Europa acuerda las 22 capacidades que debe priorizar a partir de la guerra en Ucrania

Los ministros de Defensa de la Unión Europea (UE) han acordado “priorizar 22 capacidades militares para reforzar las nuevas Fuerzas Armadas europeas”. Así lo apunta la información facilitada por la Agencia de Defensa Europea (EDA) dando cuenta del compromiso suscrito esta semana por los 27 países miembro en el Consejo Directivo de la EDA. Las prioridades incluyen mejoras en la precisión basada en tierra, en la defensa aérea y antimisiles, en la guerra submarina, en la logística y en la configuración de ejércitos cohesivos y bien entrenados.

El documento pactado se empleará “como base para la planificación de la defensa en toda la UE y para todas las iniciativas de la UE relacionadas con la defensa”. Las 22 prioridades pactadas, que “reflejan las realidades militares observadas en Ucrania”, servirán para “apoyar los objetivos de defensa de la UE; y están diseñados para conducir a proyectos concretos”.

Entre las lecciones clave observadas en el contexto de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, los especialistas de la EDA citan la necesidad de fuerzas terrestres de espectro completo ágiles, móviles, interoperables, tecnológicamente avanzadas, energéticamente eficientes y resilientes. Además, la guerra en Ucrania ha destacado la importancia de una defensa aérea y antimisiles integrada multicapa, junto con un reequilibrio apropiado entre las dimensiones cualitativas y cuantitativas en muchas áreas de capacidad.

La EDA reconoce “importantes lagunas en la capacidad de defensa” actual del viejo continente, que atribuye a una persistente falta de inversión e insuficiente cooperación europea. Para tratar de superarlas, añade en el comunicado en el que explica el acuerdo, “las veintidós prioridades acordadas abordan la necesidad de capacidades de defensa de espectro completo, que permitan operaciones de alta intensidad”. En ellas se incluyen catorce prioridades en cinco ámbitos militares y ocho relacionadas con facilitadores y multiplicadores estratégicos.

En palabras del alto representante de la Política Exterior y de Seguridad europea, Josep Borrell, que también es el máximo jefe de la EDA, estas prioridades de desarrollo de capacidades militares “nos proporcionarán un marco impactante y viable que guiará la planificación de la defensa y todas las iniciativas de defensa de la UE”. Se trata de una guía configurada de acuerdo con los objetivos de la denominada Brújula Estratégica, suscrita en marzo de 2023 por los 27 como línea geopolítica común para enfrentarse a nuevas amenazas, y cuyo principal adalid es el propio Borrell.

“Las nuevas prioridades permitirán a nuestros Estados miembros y a sus fuerzas armadas mantener la libertad de acción y estar mejor preparados para responder a un entorno de seguridad en constante cambio y cada vez más deteriorado”, desentraña el alto representante de la UE. “Ahora es el momento de traducir estas prioridades en proyectos concretos de cooperación en materia de defensa para garantizar unas fuerzas armadas europeas más resilientes, ágiles y robustas, preparadas para hacer frente a las amenazas presentes y futuras”, concluye.

Las prioridades concertadas, con un enfoque a corto, medio y largo plazo, persiguen enfatizar el aprovechamiento de capacidades de vanguardia y el fortalecimiento de las fuerzas armadas europeas. Además, continúan sus responsables, abordan las realidades operativas actuales y están preparados para afrontar amenazas y desafíos futuros.

Mejoras de precisión

Las prioridades incluyen mejoras en la precisión basada en tierra, en la defensa aérea y antimisiles, en la guerra submarina, en la logística y en la configuración de ejércitos cohesivos y bien entrenados.

Sobre el compromiso de precisión basado en tierra, la prioridad acordada hace referencia al alcance y la movilidad, junto a la propia precisión, de las capacidades de ataque terrestres muy precisos, que, estiman, “deben ampliarse y mejorarse, incluso en términos cuantitativos, con mejoras en las reservas de municiones de gran calibre, sistemas antitanques avanzados, apoyo de fuego cercano versátil y resiliencia contra las amenazas cibernéticas”.

