslora, que entraron en servicio en 2017 (HMS Queen Elizabeth) y 2019 (HMS Prince of Wales).
El programa planea administrar este esfuerzo multimillonario bajo el programa existente, que está agendado para la transición al mantenimiento en breve y que limitaría la supervisión del Congreso.
Trappier, que hace dos años encendió las alarmas al apuntar que su empresa tenía un plan B por si el FCAS fracasa, y que durante año y medio mantuvo una disputa con el socio Airbus (el programa estuvo congelado por ello hasta el pasado diciembre), ha cargado ahora contra los países clientes del avión estadounidense F-35 que pudieran estar interesados en sumarse a la iniciativa franco-germano-española.
El sábado por la tarde, cinco de los seis aviones de combate y el Voyager KC2 despegaron finalmente para continuar su camino hacia Reino Unido, de modo que uno de los aparatos quedó en el aeropuerto gallego, el que ahora se apunta como causante de esta operación sobrevenida.
Sus necesidades pasan por una docena de aviones F35B, la versión de despegue y aterrizaje vertical, para reemplazar a una flota de igual número de cazabombarderos Harrier AV-8B+ que operan desde la cubierta del LHD Juan Carlos I. El Ministerio de Defensa español tiene previsto lanzar este año un programa para la sustitución de los Harrier y parte de los EF-18M del Ejército del Aire y del Espacio, lo que ha hecho que el foco esté puesto -de nuevo- en el F-35.
En palabras del representante de gestión de activos globales de Países Bajos, Roberto Joannes, de este modo se crea “un sistema para el programa que permita la libertad de movimiento de los artículos [de la reserva global de repuestos] para apoyar al F-35 en cualquier parte del mundo".
“Subestimamos las especificaciones del motor y sus requisitos”, acaba de reconocer el teniente general Michael Schmidt, encargado del programa del F-35 en la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) al que se le estima 412.000 millones de dólares por 4.470 aviones para la Infantería de Marina de Estados Unidos, la Marina de Guerra del país y la propia USAF. Schimdt reconoció el 29 de marzo, en una comparecencia ante congresistas, que se están “aumentando los costes de este programa al prolongar la vida útil del motor con las revisiones adicionales que se esperan” a lo largo de su desarrollo.
Más allá de este grupo de cinco compradores previstos, del que España se ha quedado ahora como el único de ellos que aún no ha confirmado su intención de compra, en los últimos meses se han sumado nuevos clientes del F-35.
Recientemente se conocieron también los planes del ministerio rumano para obtener otros 150 blindados 8x8 Piraña 5 por 620 millones de euros, que se suman a los 227 encargados previamente por 868 millones.
La primera se centra en el ámbito del mando y control integrados, la planificación y la ejecución operativas.
Curiosamente, el número de 12 cazas F-35B, que es la variante de despegue corto y aterrizaje vertical (STVOL) del aparato, es la que se ha señalado desde la Armada española como la necesaria para sustituir a sus actuales aeronaves AV-8B en los próximos años.
Por su parte, la República Checa ya ha pedido presupuesto para adquirir 24 unidades y España ha incluido en sus últimos presupuestos una previsión de gasto de 6.250 millones de euros en la que se incluye la compra de un sustituto de los actuales aviones de despegue corto y aterrizaje vertical AV-8B de la Armada, lo que pone en la mira directamente en el avión norteamericano; principalmente porque la variante F-35B es la única capaz de operar en buques como el español Juan Carlos I. Se da la circunstancia para España de que en la misma partida de 6.250 millones figura la segunda fase de sustitución del F-18 (hay una primera fase de reemplazo de más F-18, conocida a la vez que la segunda y estimada en otros 4.500 millones de euros), lo que ha abierto la puerta a las sospechas de que el propósito de Madrid incluye también la compra de unidades de la variante convencional, F-35A. Expectación en España En este contexto, el acuerdo para la producción de una parte importante de los aviones en Alemania levanta una notable expectación en España.
La subida de tipos de interés, dictada por el Banco Central Europeo (BCE) en su intento de luchar contra la inflación, ha reducido el dinero disponible, ya que el Gobierno alemán debe hacer frente al préstamo que ha pedido para crear este fondo especial de defensa del que, además, apenas se están concediendo contratos y del que todavía no se ha satisfecho ni un euro a la industria.
En aquel momento se oponía firmemente a la compra de estos aviones, pese a que Canadá es uno de los nueve países socios del programa F-35 (los otros ocho son Estados Unidos, líder de la iniciativa; Reino Unido; Italia; Países Bajos; Australia; Noruega; Dinamarca y Turquía, que finalmente quedó fuera por desavenencias por la compra que realizó de sistemas de defensa rusos S-400).
En concreto, el ministerio teme que la operación suponga “retrasos y costes adicionales” por esta compra que una carta clasificada recibida por la Comisión de Presupuesto del Parlamento alemán cifra ahora en los apuntados 10.000 millones de euros.
Y precisa que sus empresas “trabajan en estrecha colaboración con la Fuerza Aérea, tanto en el mantenimiento y reparación de sistemas de armas complejos como en el apoyo a nivel de componentes, en algunos casos incluso codo con codo en equipos totalmente integrados”.
Esta es a la que equivale la veintena de Eurofighter que España ha encargado por 2.000 millones de euros para sustituir su actual flota de F-18 destacados en Canarias. Se trata de un programa diferente a los citados incluidos en el nuevo presupuesto, donde además de la partida de 6.250 millones apuntada existe otra de 4.500 millones para sustituir más F-18, en este caso destacados en la península ibérica, y que los expertos apuntan a que probablemente se tratará de más Eurofighter en su versión más moderna.De este modo, mientras que España contempla dedicar casi 13.000 millones de euros en la adquisición de aviones de combate, el gasto de toda la defensa austriaca prevista durante los próximos cinco años suma 16.000 millones de euros, de acuerdo con los presupuestos que el país centroeuropeo presentó el pasado viernes.
En un comunicado del pasado julio sobre esta compra, tramitada bajo la fórmula de negociación Gobierno a Gobierno, el Ministerio de Defensa checo destacó que los F-35 son unos aparatos que ya están en el inventario de varios aliados de la OTANy de los Estados miembros de la UE, gracias a lo que la adquisición reforzará la cooperación y reducirá los costes de mantenimiento.
Se trata de una cifra que, como apuntó el Consejo Federal cuando anunció su preferencia por el F-35, en el verano de 2021, está “muy por debajo del límite financiero de 6.000 millones de francos suizos establecido por los votantes”, en referencia al referéndum por el que en mayo de 2019 se aprobó el programa Air 2030 de compra de nuevos cazas para la defensa del país.