En cuanto a la defensa aérea y antimisiles se trata de una capacidad integrada que abarca “todas las capacidades de superficie que enfrentan una amenaza aérea”. Las prioridades en esta área se centran tanto en mejorar los sistemas de defensa aérea actuales como en desarrollar sistemas de próxima generación con capacidades de alerta temprana basada en el espacio y en sistemas aéreos no tripulados.

En referencia a la guerra submarina, en esta prioridad se incluyen mejoras “en la guerra de los fondos marinos, la protección submarina y las capacidades antisubmarinas con vehículos submarinos autónomos avanzados y sistemas de vigilancia”.

Otro objetivo destacado es la obtención de una logística sostenible y ágil. En este punto se prevé la incorporación de capacidades para facilitar la proyección, sostenimiento y eficacia de las fuerzas. Las áreas clave contempladas aquí “incluyen existencias compartidas y almacenamiento común, huella logística y reforzar los requisitos de mantenimiento para hacer frente a condiciones climáticas extremas”.

“Coherente con la OTAN”

La quinta prioridad destacada por la EDA hace referencia a lo que denomina “ejércitos cohesivos y bien entrenados”, y se centra en el desarrollo de la educación, el entrenamiento y la capacidad militar profesional para adaptarse a un entorno en constante cambio y operar en nuevos dominios militares, como el espacio y el entorno cibernético.

“Las 22 prioridades también contemplan amenazas futuras en el horizonte temporal de mediano y largo plazo”, agrega el director ejecutivo de la EDA, Jiří Šedivý, que califica la iniciativa de “paso importante para fortalecer las capacidades de la UE”. De hecho, explica, las prioridades acordadas se extienden “más allá de los equipos y plataformas tradicionales para abarcar una perspectiva operativa más amplia”.

Las Prioridades de Desarrollo de Capacidades (CDP, por sus siglas en inglés) reafirman, según sus artífices, “las prioridades de larga data y las equilibra con otras nuevas que surgen del profundo cambio en el entorno estratégico de la UE”. Este conjunto de prioridades ahora adoptado “también refleja los objetivos de la Brújula Estratégica de la UE y las realidades militares observadas en Ucrania, incluidas necesidades de alta intensidad, y por lo tanto es totalmente coherente con la OTAN”.

La iniciativa llega tras 18 meses de tareas, durante los que los Estados miembros de la UE han trabajado junto con la EDA y el Estado Mayor de la UE para evaluar y conceptualizar las diversas dimensiones de los requisitos de capacidad militar.

Colaboración y diálogos bilaterales

Las prioridades acordadas servirán de base para todas las iniciativas e instrumentos de la UE relacionados con la defensa, como la Revisión Anual Coordinada de la Defensa (CARD), la Cooperación Estructurada Permanente (Pesco), el Fondo Europeo de Defensa (FED) y cualquier futura herramienta de apoyo a la defensa de la Unión. En línea con la Brújula Estratégica, este conjunto de prioridades también servirá como referencia principal para la planificación nacional. “Además, proporcionan una valiosa visión general del panorama del desarrollo de capacidades para la industria de defensa”.

Tras el respaldo recibido por parte de los 27, la atención se centrará en adelante en la implementación del nuevo conjunto de prioridades. Estas prioridades se configuran como “el motor de las actividades de investigación e innovación basadas en capacidades, informando la agenda de investigación y el compromiso con la industria”. La EDA es la encargada de dirigir las actividades de colaboración que se abrirán ahora “destinadas a implementar estas prioridades, estableciendo una correlación clara entre la prioridad y la acción”. La EDA utilizará el tercer ciclo CARD y los diálogos bilaterales con cada Estado miembro de la UE como foro para apoyar la implementación y posibles actividades cooperativas de desarrollo de capacidades con otros.